Una de las cosas que más odiaba en la vida ─ aparte de Isaac ─, era dormir con gente.
Me estresaba, sentía que era demasiado contacto físico.
Tenía más que asegurado que esa noche no dormiría nada, así que no me esforcé por hacer un intento de pegar ojo.
Para hacer la situación menos incómoda, haciendo los más mínimos movimientos, cogí mi teléfono y mis auriculares. Me los puse en tiempo récord y abrí Spotify, con el pulso acelerado.
Isaac permanecía en el mismo sitio, con los ojos cerrados, las manos entrelazadas sobre su regazo y el pelo despeinado y revuelto. Me fijé que casi todos sus dedos estaban decorados con anillos, la mayoría de color negro. Hacían un buen contraste con sus manos perfectamente talladas. Una de mis mayores debilidades en un chico era que llevase anillos.
Desgraciado...
Distraída, miré la pantalla del teléfono, en ella se veía el título de la canción que estaba escuchando, la portada del álbum, iba por el segundo cuarenta y cuatro.
─ Vaya, cualquiera diría que una borde como tú escucharía Night Changes ─ la voz de Isaac sonó ronca y burlona sobre mis auriculares. ¡Maldito chismoso! Le dediqué una mirada fulminante ─. Hablamos de One Direction, pelirroja. ¿No te resulta satírico que, siendo tan arisca, escuches una canción de One Direction?
─ Irónico, ¿verdad? ─ Admití con sarcasmo e ironía.
Pensaba que la tensión que había entre el inútil con anillos de Isaac y yo no podía aumentar, pero me equivocaba. Creció sin parar en el momento en el que una de sus atractivas manos, decoradas con anillos negros, enrolló un mechón naranja de mi pelo y comenzó a juguetear con él, despacio y con una sonrisa burlona plasmada en el rostro. Quise borrarle esa sonrisa de un puñetazo.
─ Deja mi pelo o te corto la mano. ─ Amenacé con un tono duro.
─ Me gustaría ver cómo lo intentas ─ la sonrisa burlona creció.
─ ¿Prefieres que te corte otra cosa? ─ Me volví a él y su mano abandonó mi pelo a la fuerza.
─ Vale, pelirroja, no hace falta ponerse así.
─ Odio que me toquen el pelo.
─ Ya ─ su estúpida sonrisa burlona pasó a ser una sonrisa cínica ─. No parecías odiarlo tanto cuando te has puesto roja.
Gilipollas...
─ Eso es mentira ─ ojalá lo hubiese sido.
─ Farah, se te ha puesto la cara del mismo color del pelo ─ en ese momento sí que me puse roja porque, la manera en la que dijo mi nombre fue tan malditamente incitante que me dieron ganas de meterle la almohada en la boca.
─ ¿Se me ha puesto la cara naranja? ─ Reté.
─ No, joder ─ rodó los ojos ─, era una expresión.
─ ¿Por qué siempre que hago cualquier mínimo movimiento lo comentas? Al final acabo hablando contigo.
─ Porque sé que te molesta.
─ Vaya, eres tan dulce... ─ le espeté mientras le dedicaba una mirada fría ─. Mejor cállate o te tragas la almohada.
─ Joder, ¿eres así de borde siempre? ¿O solo conmigo?
─ Solo contigo, todo lo reservo para ti ─ solté con sarcasmo y retintín.
─ Jamás me habían halagado de tal manera ─ dramatizó falsamente.
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El deseo de amar para siempre [TERMINADA ✔️]
Romance¡ESTE LIBRO ESTÁ EN PROCESO DE CORRECCIÓN! Farah; una chica, en el primer año de Universidad, se va de intercambio a Ámsterdam. Su ilusión y orgullo por cumplir sus sueños y nostalgia por su obsesión quinceañera con ese lugar la llenan plenamente de...