Red Son

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Espero que les guste~

Nota: 2.003

MK ama salir de noche. Incluso después de las 2 de la mañana, la ciudad es movida y activa, con grandes carteles brillantes encendidos junto con las luces de unos cuantos departamentos, con gente yendo a los bares más cercanos y hablando, con otros tantos vestidos y listos para una noche de fiesta.

-Vaya...- a MK le gusta sentarse en la parte superior de algún edifico, uno no muy alto pero tampoco muy bajo, con las piernas cruzadas para evitar ser visto y viendo todo el movimiento. Es extrañamente cautivador ver lo activos que podían estar de noche, ahogando todos los demás sonidos con unos auriculares que su hermana le regalo y tarareando suavemente las melodías que puede escuchar venir de teléfono. Es mejor que escuchar las voces y músicas mescladas a todo a su alrededor. -¿Eh?- presta su total atención al repentino olor que le llega, asomándose para ver hacia abajo. Huele a humo y ceniza, mezclado de alguna manera con aceite y metal, una extraña combinación si debe ser sincero pero todo eso parece venir de alguien en particular, uno de los tantos transeúntes de la noche que parece estar metido en su propio mundo, aunque resalta bastante. El cabello rojizo es difícil de ignorar. Se apresura para saltar, cayendo sin mucha dificultad al suelo y bien escondido en el callejón, saliendo con pasos rápidos y silenciosos hasta poder adelantarse un poco y verlo mejor. Es un demonio, lo puede saber por su lento palpitar, aunque está un poco sorprendido y curioso por su aspecto humano pero además de eso, se ve extrañamente triste, con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón y su postura caída, con una tensión en su cuerpo y aunque tiene una expresión en blanco, tiene un aura de tristeza a su alrededor.

Lo sigue por unas cuadras más hasta una zona menos transitada, ya pensando en lo que puede hacer. Es de su incumbencia y no lo conoce pero no le gusta ver a nadie triste y aunque tiene dudas, decide ir con aquello que siempre funciona con su hermana cuando está de malas.

-Aquí voy- se transformó, moviendo rápidamente sus alas antes de empezar a caer y volando, agarrando altura para asegurarse de que nadie le esta prestando atención antes de descender para rodear al extraño demonio de mechones rojos.

-¿Qué rayos...?- él parece sorprendido, tenso, su ceño frunciéndose con molestia y confusión pero eso no detiene a MK, dejando escapar chillidos fuertes y contante, insistentes. -No deberías estar aquí, no es zona de murciélagos- enarco una ceja, relajándose apenas en su lugar. Parece dudar, mirando de reojo a su alrededor, antes de bufar con cansancio y levantar las manos, algo que hace que el animal suelte más chillidos antes de dejarse caer sobre sus palmas, aferrándose a su muñeca con sus alas y frotando su mejilla contra la piel ajena, ignorando su alta temperatura. -...un murciélagos necesitado, eso es nuevo...- MK ignora ese comentario, soltando un suave chillido cuando sintió dedo rascar su nuca después de unos segundos.

-Es tan cálido~- no puede evitar pensar, disfrutando del rascado y suave pulso que podía sentir venir del interior de la muñeca ajena, su satisfacción en aumento cuando puede sentir como el demonio se relaja lentamente. No tiene idea de cuanto tiempo estuvieron así pero estaban relajados y tranquilos, ignorando el ruido a su alrededor.

-Dime...- MK soltó un chillido cuando el rascado se detuvo, apenas moviéndose mientras las manos que lo acunaban se alzaban lo suficiente como para encontrarse con el rostro ajeno. -...no eres un murciélago común, ¿no?- lo miro a los ojos y aunque el vampiro se siente muy nervioso por su reacción, asiente después de unos segundos. No es necesario mentir cuando ya fue descubierto. -¿Qué hace un vampiro por aquí?- enarco una ceja y ahí es cuando el pequeño decide que fue suficiente. Suelta el brazo ajeno y se trasforma, sentándose al lado del demonio.

-¡Vivo aquí!- sonrió, enorme y feliz al no notar ningún tipo de miedo en el pelirrojo.

-¿Vienes a buscar pelea?- parece resignado, la punta de su cabello volviéndose fuego, como si se estuviera preparando para pelear.

-No- no entiende de donde viene la pregunta. -¿Han venido vampiros para pelear contigo?- está asombrado y curioso, mirándolo.

-Algunos- de encogió de hombros. -¿Sabes al menos quién soy?- y ahora parece confundido, perdido, como si no hubiera esperado su respuesta.

-No pero puedo hacer una suposición- se cruzó de piernas. Aprendió a identificar bastante bien con su buen olfato y oído, se siente confiado. -Eres un demonio...- sonrió, sin notar como su comentario parece tomarlo por sorpresa por la forma en la que sus ojos se abren ligeramente. -...también hules a humo y ceniza, así que supongo que debes tener poderes de fuego...- señaló hacia hacia el cabello ajeno, sintiéndose extrañamente victorioso por alguna razón. -...¡Así que debes ser Red Son!- el único demonio de fuego que se le vino a la mente.

-...en serio, no me conoces...- Red Son bufo, pasando una mano por su rostro con un largo y pesado suspiro.

-No, lo siento- por alguna razón, sintió la necesidad de disculparse. -Ni siquiera sabía que vivías aquí- es la verdad. Tomo la decisión al principio de no meterse en rumores y asuntos de demonios, eso se lo dejaba a su hermana.

-No vivo aquí pero la ciudad...es lo mas cercano que tengo cuando no quiero estar en casa- señaló a su alrededor, su expresión cayendo, como si recordará la razón de su tristeza.

-¿Peleaste con tu familia?- hizo un puchero, notando como el cuerpo ajeno se tensaba. Parecía haber acertado. -¿Tienes apuro de volver a tu casa?- decidió preguntar esta vez, ya con una idea en mente.

-No particularmente- negó y eso fu suficiente para el menor.

-En ese caso, ¡vamos!- tomó su mano para obligarlo a levantarse, riendo mientras caminaba a grandes pasos con un objetivo en mente.

-¿A dónde?- incluso si estaba confundido, fue rápido en adaptarse, logrando alcanzarlo y no ser arrastrado.

-¡Al árcade!- señaló. -¡Hay una abierto durante toda la noche!- Red Son enarco una ceja pero terminó por simplemente seguirlo, dispuesto a lo que sea para no volver a su hogar y tener un rato distracción.

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