CAPITULO XIV

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El fuerte sonido de la puerta tras su espalda, hizo eco a lo largo y ancho de su cuerpo, provocando una horrible sacudida; sus manos estaban tiesas y sudando tan frío; mientras que sus pulmones se habían desmayado y el aire no llegaba en suficientes cantidades a su cerebro... la mayoría de sus neuronas habían fallecido de la impresión, y las que aún seguían con vida, hacían un funeral decente para las compañeras que murieron en combate. Natalie había colapsado...

Su cabeza estaba hecha un desastre. Aun no podía creer lo que acababa de hacer, ella la chica que respiraba, soñaba, vivía, y especialmente babeaba por Nicholas Conte, le había dicho que no se metiera en sus asuntos y lo había dejado con la palabra en la boca, ¿Todo por qué? ¡POR UN REVERENDO DESCONOCIDO! Estaba loca, había perdido la cordura, y su cerebro se había fundido en medio del mar de fuego hormonal... o quizás no.

El gesto de la escritora se modificó luego de este revolucionario pensamiento, y por fin el aire se coló por su nariz. Si, si , y sí, había actuado bastante valiente segundos atrás; pero no lo había hecho del todo por Aarón, es más, ni siquiera podía asegurar que lo había hecho por él, sino más bien todo por ella misma. Él solo fue un pretexto; o mejor dicho, como había sido desde que apareciera frente a sus ojos, un maldito trueno monopolizando la atención hacia su persona...

Naty pudo ver su imagen en 3D sin camisa, y con esa sonrisa de villano sexy tentándola a pecar. Casi se distrajo, reaccionó al instante tras el perturbador sonido de la tormenta. No, no había sido en sí por Aarón; sino que su presencia le había revelado algo que ya venía sospechando y que le habría gustado no confirmar: que Nick la veía como una estúpida...

De acuerdo, quizás esa era una forma muy brusca de poner las cosas, pero en cierta forma todo iba pacíficamente por ese camino. Ella no era una chica exactamente social, y de hecho su problema residía justamente en que no podía estar rodeada por muchas personas antes de sentirse asfixiada; pero eso no significaba que no era capaz de cuidarse ¿No había estado Nick enseñándola durante este tiempo a cómo lidiar con eso? Entonces ¿Por qué ahora iba y decía de buenas a primeras que no era capaz de hacerlo? En ese caso hubiese sido mejor que desde el principio no aceptara ser su doctor...

Ella respiró profundamente, y miró sobre su hombro. En su interior siempre supo que era así, que un gran abismo la separaba de Nick, especialmente porque él así lo quería; pero en ese momento, fue como si la puerta a esa posibilidad, se cerrara ante sus ojos tan bruscamente como había cerrado sobre la que estaba recargada. Y de manera irreversible.

Un suspiro resignado se escapó de sus labios, y Natalie se dispuso a marcharse con la cabeza en alto ya que por lo menos había defendido su orgullo (no de la mejor manera, pero lo hizo); cuando unos poderosos pasos la petrificaron. Por inercia su cabeza se recargo todavía más sobre la fina madera, y en cuanto su sospecha fue confirmada, el instinto de supervivencia que guardaba en su interior, afloro en su máxima expresión.

Claro, ella había protegido su punto de vista, y su supuesto buen juicio... y estaba orgullosa de ello (de verdad, de verdad... seguía convenciéndose); pero eso no borraba lo que había hecho. LE HABÍA GRITADO A NICK. Se sintió como un roedor atrapado en la jaula de la serpiente. Estaba muerta.

Conforme los pasos se acercaban, la escritora observó el espíritu de amazona flotar por el aire al abandonarla, y antes de que el tiempo se le terminara, sus pies emprendieron con habilidad la retirada. No le quedaban opciones. No podía discutir de nuevo con él, porque para nada podría contradecirlo dos veces en un día; además se sentía tan molesta por lo que le había dicho, que probablemente lloraría cual magdalena ahora que su valor se terminó. Y tampoco veía un lugar seguro para ocultarse, así que... correr era la mejor opción...

Como en mis libros...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora