Triste

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Espero que les guste~

Nota: ¿Tienen algún pariente con el que se lleven mejor que con los otros? En mi caso, es mi mamá ^_^

Nota-2: Midori es casi como una especie de ironía para mi. Ella tiene poderes de plantas y a mi...cualquier planta se me muere en cuestión de días. Se los juro, nadie en mi casa tiene el "toque verde" xD

La sala de estar es un desastre. El sillón tuvo que ser corrido para dejar espacio a un colchón inflable, con sabanas ya puestas y muchas almohadas, además de algunas mantas extra. Hay una sesta llena hasta el borde con todo tipo de bocadillos traídos por la dragona, con una consola traída por el demonio pelirrojo ya conectada a la tele y mostrando toda una lista de juegos que logra emocionar a los menores. Aun es temprano, apenas es de tarde, pero su pequeña fiesta ya esta empezando.

-¡Esta será la mejor pijamada de todas!- Mei sonrío enormemente, dejándose caer de lleno en el colchón con una risa, ya vestida con su pijama.

-¡No te tires, lo romperás!- gruño Red Son, apretando los puños mientras hace un ejercicio de respiración de Midori le había enseñado, tranquilizándose antes de que su cabello pudiera convertirse en llamas. Ya tenia su pijama, con su cabello suelto y pantuflas incluidas con un extraño parecido a un cangrejo que le habían regalado.

-...amargado...- bufo ella, cruzándose de brazos. -Voy a buscar algo de tomar- se levanto, alejándose con pasos rápidos, adentrándose a la cocina y abriendo la heladera, ignorando cualquier liquido rojizo que pudiera haber allí a favor de agarrar una botella de juego, cerrando la puerta. Abrió la botella para darle un sorbo pero antes de salir de la cocina, algo llamo su atención. -Oye, MK...- llamo, recibiendo un tarareo distraído en señal de que continuara. -...¿tu hermana no tiene poderes de plantas o algo así?- eso llamo la atención ajena, el vampiro dejando lo que estaba haciendo a favor de levantarse e ir donde estaba su amiga.

-¿Por qué preguntas?- ladeo la cabeza con curiosidad, los ojos rojos parpadeando con confusión notable.

-Porque su flor se marchito...- señalo la única maceta que tenían en el departamento. Midori, a pesar de sus poderes y de lo que la mayoría podía creer, no tenía plantas dentro de la casa, diciendo que era injusto mantenerlas lejos de la luz del sol y encerradas en un lugar tan pequeño pero si tenía un girasol, pequeño, usualmente bien derecho y con los pétalos de un brillante tono de amarillo, una especie de símbolo de cuando se conocieron, pero ahora estaba caída, con un color opaco y casi negro. -...lo cual no es raro, los girasoles no son comunes por aquí y creo que no sobreviven mucho en un lugar tan pequeño- MK ya no la estaba escuchando, sus ojos fijos en la maceta, acercándose para tomarla con manos cuidadosas.

-Oh no...- hizo una mueca, había pasado un tiempo desde que algo así paso. Midori y la naturaleza tenían una conexión que no entendía del todo pero sabía que eso, era una señal notable.

-¿Es muy importante?- Mei se atrevió a preguntar, sintiéndose mal ante la expresión de su amigo. Se veía triste, como si ver la flor marchita le doliera. -Estoy segura de que Midori puede arreglarlo, ella tiene el "toque verde"- sonrío ligeramente ante sus palabras pero él negó rapidamente con la cabeza, dejando la maceta con mucho cuidado en la mesada, lejos del borde.

-Creo que seria buena idea cancelar la pijamada- soltó, más preocupado en repasar su lista mental de cosas que podría necesitar como para notar como la expresión ajena caía rápidamente.

-¿Qué?- frunció lentamente el ceño. -¿Por una flor?- hubo ligera molestia en su tono de voz pero se esforzó para mantenerse estable. -Vamos, no podemos hacer eso. Traje nuestros todo tipo de bocadillos y películas bajadas de sitios poco confiables...- se cruzó de brazos. -...hasta pedí permiso para venir ¡Tuve que rogar durante semanas!-

-¿Qué está sucediendo?- el pelirrojo entro, sin entender que estaba sucediendo y enarcando una ceja ante la expresión de ambos. Ella lucia molesta y él preocupado, aunque no parecían estar en el mismo punto.

-¡MK quiere cancelar nuestra pijamada porque se marchito su flor!- señaló Mei, el vampiro sin mirarlos, revidando la heladera para asegurarse de que tuviera lo que necesitaba.

-¿Cancelar?- no parecía molesto por eso pero si preocupado. -¿Por qué?-

-Midori tiene una conexión con la naturaleza...- MK guardo silencio por un segundo, escuchando con atención, confirmando que su hermana aun no estaba cerca. -...especialmente con las plantas que hace crecer- hizo un gesto y algo se le s ocurrió al par.

-Que se marchite no es bueno, ¿Eh?- y ahí entendieron la actitud ajena, sintiéndose ligeramente aprensivos. Midori siempre sonreía, incluso si estaba cansada o exasperada, molesta o frustrada, se mantenía calmada y sonriente, funcionando como una voz de la razón entre ellos.

-Nada bueno, yo...- se callo ante el sonido de la llave en la cerradura y se apresuró a salir de la cocina, justo a tiempo para ver la puerta abriste, su hermana entrando con un largo suspiro.

Midori se veía...mal. Su cabello corto de mantiene atrás con una bincha, mostrando como en raras ocasiones sus orejas ligeramente en punta, y su tono de piel se ve enfermizo, de un verde tan pálido que amenaza con ser blanco en cualquier momento.

-Vaya...- parpadeo, lento y pausado, enderezando apenas su postura pero apretando ligeramente los labios, sin tener fuerzas para sonreír. Hay algo frío en sus ojos, llenos de un profundo cansancio. -...pijamada, lo olvide- agrego ante el desastre y ellos no pudieron evitar removerse en sus lugares, incómodos. -No me presten atención, yo solo...me iré- señaló hacia su cuarto, dispuesta a esconderse allí pero MK no podía dejar que eso sucediera. Cuando ella lo escondía, cuando decidía ignorar muchas cosas, tendían a doler mucho más después.

Midori no era exactamente grande, su contextura es delgada incluso con todo lo que come, y aunque era algo alta, de la misma altura que Red Son, eso no evitó que MK la rodeara con sus brazos y la alzará en un abrazo tan fuerte que esta seguro de escuchar algo crujir ligeramente pero eso no pareció importarle. Ella se aferro a su hermano, logrando hundir su rostro en su hombro de alguna manera, su cuerpo entero temblando y la punta de sus orejas agitándose ligeramente. Nadie necesitaba ver directamente su rostro para saber que estaba llorando abiertamente.

-Ellos...volvieron a cancelar su viaje...- sollozo, su voz rota, llena de tristeza e ira. -...y ella estaba tan molesta pero ellos seguían defiendo que era por su bien y yo solo...- divago pero su tono fue perdiendo volumen, simplemente llorando entre los brazos del vampiro, quien acarició su espalda con cariño y se aferro.

Mei y Red Son sintieron que algo en su interior se estremecía, sin haber esperado verla en ese estado, pero antes de que pudiera hacer siquiera el amague de acercarse, las sombras se los trago. Se sintieron muy confundidos cuando se encontraron en el restaurante de Pigsy de repente, con este y su amigo mirándolos con los ojos bien abiertos

Vaya forma de empezar una pijamada.

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