Leonardo
El grito de Lina me provoca cubrirme los oídos, cuando sale corriendo escaleras abajo y abraza a la morena que ahora sé, su nombre es Rosy.La chica se ve de algunos 25 años, y es una belleza: de mediana estatura, complexión atlética, piel morena clara y unos ojos cafés llenos de vida. Ambas se abrazan efusivamente, como si hiciera años que no se ven.
—¡Caty! —pronuncia la chica hacia mi princesa sin soltarse de su abrazo—. Te extrañé mucho, cariño.
—Yo también lo hice —murmura Lina sollozando en su hombro, y siento una punzada en el pecho al verla tan susceptible—. ¿Cuándo llegaste?
—Hace poco más de un mes —responde avergonzada la morena, mientras se alejan la una de la otra.
—¡¿Qué?!
—Lo sé, lo siento —se disculpa Rosy—. En verdad he tenido mucho trabajo.
—Es una desconsiderada —reclama la señora Carmen, llegando hasta ellas—. Ni siquiera yo sabía que ya estaba aquí.
—¿Dónde te has estado quedando? —pregunta Lina.
—Eh... comparto departamento con una amiga de la universidad —responde, y mi instinto me dice que miente.
Me doy cuenta de que Guerrero se encuentra en la puerta, atento a lo que sucede entre las chicas, y noto ese brillo en sus ojos al observar a Rosy; ella es completamente su tipo: la chica sencilla y hermosa que disfruta de pasar desapercibida, o esa es la impresión que me ha dado.
«Es todo lo contrario a mi princesa»
Lina es el tipo de persona que jamás pasaría desapercibida. Ella llega a un lugar y lo ilumina con su propia luz, con su alegría e irreverencia. Eso es lo que me llamó la atención de Lina desde el principio, sin embargo, poco a poco he ido retirando capa tras capa y he descubierto a la chica tierna y vulnerable que lleva dentro, volviéndola completamente perfecta ante mis ojos.
«¡Cielos! Creo que me estoy enamorando demasiado rápido de ella»
Cuando Óscar me llamó para ofrecerme ser su relevo, diciendo que no soportaba estar de tiempo completo con la niña mimada que volvía sus días un infierno, mi mente creo a este ser odioso que vemos en las películas para adolescentes, la típica chica que se aprovecha de su posición social para humillar a los menos favorecidos que ella; jamás imaginé encontrarme con este rayo de luz que, en tan corto tiempo, se ha adueñado de todos mis pensamientos.
Por lo poco que he escuchado, Rosy es hija de la señora Carmen y antes vivía en esta casa, siendo la compañera incondicional que Lina, hasta que comenzó la universidad en un internado de su pueblo natal y posteriormente consiguió empleo. Lina me contó en una ocasión sobre ella, y el cariño que se tienen es similar al de dos hermanas.
Las jóvenes van hacia la sala y continúan con su conversación, mientras yo voy directo hacia Guerrero que me hace una seña invitándome a salir de la casa.
—¿Qué pasa? ¿Todo en orden? —pregunto, una vez que ambos estamos afuera.
—¿Conseguiste a los hombres que te pedí para mañana? —inquiere con ese tono de voz tan seco e indiferente al que estoy bastante familiarizado.
—Sí —respondo—. Todo está listo, no te preocupes, hombre.
—Sigo pensando que es una mala idea.
—Ya deja tus malas vibras de lado, Lina se merece un día especial, sin preocupaciones y nuestro trabajo es asegurarnos de que esté segura en su propia casa.
—"Nuestro trabajo" —pronuncia con ironía—. ¿También es tu trabajo meterte en su habitación, cuando deberías de estar vigilando su puerta?
—¿Cuál es tu problema con eso? —inquiero sin rodeos, su maldita actitud ante la relación que tengo con Lina ya me tiene harto—. ¿No era lo que querías? ¿Que te la quitará de encima?
—No me refería a que te enrollaras con ella...
—Así se dieron las cosas, y no me arrepiento.
—Claro que no —murmura por lo bajo.
—¿Acaso estás celoso? —lo cuestiono de frente.
—¿De quién?, ¿de ustedes?, para nada —espeta con asco—. Por mí pueden hacer lo que les plazca, simplemente te recuerdo que tenemos una misión con ella y la estás poniendo en riesgo.
—De eso no te preocupes —aseguro—. No he olvidado mi trabajo.
—Eso espero —dice por último, y se va hacia la casa de huéspedes.
La actitud de Óscar me tiene sorprendido, pues, desde que lo conozco, y eso es de toda la vida, jamás lo había visto tan interesado en algo como ahora que cree que no me he dado cuenta de lo mucho que le molesta verme con Lina. Me atrevería a apostar uno de mis testículos a que también siente algo por ella, aunque ni siquiera él mismo se haya dado cuenta, o simplemente se niegue a aceptarlo.
Solo le he conocido a una novia, por la que él hubiera dado su vida, y la muy desgraciada tuvo la osadía de engañarlo con su mejor amigo cuando Óscar se encontraba en una peligrosa misión de rescate. Desde entonces cambió, se convirtió en este ser frío y calculador que desconfía de todo a su alrededor, y jamás lo he vuelto a ver interesado en otra mujer, hasta ahora.
****
Esta noche me corresponde la guardia, y mis rondas en el patio las haré desde el jardín que tiene acceso a la habitación de Lina, así que, puede que mi lado Romeo salga a relucir, y me de por trepar a su balcón, solo para asegurarme de que se encuentre a salvo. No me molestaría vigilarla también desde su cama.
Una vez que la casa se encuentra a oscuras y en completo silencio, camino disimuladamente por el costado de la casa que lleva a su recámara, y cuando estoy seguro de que nadie me ve, comienzo mi escalada por el muro, sacando a flote mis habilidades de Spiderman, y asciendo hasta su balcón un pie tras otro con cuidado. Lo último que quiero es romperme un hueso y quedar en ridículo ante mi princesa.
Cuando logro trepar hasta la ventana, golpeo con mis nudillos despacio, tratando de no asustarla. Unos minutos más tarde, abre la ventana corrediza y se abraza a su cuerpo al sentir el fresco de la noche.
La chica siempre viste de manera jovial y sensual a la vez, pero esta persona que se posa frente a mí, con solo una fina bata de seda, es toda una mujer.
Mis sentidos despiertan al verla, su figura se marca a través de la delgada tela, y mi miembro vibra dentro de mis pantalones con necesidad, al imaginar tenerla solo para mí.
«¡Joder! La necesito tanto... la necesito ahora»
—¿Leo? ¿Qué ha...? —No la dejó terminar, me abalanzo contra ella y devoro su boca con hambre, llevándola al interior de la recámara con una sola intención. Ya basta de jueguitos...
«Esta noche será mía»
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Mentiras Piadosas
Romanzi rosa / ChickLitCatalina Rivera es una chica que ha nacido en cuna de oro. Hija de un importante funcionario público de la ciudad de México, jamás ha tenido que esforzarse demasiado por lograr lo que se propone. Una influencer acostumbrada a ser adorada por sus fan...