FINAL...

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Regina salió con un vestido negro diminuto que acentuaba perfectamente sus curvas, aunque nada riesgoso ya que sus piernas estaban cubiertas por unas hermosas medias con la figura de unas serpientes que sobresalían por debajo de las botas que pasaban sus rodillas, y una gabardina de piel muy estilo "The Matrix" que en otro lugar o momento quizás la harían resaltar; pero esto era NY.

Por otro lado, Bárbara había dejado atrás la comodidad de su ropa de viaje e incógnito, para portar un traje sastre de un verde oscuro que chocaba perfectamente contra el rojizo de su cabello, intensificando es fuerte presencia que la hacía lucir completamente profesional.

Natalie les dio una mirada a través del espejo en el que se proyectaba su propia imagen mientras Jay terminaba de recoger sus salvajes rizos en una coleta alta simple para centrar de esa manera toda la atención en su cara; con esa habitual emoción que siempre manifestaba al realizar su trabajo, que hacía a todas sus afortunadas clientas sentirse expectantemente felices.

Todos estaban allí por ella, para apoyarla a conseguir lo que quería, y aunque no era suficiente para apaciguar por completo su miedo al fracaso, ni olvidarse de su inseparable ansiedad; si era un motivo de sobra para alentarla a no rendirse. Podía intentarlo, quizás conseguirlo; aunque si se caía, si esto terminaba en desastre, igual estaba deseando encontrar el final, y cielos como le había costado llegar a ese estado.

-No responde...-. La voz de Regina interrumpió sus pensamientos. -Creo que si vas a tener que llamar a Adam para ver si sabe dónde está...-. Comentó dirigiéndose a Bárbara

-Claro ¿Qué pretexto sería bueno usar? -. Preguntó a nadie en particular. No le hablaba jamás por gusto, sería raro si solo lo hacía. -Tal vez sí...-. No fue capaz de terminar la oración cuando su móvil empezó a sonar. -Vaya...-. Comentó con una ceja levantada en una mueca cínica. -Parece que lo invocamos...-. Les mostró la pantalla donde se iluminaba el nombre del aludido antes de responder arriesgándose con el alta voz. -¿Qué quieres?-. Contestó en un tono casual que hizo a tres pares de ojos mirarla con aversión. Ella solo se encogió de hombros

-Hola Bárbara, buenos días, espero estés bien...-. En cambio, Adam parecía el epítome de modales con la melodía perfecta en su voz y las palabras correctas; por supuesto, eso solo lo hizo más sospechoso para la pelirroja, pues, aunque era una respuesta normal de su parte, faltaba el derroche de veneno que siempre imprimía para hacerla rabiar. -Amm...- Carraspeó luego de que pasaran tres segundos y ella no contestara. -Disculpa que te molesté a esta hora, pero...-. Era claro que trataba de hacerlo simple, pero había una tensión palpable aún a través de la línea. -Necesito comunicarme con Natalie ¿Sabes por qué no responde?

La mencionada hizo una señal de cruz "x" con las manos, indicando que no había recibido llamadas de él; dejando expuesto que esto debía ser por Aaron. Un brillo malvado apareció en los ojos de la agente, porque a estas alturas era natural que estuviera haciendo esto por su amigo, ya que el pobre todavía no tenía noticias de la castaña. No era un problema complicado, se trataba de una ecuación simple.

-Adam, si yo supiera lo que ella está pensando, mi vida sería infinitamente más sencilla...-. Miró hacia la escritora con intención, a lo que está respondió sacándole la lengua haciéndola sonreír. -Llama a tu actorcillo, por si no lo sabías, están juntos...

Un silencio tajante se mantuvo por al menos cinco segundos, mientras Adam hacía sus propios cálculos. Arriesgarse o mantenerse en su papel. Podría no ser un gran dilema desde una perspectiva externa dado la posición de Aaron; sin embargo, conociéndolo como lo hacía, lo que pretendía hacer no era exactamente algo bueno, y como lo apreciaba lo suficiente para considerarlo incluso un hermano, ese fue todo el tiempo que tardó en decidirse. Esto ya se estaba saliendo de control, debían ser adultos y enfrentar sus consecuencias.

Como en mis libros...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora