Lina
Ha pasado una semana desde mi cumpleaños, exactamente ocho días desde el perfecto escape que tuve con Óscar en el centro comercial, desde entonces no lo he vuelto a ver mucho, solo en dos ocasiones cuando acudí, por orden de Lorena, a una pasarela de la última colección de otoño-invierno que ofreció una marca poco reconocida en el país, pero que pagó lo suficiente por tenerme como modelo de su campaña a pesar de mi negativa, pero eso importa poco mientras mi vida dependa de ese maldito contrato con mi manejadora. Además de la grabación de un comercial de cosméticos, y en todo momento estuvo Leonardo a mi lado.
No puedo evitar sentirme mal con ambos, pues debo admitir que me encuentro bastante confundida con respecto a ellos y, aunque sé que en realidad no debería de sentirme así por ninguno de los dos, puesto que hay una relación laboral de por medio; mis sentimientos se debaten entre uno y otro por más que trato de evitarlo.
Leonardo es un amor, y no tiene miedo a la hora de demostrar lo que siente por mí; sus detalles siempre logran sorprenderme y me siento muy bien a su lado. Con Óscar en cambio, nunca sé de qué manera va a tratarme, en ocasiones se muestra apático, indiferente hacia mí; a veces parece odiarme, pero, de alguna manera me siento más segura a su lado.
Leonardo me hace sentir hermosa, confiada y querida. Siempre me impulsa a ser una mejor persona y, en cierta parte, siento un compromiso constante con mantener esta fachada de niña perfecta y popular que he creado con tanto esmero. Con Óscar es diferente, puedo ser yo misma siempre pues, de cualquier manera, él ya piensa lo peor de mí y no debo fingir lo que en realidad disto mucho de ser.
Óscar me reta, saca lo peor de mí, esa parte de mi personalidad que no le muestro a nadie más por temor a ser rechazada y perder todo lo que he conseguido en todo este tiempo. No sé si eso es bueno, o si es malo, pero siento un peso menos en mis hombros cuando me encuentro con él. A pesar de nuestras peleas y de todo el sarcasmo de sus comentarios, comienzo a sentirme bastante cómoda a su lado, más de lo que nunca me he sentido con nadie.
—El día de hoy será un infierno, ¿estás listo? —pregunto a Leonardo haciendo un puchero, cuando me lo encuentro en la puerta de la casa. Óscar ya espera en el auto, ya que nos dirigimos a un evento organizado por mi representante, donde desgraciadamente también estará Mike. Se trata de una convivencia con los fans de ambos, y ya me imagino el tipo de preguntas que surgirán.
Se me revuelve el estómago de solo pensar en volver a estar con él en plan de novios, pero trato de recordarme que solo falta un mes para dar por terminado mi contrato de esclavitud con Lorena y no puedo estar más feliz por ello.
—Lo siento, nena —se disculpa Leo, mientras me acompaña al auto—. Esta vez no los acompañaré.
—Pero... ¿por qué? —indago contrariada y, al mismo tiempo, nerviosa por volver a pasar tiempo a solas con Óscar—. Pensé que vendrías con nosotros, habrá mucha gente.
—Tú padre me necesita —me informa—. Pasaremos tres días en el norte del país, ya sabes, como parte de su gira.
—¡¿Qué?!
—Haz caso a todo lo que diga Guerrero... y, cuídate mucho —pide acariciando mi rostro antes de abrir mi puerta.
—Tú igual, Leo —digo, algo incómoda por estar frente a Óscar—. Cuida de mi padre por favor.
—Eso haré —asegura—. ¡Diablos!, me muero por besarte, pero... —murmura mirando a su alrededor, a la cantidad de guardias que deambulan por la casa y bufa con resignación—. Nos vemos, princesa.
—Adiós, príncipe.
Entro al auto, donde Óscar finge estar dormido y Leonardo cierra la puerta diciendo adiós con su mano extendida.
—Hola —saludo a mi guardaespaldas, un poco temerosa al desconocer cuál será su humor el día de hoy—. ¿Óscar...? —sigue sin responder a mi saludo, y comienzo a creer que en realidad se encuentra dormido. Toco con cuidado su hombro y me acerco a él por el espacio que separa los asientos delanteros del auto—. Óscar, ¿en verdad estás dormido? —murmuro bajando la voz hasta que recibo un murmullo como respuesta.
—¿Ya terminaron con su aburrida despedida? —inquiere estirando sus brazos con auténtica pereza, lo cual es sumamente raro en él.
—¿Qué pasa?, ¿no dormiste bien anoche?
—No dormí en absoluto —responde encendiendo el BMW. Mi curiosidad se enciende por saber cuál fue el motivo de su desvelo y decido preguntar.
—¿Se puede saber el nombre de la afortunada? —indago, esperando de todo corazón que responda cualquier otra cosa que no tenga nada que ver con una mujer.
—Ainhoa —responde con añoranza. Mi corazón se siente pesado de pronto, como si un camión me hubiese golpeado justo en ese lugar, pero no pregunto más por temor a saber algo de lo que prefiero no enterarme.
Guardo silencio hasta que salimos hacia la carretera; mi vista se fija en la ventanilla, pero el nombre mencionado da vueltas una y otra vez en mi cabeza.
—Estaré contigo en todo momento. —Escucho decir a Óscar cuando hemos llegado al lugar donde será la convivencia. Mi mente se mantuvo divagando durante todo el camino, que ni siquiera sentí el recorrido hasta el enorme y prestigiado hotel frente a mí—. Solo pídelo y te sacaré de ahí.
Las palabras de Óscar me reconfortan y me dan la seguridad y el valor que no sabía que necesitaba, para enfrentar a todas esas personas que esperan ver una versión de mí que él sabe bien que no soy.
—Okey —respondo vagamente, pues aún siento cierto recelo por lo que ha dicho sobre la tal Ainhoa esa que le ha quitado el sueño.
Mi escolta dirige el vehículo hacia el estacionamiento y entramos al edificio por la puerta de servicio donde el equipo de Lorena ya nos espera para indicarnos el camino; nos llevan hacia una de las habitaciones que servirá como camerino, en lo que se dan cita los invitados al evento que se llevará a cabo en el lobby.
En el sitio hay distintas personalidades: desde youtubers, gamers populares, creadores de contenido de streaming y tiktokers famosos, así que, el número de invitados es grande.
—Espero ver tu mejor cara hoy, Lina. —Entra Lorena a la habitación dando órdenes sin haber tocado la puerta antes—. Y, sobre todo, espero que demuestres todo el amor que sientes por tu adorado novio —espeta con sarcasmo—. Holaaa, guapo —se dirige a Óscar que deambula por el cuarto mientras la maquillista hace su trabajo en mí.
—Buenas tardes, señora —responde, provocando la mala cara de mi representante, que odia por sobre todas las cosas que la llamen así.
—Lorena —lo corrige esta—. O, puedes llamarme... cuando quieras, bombón.
La mujer se atreve a posar sus asquerosas manos sobre el pecho de Óscar; este las retira sin una pisca de delicadeza y sigue inspeccionando el lugar sin volver a prestarle atención.
Los minutos transcurren en lo que me maquillan, peinan y visten como a un maniquí, y cuando creo que la tarde no puede ser peor, la presencia de Mike en la habitación llega para terminar de arruinar todo.
—Hola, bebé. —Sus labios se posan sobre los míos sin previo aviso y la sangre hierve en mi interior al sentir su descaro, sin embargo, no puedo hacer nada, pues la gente que nos rodea espera eso y mucho más.
«Que comience el espectáculo»
![](https://img.wattpad.com/cover/333887651-288-k666742.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Mentiras Piadosas
أدب نسائيCatalina Rivera es una chica que ha nacido en cuna de oro. Hija de un importante funcionario público de la ciudad de México, jamás ha tenido que esforzarse demasiado por lograr lo que se propone. Una influencer acostumbrada a ser adorada por sus fan...