Capítulo 32.

5.8K 767 74
                                    

Después de ese lindo momento juntos, Jungkook llevó la bandeja hacia la cocina para después lavar las cosas sucias. Taehyung se quedó en la cama mirando un rato el techo y dando un suspiro, tratando de relajarse sin pensar en nada.

Aún llovía, pero no como anoche... Era calma, sólo algunas gotas caían contra el suelo y las nubes ocultaban el sol.

A los minutos que el pelinegro se fue, había vuelto a la habitación. Fueron junto con el mayor hacia el baño para allí darse un baño. Jungkook llenó la tina de agua tibia y después se desnudaron.

Se sentaron ambos en la bañera, el mayor apoyando la espalda contra el pecho de su menor y allí se relajaron.

- El agua está calentita. - comentó.

- Si... Y también encendí el vaporizador para que tus fosas nasales se destapen y tus pulmones se curen por el resfriado.

- Eres tan atento Jungkook...

- Me gusta cuidarte y lo haría siempre. - susurró abrazándolo.

El pelinegro había puesto un poco de música tranquila en la habitación, y mientras disfrutaban de ese lindo ambiente, se bañaban.

Las manos grandes de Jungkook, enjabonadas, pasaban por el cuerpo de Taehyung haciendo que la espuma quedara sobre su piel de tez blanca.

El baño terminó y ambos salieron de la tina, cada uno tomó una bata para ponérsela y así, salir del baño.

Fueron a la habitación y allí Jungkook buscó ropa para prestarle a Taehyung, la suya probablemente estaba seca pero.. Quería tener alguna excusa para volver a verlo.

Un pantalón de vestir negro junto con un cinto del mismo color, una polera blanca y un saco negro ya que hacía frío.

Se notaba que la ropa era de Jungkook.

Y no sólo por la mínima diferencia de talles, sino por su estilo.

Una vez que se vistió, Jungkook también lo hizo, poniéndose casi lo mismo que el castaño.

Ambos ordenaron un poco la habitación y el baño, Jungkook insistió en que este no lo hiciera pero no hizo caso. Tendieron la cama, secaron el baño y demás.

- Realmente no tengo ganas de volver a casa.. - dijo quejándose.

- Ni yo quiero que vuelvas, por mi te secuestraría. - confesó.

Taehyung sonrió con dulzura mientras se acercaba al menor, deslizando sus manos desde sus pectorales hasta arriba, llegando a su cuello y posicionándolas sobre su nuca.

- Secuéstrame.

- No me lo repitas dos veces.. - susurró cerca de sus labios.

Una sonrisa traviesa salió de los labios del mayor, mientras se acercaba al contrario y dejaba un pequeño beso en sus labios.

Un pico, pero largo.

Estaban felices en su burbujita, queriendo que esto no se terminara nunca.

Pero, un teléfono comenzó a sonar.

- Me temo que ya es hora.. Tu esposo me esta fastidiando mucho llamando a cada rato. - confesó contra sus labios mirándolo.

El castaño bufó y se alejó de Jungkook, pero sin antes besarlo por última vez.

Tomándolo de la nuca mientras sus labios se unían, las manos del pelinegro abrazaban su cintura con ganas de no querer soltarlo jamás.

Después de aquel beso de despedida, ambos salieron de aquella casa, la cuál guardaba el secreto de estos dos.

Subieron al auto de Jungkook y el mencionado, condujo hasta la casa del contrario.

Al llegar, ambos bajaron.. Taehyung fingió malestar y actuó cómo un enfermo, o un tipo con resaca además de resfriado.

Aunque en parte, eso era cierto.. Sólo que lo exageraba bastante.

Yoongi, en cuánto escuchó el auto de Jungkook, salió apresurado de la casa cómo si estuviera desesperado por saber sobre su esposo.

- ¡Taehyung! -gritó preocupado mientras se acercaba a el.

- Por favor, no grites.. - susurró arrastrando las palabras débilmente.

El contrario, lo abrazó pero el castaño.. Sólo se dejó abrazar sin tocarlo.

- ¿Me puedes explicar que sucedió?

- Sólo salí a un bar y bebí un poco.. - confesó - No tomé demasiado, sólo unos vasitos.

- Un mojito, cinco shots de vodka, tres copas de vino tinto puro.. - habló Jungkook, haciéndose el tonto.

Taehyung lo fulminó con la mirada, mirándolo mal mientras que Yoongi, abría sus ojos con demasía ante aquellas palabras.

- Debemos hacer un lavaje de estómago, vamos al hospital. - habló, tomando la mano de su esposo para guiarlo hasta el auto.

- Yoongi, no es necesario.. De verdad. - se quedó en su lugar mirándolo.

Taehyung golpeó el hombro de Jungkook y este solo le devolvió una risita.

Eran buenos actores.

- De verdad que estuve muy preocupado, llegué a casa en la medianoche y no estabas por ningún lado - habló - Ni siquiera te habías llevado tu teléfono, ¿Cómo no asustarme?

- Lo siento, ¿Si? Quise despejarme un poco de todo y terminé en un bar bebiendo algo.. Por suerte me encontré con Jungkook. - habló - Con Jungkook y su novia, ellos me ayudaron y... Jungkook me cuidó muy bien hasta ahora. - confesó.

- Gracias Kook por cuidar de mi esposo, realmente no sé que sería de el si no lo hubieras encontrado..

- Ni yo, realmente me alegro de haberlo encontrado, - dijo mirando a su mayor - De seguro nada habría salido bien.

- Oigan.. Estoy aquí. - comentó Taehyung.

Pero sólo lo ignoraron.

- Lo sé, realmente me pone nervioso de sólo pensarlo.

Yoongi pasó su brazo por la cintura de su esposo y dejo un beso en los labios de este.

Aquellos labios que el menor había besado hace unos minutos.

- Bueno, yo.. Ya debo irme. - dijo el pelinegro, después de carraspear la garganta por aquel momento.

- ¿No quieres quedarte a desayunar?

- Oh no, ya desayuné.. Pero, gracias hyung. - dijo con una sonrisa - Nos vemos después, y Taehyung, cuídate.. No andes emborrachándote por ahí.

El castaño quiso reírse por el tono en que el menor lo dijo, pero conservó su papel de serio y débil por la resaca.

- Lo haré, gracias por ayudarme.. - contestó Taehyung.

- Gracias Jungkook.

Y sin más, el menor les regaló una sonrisa para así, subirse al auto e irse de aquel lugar.

Dejándolo solo al matrimonio, quiénes entraban su casa en silencio.

𝐂𝐎𝐍 𝐋𝐀 𝐌𝐈𝐒𝐌𝐀 𝐌𝐎𝐍𝐄𝐃𝐀.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora