El deseo de amar para siempre [TERMINADA ✔️]

CAPÍTULO 21 →ISAAC

Llevaba un tiempo oyendo murmullos desde mi habitación, provenientes del cuarto de Farah, ahora no se escuchaba nada más que la música, posiblemente se habría quedado dormida, pero unos minutos antes, se oían cómo susurros. Ahora desde su habitación se oía If You Dare de AC/DC, del álbum, The Razors Edge. Podría decir que igual lo había puesto por curiosidad, pero con la variación de géneros ahí mezclados, incluidos los géneros modernos y actuales, dudo que los hubiera elegido por curiosidad, los había elegido porque tenía buen gusto musical. También había escuchado antes el álbum entero de Appetite For Destruction de Guns N' Roses que también estaba ahí guardado, y si me apuras, hasta noté el volúmen más alto. Sweet Child O' Mine fue la que más alto sonó sin ninguna duda. Tenía buen gusto musical, eso era todo. También se coló por ahí alguna que otra canción de Metallica, y también el álbum Innuendo completo de Queen.

Perfecto gusto musical, eso era todo.

Pensé que estaba dormida, pero no, no lo estaba. ¿Cómo lo supe? Fácil, la melodía de November Rain se oía desde su habitación. Me sentí bastante halagado, sabiendo que esa era una de mis canciones favoritas.

Pero yo lo que quería saber era una cosa, bueno, unas cuantas cosas: 

Cosa número uno: ¿Por qué estaba siempre con su ordenador? De veinticuatro horas, veinte se escuchaban las teclas del ordenador desde su habitación por culpa de la finura de las paredes. ¿Por qué lloraba esa noche? ¿Por qué reaccionó así el día del frenazo? ¿Por qué tenía esos tatuajes? ¿Por qué se puso tan nerviosa esta mañana? ¿Por qué?

Lo del ordenador me causaba mucha curiosidad, ¿y si tenía ahí guardado algún archivo súper secreto de La Mafia? ¿Qué escribía tanto? ¿Y si era la líder de una banda de gángsters hiper-ultra-mega secreta?

Perdón, mis pensamientos intrusivos.

Aunque, hablando en serio; ¿qué escribía tanto? Una cosa era estar escribiendo un informe por ejemplo durante dos horas, pero de eso a casi todo el día... aún la opción de que era la líder de La Mafia rondaba por mi cabeza.

La opción más razonable sería preguntarle «Oye, ¿por qué escribes tanto en el ordenador? ¿Eres la líder de La Mafia Rusa o algo?» ... igual lo último habría que retirarlo, «Oye, ¿por qué escribes tanto en el ordenador?», era fácil, pero no tenía el valor suficiente para hacerlo.

Siempre que hablábamos aunque fuera lo más mínimo, le daba vueltas todo el día. Esta chica ocultaba algo, no en plan «soy una asesina y voy a matar a toda tu familia», sino ocultar... ocultar emocionalmente.

Toc, toc.

Mi madre o mi padre era imposible que fuese, teniendo en cuenta que se habían ido a recoger a mi hermano que terminaba un curso de informática, en Andorra, que duraba nada más seis meses y acababa hoy, al menos, una noche fuera estarían, por lo que esa noche podía hacer una fiesta en casa.

¿Vives en una película o qué? ¿Te recuerdo que tienes cuatro amigos contados que conoces desde que tienes memoria?

Bueno, igual la fiesta para otro día.

Pero tenía casa sola, y eso significaba música a todo volúmen.

Abrí la puerta y me encontré una gran sorpresa, mi perro, Clyde, estaba en la puerta aporreando con sus cortas patitas, cómo yo le había enseñado cuándo era un poco más pequeño.

─ ¡Clyde! ─Espeté con una gran sonrisa, cuando se lanzó a mí para lamerme la cara con alegría ─. Hoy va a ser una tarde increíble, cómo tenemos casa sola hasta mañana ─ sí, hasta mañana, me envíaron mis padres un mensaje confirmándolo ─, podremos poner la música al volúmen que queramos, pedir pizzas y desvelarnos. Y si Adam, Conan o Logan montan una fiesta, pues vamos.