LINA
La oscuridad me envuelve en donde quiera que me encuentre ahora mismo, estoy consciente, mas no soy capaz de abrir mis ojos, pues mis párpados pesan horrores.
Un molesto sonido a mi alrededor, hace que me punce la cabeza con cada repetición de ese maldito "Bip"... "Bip"... "Bip"...
El cuerpo lo siento entumecido, pero lentamente abro mis ojos tratando de identificar el lugar en donde estoy: paredes blancas, monitores por doquier y ese irritante olor a solución antiséptica confirman mis sospechas, un hospital.
Lo último que recuerdo son los brazos de Óscar sujetándome, el restaurante, la comida y, esa espantosa sensación de ahogo y desespero... pensé que iba a morir.
Trato de hablar, pero siento la garganta tan reseca que duele solo de pensar en emitir sonido.
Abro la boca para intentarlo de nuevo, pero la voz de mi guardaespaldas me lo impide.
—No hables —pide—. Aún estás recuperándote.
Asiento lentamente y hago caso, pues en verdad me duele.
» Descansa un poco más.
Sigo su recomendación, cerrando los ojos nuevamente y me pierdo en la sensación de adormecimiento que los medicamentos me producen.
****
Despierto después de algunas horas, lo sé por la oscuridad nocturna que alcanzo a divisar por la ventana de la habitación, la cual no estaba antes, pues todavía era de tarde cuando todo sucedió.
Me siento mucho mejor, al parecer ha surtido efecto el tratamiento; solo espero poder ir a casa y descansar en mi cómoda cama, lejos de este deprimente lugar.
—¿Papá? —pronuncio despacio con un poco de esfuerzo.
—Él no pudo faltar a un compromiso de su campaña —habla Óscar desde un sofá a mi lado—. Me pidió que te dijera que en cuanto pueda vendrá a verte.
—¿Cuánto tiempo estaré aquí? —pregunto para disimular mi decepción.
—El doctor te evaluará en un momento y lo decidirá.
—Okey —respondo—. ¿Óscar?, ¿Qué fue lo qué pasó? —indago mirando mis manos de manera insegura.
—Tuviste una reacción alérgica, ¿No recuerdas?
—Sí, lo hago, pero... no entiendo por qué sucedió. Yo informé a la recepción sobre mis alergias cuando hice la reservación. ¿Crees que fue intencional? —murmuro lo último con temor a una respuesta positiva.
—El gerente del restaurante asegura que no, pero no lo descarto —dice con sinceridad.
—¿Por qué alguien querría hacerme algo así? —Sollozo sin poderlo evitar—. Yo nunca he hecho daño a nadie...
—A veces no hace falta una razón.
Se pone de pie, dándome la espalda mientras observa por la ventana.
—Pude haber muerto —susurro para mí misma, pero me escucha y voltea a verme con un gesto duro en su rostro indescifrable.
—Mientras esté a tu lado eso no sucederá.
Su declaración envía una sensación caliente a mi pecho, una seguridad y confort que no sentía antes.
—Gracias, Óscar, si no fuese por ti...
—No es personal, solo hago mi trabajo —interrumpe con frialdad en su voz.
Veo en su expresión algo parecido al arrepentimiento y creo que hablará de nuevo, cuando entra el doctor junto a dos enfermeras.
![](https://img.wattpad.com/cover/333887651-288-k666742.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Mentiras Piadosas
Literatura FemininaCatalina Rivera es una chica que ha nacido en cuna de oro. Hija de un importante funcionario público de la ciudad de México, jamás ha tenido que esforzarse demasiado por lograr lo que se propone. Una influencer acostumbrada a ser adorada por sus fan...