Red Son #2

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Espero que les guste~

Nota: Antes, en los lugares de juegos a los que iba, se manejaban con un sistema de fichas y boletos, estos últimos se podían intercambiar por premios. Ya sean dulces o juguetes

Nota-2: No pude encontrar como se veían los árcade después del 2.000, así que si cometí un error, lo siento ^_^U

El árcade era brillante y colorido, con los sonidos de todos los juegos haciendo eso. Era relativamente grande, pudiendo ganar boletos para cambiar por premios, desde los más pequeños y baratos, hasta los más grandes y caros.

-¡Hola MK!- saludo el trabajador que estaba de turno, con una taza humeante que olía a un fuerte café y luciendo demasiado sonriente para ser más allá de la madrugada. Se contuvo de arrugar la nariz, el olor a café no era su favorito pero no era el peor.

-¡Hola Max!- saludo, entusiasta mientras se acercaba, aún arrastrando al demonio pelirrojo consigo.

-¿Otro con insomnio como tu?- enarco una ceja ante el acompañante de ceño fruncido, luciendo divertido.

-¡Es mejor estar acompañado cuando no puedes dormir!- sonrió, sin estar dispuesto a corregir. La suposición de Max era que él tenía insomnio y por eso se presentaba de noche, si supiera la verdad, ya podía imaginar su cara y su desmayo si supiera la verdad. -¿Me das el doble de fichas de lo usual, por favor?- saco algo de dinero de su bolsillo para dejarlo en la mesada.

-Por supuesto, te sobraron algunas de la última vez- asintió, tomando el dinero y dejando un gran puñado de fichas. -Diviértanse~- sonrío antes de alzar su taza para darle un sorbo.

-¡Lo haremos!- metió todas las fichas a sus bolsillos y se alejo, el pelirrojo al fin libre metiendo las manos en el bolsillo de su pantalón para seguirlo.

-Eres un cliente frecuente- Red Son enarco una ceja, sin parecer realmente sorprendido. El vampiro había estado divagando de los juegos y premios, así que ya podía imaginar que visitaba el lugar muy seguido, algo que sólo confirmaba con ese saludo.

-Si, vengo especialmente cuando no tengo ganas de quedarme en la cama y mirar el techo o simplemente no quiero estar encerrado- asintió sin vergüenza. -Además...trabajo aquí a veces- principalmente en vacaciones, cuando había mucha más gente de lo usual. -Entonces, ¿Qué quieres jugar primero? Hay de todo por aquí: plataformas, juegos de garra, disparos, golpea al topo, conducción, puedes elegir-

-¿Qué es eso?- señaló. En el fondo de todo, había una gran pista rodeado de rejas ligeramente altas y con el piso metalizado al parecer, con un par de personas dentro de los carritos coloridos pequeños que allí había y chocando entre ellos, él sonido fuerte y brusco.

-¡Los autos chocadores!- los reconoció al instante. -Vamos, te van a encantar- tomo su mano para arrastrarlo y esperar su turno.

Resultó ser toda una competencia, MK riendo a carcajadas sin poder evitarlo mientras Red Son grupos y soltaba insultos con su cabello en llamas por sus torpes primeros intentos.

Y ese fue solo el principio.

Terminaron por pasar por todos los juegos que pudieron. Los de disparos se convirtió en una competencia para ver quién reventaba más cabezas de Zombies, en el cual MK ganó, pero Red Son obtuvo su propia victoria en los juegos de conducción. MK ganó en lanzar la pelota al aro, aunque Red Son se emocionó un poco en el de golpear al topo y casi lo rompe.

Ganaron muchos boletos entre ambos y a pesar de que al demonio realmente ninguno de esos premios llamó su atención, el vampiro insistió en llevarse un par de peluches. Uno con apariencia de toro y el otro luciendo como un mono.

-¿Para qué quiero esto?- se veía tan confundido, mirando al toro de peluche que el otro básicamente empujó a sus brazos.

-Para que recuerdes este buen momento- no dudo en decir. Su nuevo mono sería una buena compañía para Momo, aunque ella era aún su favorita. -La próxima vez, voy a intentar conseguir ese vaso- uno de los premios era un vaso mediano, de colores sólidos, con tapa y sorbete, con dibujos de unicornios y arcoíris como decoración.

-¿Por qué quieres algo así?- bufo con ligera burla. Ese vaso parecía demasiado infantil y femenino para su gusto.

-Es bonito- le gustaba el diseño. -Además, el color sólido no deja ver su contenido, podré comer sin necesidad de ocultarme- sería mucho más cómodo que la bolsa plástica de hospital, estaba seguro de ello.

-Supongo- murmuró, pensativo.

-¡Esto fue super divertido!- MK dio un pequeño salto, su sonrisa enorme y brillante. -Es mucho mejor cuando hay compañía~-

-Los mortales tienen buenos juegos, admitiré eso...- Red Son asintió, su ligera sonrisa siendo difícil de ocultar. Se divirtió, mucho más de lo esperado. -...pero estoy seguro de que podría crear algo mucho mejor- infló el pecho con orgullo, haciendo planos en su cabeza de manera inconsciente.

-¡Oh!- sus ojos brillaron y si fuera posible, tendría estrellas. -¿Puedes hacer algo como los autos chocadores? ¡Eso sería asombroso!- levantó los brazos, sin notar como los ojos del demonio se abrieron con alarma. Ya era de mañana y el sol estaba en lo alto, iluminando la ciudad.

-¡Oye, espera!- reaccionó antes de pensar, extendiendo su mano para agarrar la muñeca ajena y darle un tirón para obligarlo a retroceder antes de que pudiera llegar muy lejos, alejándolo del sol que entraba por la puerta abierta.

-¿Qué pasa?- ladeo ligeramente la cabeza y miro al demonio con confusión, aunque no hizo amague de zafarse del agarre.

-El sol está afuera- estaba un poco molesto por lo distraído que era el vampiro. MK miro hacia afuera y luego a él, repitiendo el movimiento un par de veces más.

-Lo sé- parpadeo.

-¡¿Eres estúpido?!- gruñó con los dientes apretados. -Te vas a volver polvo- y aunque no lo iba a decir en voz alta, el vampiro le agrada, no lo quería muerto por el momento.

-Oooooh...- se quería golpear a sí mismo. Estaba tan acostumbrado a caminar como si nada que por momentos olvidaba que los vampiros se volvían polvo bajo el sol. -Estaré bien- se soltó y antes de que su acompañante pudiera reaccionar, se salió de un salto para estar parado bajo el rayo del sol. -¡Ta-da!- se quería reír por la expresión llena de asombro que el tenía.

-¡¿Cómo?!- avanzó a grandes pasos, analizándolo con ojos atentos. No estaba sufriendo, su piel seguía intacta, no se estaba muriendo.

-Es un secreto~- uno que no iba a compartir. -¿Vas a volver a tu casa?- decidió cambiar de tema, empezando a caminar.

-Yo...debería- desvío la vista, sin lucir entusiasmado.

-¿Aún no quieres volver?- se mordió el labio inferior, pensativo. -¿Quieres ir a mi casa? Tengo cartas, juegos de mesa...- se rasco la nuca. -...aunque voy a necesitar dormir un rato pero si no te molesta, estoy seguro de que habrá algo bueno en la tele...creo- sonrió, mirando la expresión pensativa que el otro tenía.

-Eso sería bueno- después de su discusión con su madre, lo que menos tenía ganas era de volver por el momento.

-¡Genial!- engancho su brazo al ajeno, mostrando una amable sonrisa y recibiendo una muy pequeña como respuesta. -Vamos~- y juntos, empezaron a caminar, dispuestos a esconderse en la casa del vampiro. -Advertencia: tengo una hermana- se acordó de decir, esperando que a ella no le molestara la repentina visita.

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