LYDIA
Creo que hacía tiempo que no dormía tan bien o, simplemente, hacía tiempo que no dormía del tirón.
Cuando abrí los ojos me invadió de nuevo el olor tan característico y sonreí sin querer. Cuando me di cuenta, borré la sonrisa de inmediato por si acaso me pillaba el chico que no se había apartado de mi lado en toda la noche, pero cuando giré la cabeza me di cuenta de que estaba fuera de peligro, más que nada porque no había ni rastro de él.
¿Dónde narices se había metido?
"Seguro que se ha escapado corriendo"
Buenos días a ti también, conciencia.
"Ajá, lo que sea. Levanta el culo y ve a mirar si te ha dejado tirada, anda"
Me incorporé frotándome los ojos y bajé de la cama con pereza.
Sabía que no se había ido, más que nada porque le podía escuchar canturrear alegremente desde la cocina.
Atravesé el pasillo arrastrando los pies y, cuando estuve casi en la puerta, comencé a distinguir cuál era la canción que estaba tarareando, era la de 'Higher ground'.
No pude evitar asomarme por la puerta con una sonrisita en los labios y me quedé de brazos cruzados, apoyada en el marco de la puerta.
Travis ni se había dado cuenta de mi presencia, estaba demasiado concentrado preparando vete tú a saber qué, solo sé que tenía un bote de nata en la mano y un plátano en la otra.
Llevaba puesto unos pantalones de deporte pero, al contrario que los que me había prestado a mí, los suyos eran largos y le quedaban increíblemente bien.
Estuve unos segundos de más admirando las vistas, hasta que me obligué a seguir el recorrido, no quería acaparar el papel de pervertida, ese ya lo tenía él.
Al alzar la vista me fijé en que seguía con la misma camiseta que había usado por la noche y se había puesto un delantal por encima. Se le veía completamente relajado, tenía los hombros destensados y movía levemente las caderas al ritmo de la musiquilla que entonada y toda la imagen en su conjunto me pareció lo más divertido que había visto nunca.
—Buenos días— saludé desde la puerta.
Se dio la vuelta a tal velocidad que me asusté un poco, pero la peor parte llegó cuando alcanzó un cuenco lleno de frambuesas y me lanzó una a la cabeza.
—¡Ey!— me quejé, recuperando la frambuesa del suelo— Menudo recibimiento, así no voy a volver quedarme a dorm...
—¡Fuera!— me bramó, pero no estaba enfadado, más bien sorprendido.
—¿Pero qué...?— me incorporé para mirarle, pero ya me estaba arrastrando por el pasillo de vuelta al cuarto.
—¿Travis qué te...?
—A la cama— me cortó, llevándome casi en volandas— Vas a estropearlo.
—¿Estropear qué? ¿Qué te pasa? Estás rarísimo...
—Lydia, a la cama— me interrumpió y esta vez ya me había dejado sentadita en el lado de la cama en el que había dormido.
—Vale, definitivamente no eres un chico de mañanas... Anotado.
Pero en lugar de hacerle sonreír, me señaló con el dedo índice y me frunció el ceño, me sentía como si me estuviera regañando mi padre.
"El suggar daddy"
—Más te vale estar dormida cuando vuelva— me dijo, alejándose de nuevo a la puerta.
Le puse una mueca, perdida.

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Y si llueve, petricor
عاطفية¿Qué harías tú cuándo esa vocecilla de tu cabeza no para de repetirte una cosa? Que no eres perfecta. Lydia tiene que soportar vivir con esa voz, día tras día, tratando de ignorarla pero, muchas veces, no resulta nada fácil. La voz interior de Jaxt...