Año Nuevo

581 99 40
                                    

Espero que les guste~

Nota: MK cumple 72

-¿Desde cuando tiene llave?- se pregunta Midori a si misma cuando escucha la puerta abrirse de repente, dejando escapar un largo y resignado suspiro.

-Ella saco una copia- respondió Red Son a su lado, luciendo divertido y burlón, aunque le da ligeras palmadas en la espalda en una especie de consuelo pobre.

-¡Se acerca el año nuevo!- Mei se ve emocionada, con una sonrisa de oreja a oreja y dando pequeños saltos mientras se adentra por completo. -¿No es eso emocionante?- rio ligeramente, sentándose rápidamente.

-No realmente- negó mientras se encogía de hombros. -Hare lo mismo que hago todos los años desde que me fui de casa: mirare películas hasta caer dormida en el sofá- ahora que lo pensaba, debía comprar helado y bocadillos para ese día. -¿Te unes a mi este año, antorcha?- miro al demonio, quien parpadeo con sorpresa.

-...me gustaría quedarme- pareció aliviado ante la opción, sonriendo ligeramente.

-Genial~- lo empujo ligeramente. -Te toca traer el helado este año- él rodo los ojos pero asintió, ya se había imaginado eso.

-¡Eso suena genial!- la chica reboto en su asiento. -¿Puedo unirme?-

-¿No tienes una mega fiesta llena de gente rica a la que asistir?- Red Son enarco una ceja, viendo como ella se desinflaba ligeramente en su lugar. Las fiestas importantes que sucedían en esa mansión eran bien conocidas pero muy pocos tenían la oportunidad de asistir.

-Nunca se dan cuenta cuando me voy- lo dice como si fuera normal y maldición si eso no rompe el corazón de los presentes.

-Te tocan las bebidas, dragona intrusa- Midori siempre esta dispuesta a aceptar una más en su sofá.

-¡Trato hecho!- Mei estaba entusiasmada, era la primera vez en mucho tiempo que tenía la oportunidad de pasar un buen año nuevo, lejos de la gente estirada y de esa horrible ropa que lo obligaban a usar. -¿Y tu, MK?- ahí es cuando se voltearon a ver al chico inusualmente silencioso, quien parece encogerse ligeramente en su lugar. -¿Qué harás en año nuevo?- es una pregunta inocente pero la demonio de piel verdosa no puede evitar hacer una mueca.

Año nuevo sigue siendo una de los peores días para MK. Incluso cuando todo esta decorado y hay una obvia alegría a su alrededor para recibir el nuevo año, para él sigue siendo un mal recordatorio. No lo a celebrado desde que murió, no siente el espíritu ni las ganas de hacerlo porque se siente casi como una especie de burla a lo que le había sucedido.

-Yo...- MK sentía un repentino y tenso nudo formándose en su garganta. Miro de reojo a su familia, Red Son no sabía de su historia completa y lo miraba con curiosidad pero Midori si y le estaba dando una suave mirada alentadora, sonriéndole con cariño. -...no celebro el año nuevo- su sonrisa es temblorosa y eso llama la atención del par que no sabe el significado tras sus palabras.

-¿Por qué no?- ella hace un ligero puchero.

-No lo celebro, eso es todo- se encoge de hombros porque no, no quiere hablar de eso. No puede negar que extraña esos días, que extraña a sus padres y su antiguo hogar pero en año nuevo, en ese día en particular, los sentimientos solo parecen ser más intensos y abrumadores.

Mei quiere preguntar, tiene la intención, pero hay una mano que toma la suya y cuando se voltea, se encuentra con los ojos verdes de la demonio, quien niega lentamente y le hace un seña de que no continúe. Ella escucha y no vuelve a preguntar.

Más tarde, la demonio se aprovecha de que el par esta discutiendo en la sala sobre que película van a ver para acercarse a su hermano de aspecto ansioso. Siempre se ponía así en esas épocas y su ansiedad solo parecía aumentar conforme el día se acercaba.

-¿Vas a irte este año?- ella le pregunta en un susurro, su tono amable y sin juzgarlo, mirándolo con tranquilidad. 

-Me esconderé en el bosque- ahí es a donde siempre va, lo más lejos que puede de la ciudad y de todo el ruido que acarrea la celebración. -Buscare un lugar tranquilo y solo...dormiré-

-Esta bien- Midori lo abraza y él se aferra con fuerza, hundiendo su rostro en su hombro. Siempre se siente culpable de alejarse en ese día en particular pero su hermana es comprensiva y nunca lo obliga a nada, solo le dice que se cuide y que vuelva cuando se sienta mejor.

Así que en la mañana de año nuevo, después de llenar su estomago con un gran vaso lleno hasta el borde, simplemente se aleja. Es un alivio cuando las voces se vuelven lejanas mientras más se adentra y el sonido de la ciudad es reemplazado por el de la naturaleza, el suave cantar de los pájaros y el movimiento de las hojas por la ligera brisa que sopla de vez en cuando. Se permite disfrutar del olor a madera y a pasto mojado, solo para detectar algo más. Se voltea, hay alguien que parece salir de las sombras que producen las copas de los arboles y se apoya casualmente en el tronco.

-¿Macaque?- esta sorprendido y a la vez no de verlo. El mono le gustaba aparecer de la nada y sin aviso, siempre asustando a quienes estaba a su alrededor pero el aroma a mango e incienso lo delataba ante el vampiro con buen olfato. -¿Qué haces aquí?- ladeo la cabeza, acercándose. No lo había visto mucho últimamente.

-No soporto el ruido de este día- respondió con un gesto.

-...si, yo tampoco- tarareo. Se muerde el labio inferior, puede sentir la mirada fija del mayor y se siente extraño. -Es mi aniversario de muerte...- suelta y nota como los ojos ajenos se abren con sorpresa. -...cumplo 72- es triste darse cuenta de los años que han pasado. En ese día, estaría cumpliendo 54 años desde su muerte pero en total, ya tendría que tener 72. Debería ser un hombre mayor, arrugado y cansado, con una familia ya hecha y de seguro esperando una nueva generación pero ese no es el caso. Esta muerto y aun se ve como un niño, algo que nunca va a cambiar y no sabe como sentirse al respecto.

-Rayos, que pésimo día- suelta Macaque con una mueca y MK no puede evitar soltar un risa débil, sin poder contradecirlo. No es su día favorito. El mayor se endereza y el vampiro levanta los brazos al verlo acercarse, aliviado cuando lo abrazan y aferrándose a la ropa ajena, sin importarle que este ligeramente parado de puntas por la diferencia de altura. -¿Qué quieres hacer?- pregunta en un susurro y el vampiro maldice una vez más la falta de lagrimas porque en serio quiere llorar por alguna razón.

-...quiero dormir...- es lo único que quería. Dormir para que el tiempo pasara más rápido y todo terminara. El mono no dice nada mientras se aparta con gentileza y no hay pena en su mirada, solo una ligera sonrisa mientras engancha su dedo en el borde de su fiel bufanda en un gesto que para el de ojos rojos es muy familiar. MK solo se trasformar y en su forma de murcielago se arrastra hasta poder acurrucarse en el hombro ajeno, quedando parcialmente escondido por la tela roja a su alrededor. No sabe a donde va Macaque pero es silencioso y pacifico, sin luces demasiado brillantes. Lo escucha tararear, suave y ligero, y se permite cerrar los ojos, arrullado hasta dormirse profundamente.

VampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora