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Farah; una chica, en el primer año de Universidad, se va de intercambio a Ámsterdam. Su ilusión y orgullo por cumplir sus sueños y nostalgia por su obsesión quinceañera con ese lugar la llenan plenamente de...
Me desperté sorprendentemente temprando. Como a las once y media de la mañana.
Aún permanecía en la cama, medio adormilada. Estiré el brazo para asegurarme de que Isaac estaba ahí, pero no sentí mi mano posarse sobre una piel cálida y suave, sino sobre una sábana fría y casi sin arrugas.
Me pasé una mano por el rostro y tragué saliva. No se le oía por la habitación. Esperé que no se hubiera largado. Helton lo hacía. Pero con él no hacía el amor y luego recorría una ciudad perdida de Bélgica, con él todo eran abusos, golpes, agresiones e infidelidades. Aunque a los dos días me dijese que me quería y ante mi familia fuese el más bueno del mundo.
Me senté en la cama, suspiré y extendí el brazo para tomar mi teléfono, solo que mi teléfono estaba en la otra punta de la mesilla, y lo que toqué fue un papel. Lo tomé y lo leí.
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Sonreí con ternura y me volví a tumbar en la cama. El día de ayer se empezó a repetir en mi cabeza, como un fogonazo.
Isaac llevándome ─ casi a rastras ─ a la habitación, después diciéndome que me odiaba, luego yo le besé, me empezó a tocar ─ que, ¡joder, ¿dónde coño había aprendido a hacer semejante magia con los dedos?! ─, yo le toqué a él y acabamos en la cama. Después de hacerlo, nos pusimos a dar vueltas por la habitación y después estuvimos gran parte de la madrugada dando vueltas por una ciudad perdida, donde nevaba.
Creo que ese fue el día más surrealista de mi vida.
Mi móvil vibró y por poco llegué hasta la mismísima luna del salto que di.
─ ¡Joder! ─ Me senté en tiempo récord y puse una mano sobre mi pecho ─. ¿Quién coño es?
Cogí el dispositivo con rabia. Era una videollamada de Silvia. Descolgué al instante.
─ ¿Sabéis el susto que me habéis dado? ─ Reproché ─. Joder, casi me matáis de un puto infarto.
En la pantalla estaban Uxue, Fenna y Silvia, riéndose a carcajada limpia.
─ Lo sentimos, zanahoria ─ se disculpó Uxue entre risas. Yo le saqué el dedo del medio ─. ¿Cómo vas? Llevamos mucho tiempo sin verte. ¿Qué tal todo? ¿Es bonito?
─ Ayer fue un buen día. Increíble, diría yo. El mejor de mi vida, probablemente. ─ Sonreí ─. Bélgica es un país bonito. Mucho. Hay cafeterías, librerías, y el hotel es casi de lujo.
─ Te has puesto roja ─ susurró Silvia, moviendo las cejas ─. ¿Qué tal las cosas con Isaac?
─ Bien ─ sentí el calor instalarse en mis mejillas.
─ ¡Cuéntanoslo todo! Estás rojísima, eso significa algo.
─ Ayer... ─ tragué grueso ─. Ayer Isaac y yo nos besamos.
Se hizo un silencio en la habitación hasta que fue interrumpido por sus berridos.