CAPITULO V

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A pesar de que la situación en la que se encontraba, no era justamente la ideal o esperada para esa noche, Aarón simplemente no podía parar de sonreír; era como si sus labios se hubiesen quedado congelados, luego de escuchar hablar a la hermosa joven que ahora tenía entre sus brazos.

Ella era Cameron Cross. Él había ido a buscar a Cameron Cross. Ahora sabía quién era Cameron Cross... él amaba a Cameron Cross...o bueno, amaba lo que encontrarla representaba.

-¿Estas bien?-. Preguntó elevando una de sus cejas divertido, mientras notaba la forma en que ella lo observaba. No estaba seguro de si intentaba desintegrarlo cual rayo láser, o simplemente estaba embobada con su natural belleza; pero a esas alturas le daba lo mismo.

Por su parte, los segundos pasaban para Natalie, y ella seguía sin poder conectar la boca con su cerebro. Toda la endemoniada situación era irreal, y esos ojos tan cristalinos seguían sin dejar de mirarla... no era fácil concentrarse.

-¿Si?...-. Dijo frunciendo el ceño, aun procesando su propia respuesta; aunque eso en realidad había sido una pregunta.

Aarón la alejo un poco con sus manos, pero en ningún momento la liberó de su agarre. Él finalmente apartó sus ojos de los de ella, e hizo una rápida inspección en el cuerpo de la joven, mientras ladeaba un poco su cabeza en diferentes direcciones, para poder tener mejores ángulos.

-Mojada hasta la médula...pero sí, yo te veo bastante bien-. Replicó con un encogimiento de hombros, y acercándola de nuevo.

Natalie trago saliva al ver la forma en que ese extraño la observaba; podía estar empapada, pero su garganta se sentía como un desierto, y estaba más que claro que las palabras se resistían a atravesarlo, por qué por Dios, le resultaba un suplicio hacerlas salir de sus labios.

Ella intentaba, de verdad, intentaba entender lo que ocurría y de ser posible, retomar el control de su cuerpo; pero sus neuronas seguían haciendo una lista de las cualidades del hombre que estaba a escasos y peligrosos centímetros de distancia.

No fue hasta que la misma tormenta que los envolvía y los había orillado a esta situación, les hiciera saber que aún estaban a su disposición, cuando su odioso y bobo consciente, decidió volver a enchufar los sistemas. El trueno retumbó en el cielo haciendo eco en la tierra, y Natalie finalmente sintió como su corazón volvió a palpitar.

-¡Suéltame!-. Gritó. -¡Aléjate de mí!-. Sus manos se movieron desesperadas por liberarse; mientras que ella les reclamaba mentalmente por ponerse a trabajar tan tarde.

El movimiento desesperado de sus brazos, provocó que finalmente Aarón la soltara, pero igual que antes, ni siquiera la forma en que salpicaba agua contra él, y las miradas iracundas que ahora le daba, pudieron hacer que sus labios dejaran de sonreír; lo cual solo la enfurecía más.

Desafortunadamente para ella, todo parecía estar en su contra, el maldito vestido podía ser una maravilla estando seco, pero ahora se pegaba a su cuerpo de forma espantosa, limitando sus movimientos; los tacones... bueno, esos la torturaban desde antes de caer en la piscina; y por si su vestuario no era suficiente, el viento soplaba tan fuerte que la endemoniada alberca parecía tener sistema de olas.

-¿Por qué no solo te relajas, y me dejas ayudarte?-. Ofreció Aaron amablemente, aun flotando frente a ella.

Escuchar la propuesta, y peor, el tono en que se lo dijo; hizo que el rostro de Natalie se contorsionara de furia. Todo lo que estaba pasando era su culpa; si no le hubiese dicho que ella era Cameron, y si no la hubiese mirado de la forma en que lo hacía, ella no se habría caído...

-¡Apártate idiota! ¡¿Qué no te das cuenta que esto es tú culpa?!

En cuanto esta declaración abandono sus labios, toda la tensión que estaba acumulada en sus músculos se liberó; mientras una hermosa epifanía se revelaba en su interior, ayudada por los efectos de sonido que el cielo enviaba. Por primera vez en su historia con la ansiedad, ambas estaban de acuerdo. No era su culpa, era la del tipo que tenían flotando frente a ellas. OH.POR.DIOS.

Como en mis libros...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora