CAPÍTULO 5 →FARAH

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Llegué a casa y lancé la mochila al sofá, exhausta del día aunque a la vez intrigada por el intercambio. No dejaba de darle vueltas al asunto tras la charla motivadora que Uxue me dio volviendo a casa. Mi madre no estaba en casa, por lo que podía hacer lo que quisiera en las horas que tardarían en llegar.

Oí cómo una puerta se abría y giré sobre mis pies.

Adiós a la libertad de escribir y escuchar a Taylor Swift toda la tarde.

La puerta del cuarto de Ryan, mi hermano, se abrió, y un chico medianamente alto, pelirrojo, bastante parecido a mí con los ojos oscuros y con unas cuántas pecas esparcidas por el rostro. Yo, por el contrario, tenía los ojos azules y no había una sola peca en mi rostro. Pero nos parecíamos de verdad, tanto en la forma de ser, como físicamente. Si nos poníamos uno al lado de otro, se podía notar que éramos hermanos con mucha facilidad.

─¡Ryan! ─exclamé, corriendo hacia él, emocionada. Cuánto quería a mi hermano.

─Hola, enana ─me abrazó y yo posé mi mejilla en su torso─. ¿Qué tal tu día?

─¡No te esperas lo que me ha pasado hoy! ─dije entusiasmada. Estaba más feliz gracias a Uxue.

─Dime, ¿qué te ha pasado? ─ se sentó en el sofá junto a mí y me miró, desviando toda su atención a mis palabras.

─¡Me he inscrito para el intercambio! Uxue me ha convencido.

Mi hermano era el que siempre estaba preguntándome sobre el intercambio, ya que él fue y decía que era una experiencia inolvidable, y además; sabía que él estaría orgulloso de mí y que me vendría bien, porque él es de las pocas personas que saben sobre mi estado de salud mental.

─¿En serio? —se emocionó tanto al oírlo que abrió los ojos como platos─. Estoy muy orgulloso de ti, Farah. Podrás escribir todo lo que quieras y lanzar tu manuscrito a editoriales, es tu oportunidad.

Ryan era la única persona en el mundo que había leído todos y cada uno de mis libros y yo no había sentido vergüenza ni pudor. Es más, él siempre le presumía a sus amigos de que yo tenía libros y que escribía de fábula.

Él era el mejor hermano del mundo.

─No sabes lo orgulloso que me siento, Farah —rodeó mis hombros en un amago de abrazarme.

─¿Me ayudarás a hacer las maletas? ─pregunté, sonriendo.

─Te ayudaré en lo que necesites ─aseguró, dándome un beso en la frente.

─¿Me llamarás todos los días? ─reí.

─A todas horas si es necesario ─asintió con la cabeza.

─Te quiero. Gracias por apoyarme y seguir conmigo pese a todo.

—No las des. Tú no tienes la culpa de nada, y me sería imposible no estar junto a ti.

Sonreí y apoyé la cabeza en su hombro. Esa noche, estuvimos en su cuarto viendo series hasta tarde debido a la tardanza de mamá y me quedé dormida en su cama, junto a él, acaparando yo todo el espacio y robando su almohada, como siempre hacía desde que éramos pequeños. Aunque me llevé algún manotazo por su parte cuando le daba patadas sin querer.

***

─No se hable más─ hizo un movimiento extraño con las manos, provocando una carcajada por mi parte─. Tenemos que planearlo todo ya.

Habían pasado las semanas hasta quedar cinco días para el intercambio, y fueron las semanas más rápidas de mi vida.

─Ryan, queda mucho ─dije, mientras mi cabeza proyectaba a un niño pequeño en su referencia.

El deseo de amar para siempre [TERMINADA ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora