Cazador #2

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Espero que les guste~

Despertar y darse cuenta de que esta atado a una mesa no es la mejor sensación del mundo. Es aterrador y desesperante, especialmente porque sin importar cuanto luchará, lo que sea que rodeara sus tobillos y muñecas era mucho más fuerte. No necesita respirar, no lo ha necesitado en un tiempo, pero aun así jadea con pánico, ignorando cómo sus ataduras lo lastiman por su brusco movimiento.

Apenas puede notar las múltiples armas que adornan las paredes y la ajuga en su brazo que está conectada por un largo y delgado tubo a una bolsa de plástico médica que cuelga a su lado, lleno de agua. Puede sentir que arde, su factor de curación de seguro haciendo todo lo posible para curar cualquier daño que el líquido esté causando pero eso consume mucho.

-Lucha todo lo que quieras...- se queda muy quieto en su lugar, sus ojos abriéndose con horror cuando puede ver el rostro de su secuestrado gracias la iluminación de las velas a su alrededor. -...pero esas cadenas están bendecidas- revisa la intravenosa. Kid supone que es agua bendita, especialmente por la sensación de cansancio y pesadez que lo inunda.

-...por favor...- no lastimó a nadie, no mato a nadie, no cree merecer esta clase de trato. Se da cuenta que tiene hambre, un vacío en su estómago que crece junto a su miedo, su cuerpo entero tensándose mientras siente que sus colmillos se alargan lentamente. Eso no es nada bueno.

-Suplicar no te servirá de nada- gruñó, su ceño frunciéndose profundamente. Ese hombre es diferente al primer cazador que vio, se ve mucho más tosco y barba, haciendo que se vea un poco más salvaje, con cansancio en sus ojos pero también con mucho odio y frustración. Incluso en su estado debilitado, Kid puede oler el alcohol y cigarrillo que tiene encima.

-...ayuda, por favor...- es un pensamiento que cruza por su mente mientras solloza y súplica, su terror en aumento al ver que aquel hombre levanta las manos con esa enorme estaca entre sus manos, serio y con los ojos fríos.

-Es hora de que libere al mundo de tu maldad, criatura horrible- el vampiro cierra los ojos con fuerza, temblando. No quiere que todo termine así, no quiere morir a manos de alguien más pero está inmovilizado y no hay nada más que hacer. Entonces, un ruido de madera rompiéndose y abre los ojos al no siente nada y escucha un grito ahogado, pudiendo ver las gruesas lianas verdes que rodean al cazador, quien se queja por el fuerte agarre.

-Cerdo asqueroso...- y ahí esta Midori, esta mojada y goteando pero eso no quita que luce furiosa, su postura tensa y las manos levantadas, sus ojos brillando intensamente.

-¡Es una criatura del mal, debe...!- una parte de la liana sube rápidamente, rodeando parte de su rostro para tapar su boca y así callarlo, aunque aún pueden escuchar ruidos ahogado, de seguro quejas e insultos.

-Cállate, tu voz me irrita- ella lo ignora a favor de avanzar a grandes pasos, su expresión aflojándose en preocupación y alivio, sus ojos dulces mientras lo mira. -Kid...-

-Midori...- sollozar lleno de alivio al verla, sintiendo ganas de llorar a pesar de que sabe que no puede.

-Tranquilo, cariño- ella susurra mientras se encarga de las cadenas que lo mantienen atado. -Estoy justo aquí, te voy a liberar y nos iremos, ¿si?-

-¿Al bosque?- la miró, sonriendo ligeramente al escucharla bufan. Estuvo días suplicando ir al bosque, y aunque ella no se lo negó, estuvieron muy ocupados en los últimos días como para ir.

-Si, si, tu ganas. Iremos al bosque- asintió sin dudar, gruñendo con frustración. -Al diablo estas porquerías- levantó su mano y cerró bruscamente el puño, lianas fuertes rompiendo bruscamente las cadenas. Apenas las cadenas caen con un fuerte ruido, es rápido en arrancarse la ajuga del brazo, gruñendo en su esfuerzo por levantarse. -Con calma, te ayudo- lo sujeto, manteniéndolo de pie. Esta preocupada, especialmente por lo trasparente que se ve su piel.

-...tengo hambre...- esta un poco tenso y tieso, débil por tanta agua bendita, pero su instinto toma la mayor parte del control y es lo que mueve su cuerpo, babeando ante la vista de las venas del hombre inmovilizado que tiene frente suyo. -...hambre...- y se lanza sobre él para poder morderlo, un tarareo de placer sonando ligeramente mientras el dulce sabor que inunda su boca. Mientras tanto, la demonio queda tiesa en su lugar, sin poder apartar la vista de la morbosa escena que está presenciando. No siente pena por el humano, ni siquiera un poco.

Son segundos los que pasan, el vampiro retrocediendo con un ligero gruñido. Esta saciado pero sigue su nariz al captar otro aroma y se voltea.

-Hey, cariño...- sonrió cuando los ojos rojo brillantes lo miran, abriendo los brazos al verlo dar un paso en su dirección. Confía plenamente en él, incluso cuando hay algo de sangre goteando de su barbilla y manchando su rostro. Esta contenta de que su aquello no llegara a su buzo, uno de sus favoritos, aún es salvable. -...¿Te sientes mejor?- Kid parpadea y cuando esta lo suficientemente cerca, se deja caer contra ella, quien suelta una mezcla entre risa y queja. -Ya, ya. Nos vamos a ir y podrás recostarte en un colchón, estoy segura de que es mas cómodo que yo- le da suaves palmadas en la espalda y divaga, aunque sabe que el vampiro está inconsciente contra su hombro. Es relativamente liviano, así que solo le toma un poco de esfuerzo moverlo y subirlo a su espalda, acomodándolo. Se asegura de tener un buen agarre pero no camina, mirando al hombre inconsciente y bastante drenado que aún está atrapado entre sus lianas. Lo piensa un poco antes de decidirse.  -De todos modos, me iré al infierno- hace el gesto más brusco que puede, sonriendo con satisfacción cuando sus lianas se retrasen y se entierran al suelo, llevándose al cazador apenas vivo con ellas. Solo hay un agujero en el suelo de esa casa medio rota como prueba de que algo sucedió. -Disfruta de los insectos~- canturrea y se aleja, decidida a no mirar atrás

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