Arrancarla de mi pecho

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Dereck

¿Qué le ha pasado a mi mapache? Por que de la noche a la mañana esta a la defensiva otra vez conmigo. Quiero decir, esta mañana se veía muy feliz al despertar a mi lado, como es que luce como el mismo diablo encarnado. Sus ojos están rojos de rabia y su bofetada esta vez sí me ha desconcertado. Ha pasado un largo día en el que solo deseaba probar de sus labios para olvidar en todos los líos en los que ando metido por mi propia culpa. Esto de ayudar a los demás me sale bastante caro.

—¿Qué te pasa, Jane? —traté de acercarme, pero su espalda se pegó más en la puerta, acción que me hizo frenar en seco —. Dime que pasa contigo.

—Y aun tiene el descaro — rio irónicamente —. Sabia lo desgraciado que era, pero no pensé que lo fuera tanto. Supongo que ha de estar acostumbrado a pisotear a las mujeres y luego desecharlas usted, ¿verdad? — resopló —. Da igual, ya todo vale mierda, Sr. Cooper. Como le digo, usted siga su camino lujoso sin necesidad de atravesarse más en el mío. ¿Acaso no era eso lo que quería?.

—No sé qué te está pasando ni porque estés actuando de esa manera tan extraña. En la maña no estabas así, ¿es esto una manera de coquetear y llamar mi atención?.

—¿Usted es estúpido o se hace nada más? Estoy creyendo que su mamá lo dejó caer de pequeño de la cuna y por eso tanta estupidez junta. Esos golpes no son buenos para un niño. En fin, hasta mañana, Sr. Cooper, ya se ha terminado mi horario...

Giró y la aguanté por el brazo, un suspiro salió de su boca al tiempo que su cuerpo temblaba bajo mi mano. ¿Qué le está pasando? Está demasiado extraña.

—¿Quieres cenar esta noche conmigo, Jane? Debo decirte algo muy importante.

—Si no son cuestiones de trabajo, no me interesa saber absolutamente nada de su vida — se soltó bruscamente de mi agarre —. Hasta mañana.

Salió de la oficina dejándome con la palabra en la boca y el estomago comprimido ante lo que me ha dicho. Saqué una cajetilla de cigarrillos y encendí uno con urgencia. No me gusta perder el control de las cosas, mucho menos perder ante una mujer que se está metiendo lentamente dentro de mi pecho.

Los siguientes días la actitud de Jane siguió sorprendiéndome, es como si me odiara con todas las fuerzas de su corazón. Me habla estrictamente lo laboral y siempre está a la defensiva cuando trato de hacer algún acercamiento. Me sorprende que rechace los vestidos que he estado haciéndole exclusivamente a ella; diseñados por mí y elaborado por mí. He tenido su figura día y noche en mis pensamientos. Ella ha sido la principal causa de inspiración para mi nueva colección. Sé de sus medidas exactas y sé que luciría extremadamente bella con cada conjunto que he realizado pensando en su cuerpo.

—¿Qué haces tan tarde en la empresa, mi amor? — dejé caer el lápiz sobre la mesa y me levanté para ayudar a entrar a mi madre en la oficina —. Me preocupé por ti al no verte en casa y he estado llamándote, ¿Qué es lo que te está pasando, Dereck? — se me quedó viendo muy preocupada con esos preciosos ojos verdes cansados.

—Perdóname, mamá — besé su frente y suspiró —. He estado trabajando en la nueva colección y se me va el tiempo realizando los diseños.

—Por qué te estas esclavizando tu solo, si bien aquí hay más de un diseñador, hijo. No quiero verte de lleno, puedes enfermarte. También mereces ser feliz y disfrutar un poco — se sentó en el sofá de cuero.

—Y ellos hacen la mayor parte del trabajo, mamá. Sabes que me gusta hacer los diseños con tiempo — asintió —. ¿Qué haces aquí? Deberías estar en casa, no era necesario que vinieras hasta la empresa.

—Quiero hablar con mi hijo un rato — me senté a su lado tomando su temblorosa mano —. Dime que no es verdad sobre tu boda con Fiorella, sé que son pareja, pero no creo que esa mujer sea quien te convenga, mi amor. Una mujer que no tiene la cabeza bien puesta en su lugar, no es merecedora de un buen hombre como tú. Además, que hay mejores candidatas... ¿no es así? — inquirió casi leyendo mis pensamientos.

—Nada de eso es cierto, sabes que le tengo fobia a los matrimonios, mamá. Supongo que ya es hora de frenar a Fiorella — suspiró —. Y no, no hay nadie en mi vida. No estoy interesado en formar una familia, por ahora...

—Te lo he dicho muchas veces, Dereck. Fiorella podrá ser tu mejor amiga y podré conocerla desde muy pequeña pero la madurez no la ha hecho una chica con inteligencia. En cuanto a lo otro, se que estas así por alguien... haya tu si no le quieres contar algo a esta vieja.

—Mamá...

—Mamá nada. Dereck Cooper, me recuerdas a tu padre cuando empezó a conquistarme — y aquí vamos de nuevo —. Era tan bruto y patán a la vez, que tuve que cuadrar su cabeza con un par de golpes antes de darle el sí ante el altar — sonrió con ojos brillantes ante los recuerdos —. Aún recuerdo cuanto le costó confesar los sentimientos hacia mí. Decían en ese entonces, que el galán se enamoró de una flor con poca gracia, y más sin embargo, descubrió la más excéntrica y bella en su especie... — ensanchó la sonrisa —. Vamos a casa hijo, es hora de descansar.

—Esta bien, mamá — tomé mi americana y salimos hablando de cosas trivialitas.

Soy como papá eso me lo han dicho siempre. Hasta en la manera de actuar me parezco a él; suiza un tanto a lo bruto. Sin embargo, en algo si tiene razón mi madre, y es en qué; la descubrí tan cubierta y llena de polvo que, al limpiar sus pétalos, sonrió con los rayos de su belleza. La indiferencia de Jane me quema muy lentamente, así como me sedujo, asimismo me está enloqueciendo. Es difícil arrancar del pecho a quien se encuentra muy en lo profundo, enlazada hasta en los huesos. He tratado de hacer hasta lo imposible para saber las razones del porque actúa así conmigo después de haberla hecho mía. Jodidamente e histéricamente es complemente mía, así se niegue a aceptarlo.

El tiempo no es más que agujas que pinchan el corazón, haciendo que esa herida cerrada y curada, sangre por lo que empezó a sanar lentamente.


—Ay, mi mapache — susurré oliendo su aroma en la almohada, en la cual descansó su rostro por un tiempo —. Me estas dando mucha pelea, cielito. Es mejor que estés bien de defensas porque cuando te agarre, no te dejaré ni respirar.

Dereck Cooper(EN FÍSICO) [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora