—Tenemos que hablar, Jane — dijo sin despegar la mirada de la carretera —. Sé que no estas en tus cinco sentidos, pero tenemos que aclarar muchas cosas.
—Pues es momento perfecto, Sr. Cooper, estoy muy bien — sacudió la cabeza suavemente en negación —. Si se trata de la Srta. Fiorella, es mejor que no...
—Precisamente es sobre ella de quien te voy a hablar —. suspiró—. Ella y yo ya no tenemos una relación, hace meses e incluso mucho antes de que llegaras a la empresa, nuestra relación terminó. Aunque no me creas, después de haberle dejado en claro que no quería nada más con ella; nunca volvimos a tener intimidad ni por equivocación. De eso ya van más de cuatro meses. Créeme, lo juro por mi madre que no te miento. La única razón del porque hemos seguido fingiendo ser pareja es por sus padres, y porque ella es mi amiga y decidí ayudarla; no creí que el ayudarla me generaría tantos problemas como ahora. Con la ayuda de mi hermano sabremos si el bebé es hijo mío o no. Sobre la boda, no habrá como tal, ya se lo he dicho...
—No me explique nada, por favor.
—¿Por qué no? Si yo quiero dejar las cosas en claro, Jane. No estas tan a la defensiva siempre conmigo — detuvo el auto frente a la casa de él, y el estómago empezó a contraerse de nuevo —. Necesito decirte todo esto, me siento en la obligación.
—Es que no lo está. No es que como que tengamos una relación usted y yo.
Su fuerte resoplido me sacó de mis casillas.
—¿Acaso no te das cuenta todo lo que estoy tratando de decirte, Jane? Sé que no tengo por qué darte explicaciones a ti ni mucho menos tener este miedo que siento al pensar en que me rechaces por un mal entendido — mi corazón empezó a agitarse demasiado ante el rumbo que está tomando la conversación —. Estoy empezando a quererte, Jane. Estoy sintiéndome muy atraído de ti y no sé como explicar esto que siento dentro cada que te tengo cerca.
—No siga...
—Sí, si voy a seguir — me tomó de la barbilla y me encaró rodeando mi cuello con su otra mano —. Soy malo confesando mis sentimientos, pero no puedo engañarme a mi mismo sabiendo que mi corazón está latiendo muy fuerte por ti, Jane. Me gustas mucho, demasiado diría yo. Quiero ser el único hombre que este en tu vida, en tu alma y en tu corazón. Por eso te pido que creas a cada una de mis palabras, no te estoy mintiendo — sonrió tierno, he padecido de tres infartos ante sus palabras —. Estoy cumpliendo treinta y un años hoy, y creo que ya he perdido el tiempo con mujeres de paso y estoy dispuesto a dártelo todo. Sé que es de tiempo para que lleguemos a amarnos, pero si no lo intentamos, nunca sabremos si seremos el uno para el otro...
El tun tun de mi corazón se detuvo, ante el fuerte impacto de su beso suave y tierno. Mi estomago ha adquirido un cosquilleo intenso al escuchar la confesión de Dereck. Las lagrimas llegaron al tiempo que sus brazos se aferraron a mi cintura, aun en la incomoda posición en el auto, su beso siguió robándome la calma y volviendo mi cabeza un lio por todo lo que tengo en ella. Descendió los besos por mi barbilla hasta dejar una suave mordida en mi cuello, un suspiro salió de lo más profundo de mí. La suavidad con la que sus dientes rozan mi piel me hace estremecer hasta los huesos.
—Dereck... — me calló robándome las palabras de la boca con el beso más apasionado que me dio.
—No digas nada, por ahora — profundizó el beso pegándome contra si —. Por ahora solo quiero demostrar quien es la única que esta en mis pensamientos. Por qué eres tú la única dueña de mis deseos...
Bajó del auto y me abrió la puerta como un caballero. Mi mano tembló al tomar su mano para bajarme. Me levantó en sus brazos inesperadamente, y del mismo miedo me aferré a su espalda con mis piernas y brazos. Rió en mi cuello y me llevó entre besos húmedos hasta el interior de la casa.
El recorrido de la puerta hasta la cama fue largo, lleno de besos, suspiros y gemidos finos. Me vi envuelta en medio de su cama completamente desnuda, mientras su boca acracia cada rincón de mi piel. Su lengua traza caminos sobre mi cuerpo y el mismo placer que siento solo me permite dejar escapar gemidos tan suaves; la suavidad, la agonía y las lagrimas cayeron mojando la cama. El único sonido en la oscura habitación era de nuestras respiraciones agitadas y de su boca plasmándose en mi piel de por vida.
Se incorporó jalándome hacia abajo, besó suavemente mis piernas hasta llegar a mis muslos y dejar un ultimo beso antes de mezclar la humedad de su lengua en el centro de mi entre pierna. Su lengua acaparó todos los flujos del anterior orgasmo y el que está por aproximarse. Las palabras son innecesarias, es como estar en una burbuja donde solo existimos él y yo. Sus manos tibias, grandes y suaves acariciaron mis caderas, mi vientre y así prosiguió hasta llegar a mis senos, apretándolo suavemente y con ellos mi cuerpo hacia abajo. Las corrientes suben a mi cabeza con cada lamida que va proporcionándome en esa parte tan sensible.
—No tienes idea de como me encantas — susurró subiendo la boca por mi vientre, dejando un camino de saliva hasta que llegó a mis senos y los maltrató a su antojo alternándose en ellos —. Eres mía y siempre lo serás...
Se posicionó entre mis piernas y robó mis labios ahogando el gemido que salió de mí, a lo que su miembro entró abarcando todo mi interior. Entrelazando nuestras manos, continuó con embestidas lentas, pausadas y de vez en cuando aumentando el ritmo de las mismas. El sudor de su frente caía en mi rostro mojándome de él. Nuestros cuerpos se entregaron no solo en cuerpo, si no que nuestras almas se unieron en una danza donde su cama fue testigo de la cantidad de veces en la que me hizo suya, de aquella manera tan única y perversa que solo él podría hacerlo.
La brecha entre los dos está más que hecha ya, mañana cuando despierte y lleguemos a extrañarnos, todo esto será un hermoso recuerdo del cual el tiempo se encargará de borrar... Dereck Cooper no es para mí, y yo no soy para él, y sin embargo, nuestros cuerpos parecen no entenderlo.
—Sé mía para siempre, Jane — susurró dándome besos por la espalda mientras su miembro palpita dentro de mí —. Quédate para siempre conmigo.
—Ya lo soy — mi voz se quebró y las lágrimas salieron junto a ese ultimo orgasmo, mientras las venas de sus brazos explotaron abrazándome muy fuerte contra su pecho húmedo.
— Eres mi mapachita traviesa — sentí el liquido emerger de sí para llenarme por completo —. Supiste entrar y quedarte aquí — su abrazo no me deja ni respirar.
— Te quiero, Dereck — se afianzó mucho más a mi cuerpo, callando todas las palabras. Así lo quiero, con el doble sentido que le da a todo.
Y es verdad, lo quiero, aunque mi testaruda Jane trate de negarlo. Quise confesárselo ahora, justo en el momento indicado entre nosotros.
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Dereck Cooper(EN FÍSICO) [✓]
RomantikJane y Dereck son tan opuestos en cada aspecto de su vida, que el atraerse como imanes será cuestión de tiempo. Dereck no comprende como una chiquilla sin gracia ni belleza, le hará remover el corazón y cada fibra de su ser, poniéndolo en aquella si...