—¿Qué cree que hace? Usted no va a dormir aquí — se apresuró a decir volteándose rápidamente hacia mí —. Le diré a una de las empleadas que le prepare una habitación, hay suficientes disponibles.
Trató de levantarse de la cama, pero la aguanté por el brazo haciéndola caer encima de mí. Se quedó sorprendida mirándome con esos ojos avellanas brillosos y rojos por las lágrimas.
—Para que va a molestar a las empleadas, ya ve que han de estar ocupadas — acomodé un mechón de cabello tras su oreja. Sus brazos están tensos a cada lado de mi rostro y nuestros alientos se mezclan por la cercanía. Jodida necesidad de besarla la que tengo —. Acuéstese, le prometo que no haré nada...
—No puede quedarse en mi habitación... — susurró sin apartar sus ojos de los míos.
—¿Entonces con quien quiere que me quede? — envolví mis brazos a su cintura apegándola a mi cuerpo. Mordió su labio y relamí el mío —. Deje de provocarme, Wilson.
No puedo controlar los impulsos al tenerla así de cerca. Ayer quedé peor de lo que estaba antes de acariciar y probar de su piel. Maldito problema que me causó durante el resto de día. Moví cielo y tierra para estar aquí y de paso no perder una de las colecciones más importantes del año. ¿Estoy haciendo todo esto solo para llevarla a la cama? Dereck Cooper, estas jodidamente mal de la cabeza. A la mierda, tomé su nuca y me apoderé de sus labios. Sus labios son muy suaves y el moverse tan lentamente sobre los míos, me lleva a aumentar el ritmo robando todo su aliento hasta hacerla jadear. Que, en lugar de reclamar aire, exija más de mi aliento. Posé la otra mano en su trasero y lo apreté contra mí. Sé que me estoy aprovechando quizás de lo vulnerable que está en este momento, pero no puedo y no quiero detenerme hasta que no se haga cargo.
—Usted es el diablo, Sr. Cooper — murmuró.
—¿Le parece, Wilson? Estoy jugando con la mente de mi falsa novia, nada más — sonreí contra sus labios —. Los cuernos los dejo como obsequio en lo más profundo de usted, mi mapache.
—¿Qué? — levantó la cabeza mirándome con los ojos más brillantes que haya visto en mi vida —. ¿Cómo me ha llamado? — trató de elevarse, y más la apreté contra mi pecho —. Suélteme, sabia que usted estaba haciendo todo esto para burlarse de mi nada más, no porque le naciera — desvió la mirada y sonreí.
—¿Cree que no me nace, Wilson? — le hice ver mi erección y tragó saliva —. Independientemente de cómo la llame o no usted genera que ese de ahí abajo se ponga así de duro. Pero como sé que esta pasando por una situación muy difícil tras la pérdida de su abuela, dejaré pasar ese enorme dolor solo por un par de días. En cuanto su dolor pase, solo le quedará el de la cadera. Hasta que me suplique a que la haga mía como tanto lo queremos los dos...
Jane
Me quedé con la boca abierta al escuchar lo directo que fue. Lo único que está buscando de mí, es sexo. No me he hecho ilusiones por solo un par de besos, pero soy tan ingenua que hasta llegué a pensar otras cosas. Asimismo, como me acribilló entre sus brazos me dejó caer a su lado. Sonrió con suficiencia y se quedó boca arriba en completo silencio. Le di la espalda y empecé a divagar con toda esta situación. Me odia, pero quiere tenerme en su cama. Los hombres solo piensan con una cabeza, y no es la de arriba. ¿Qué es lo que quiere realmente de mí? Él no quiere mi amor, para nada... con esos pensamientos el agotamiento me llevó al mar de los sueños olvidando a quien tenía a mi lado...
—Wilson, despiértese — un brazo jaloneó el mío —. Usted no pesa, pero ya me ha adormecido el cuerpo con su peso sobre mí.
Me incorporé tan rápido como pude de su pecho. Me estoy contradiciendo yo misma. Odio a ese maldito diablo, de cuernos afilados y corazón perverso. Rió tomándome de la barbilla y dejando un beso en mis labios antes de salir de la habitación. Demonios hasta me quedé dormida con vestido. Tiré del borde del mismo y me levanté para ir a asearme. Mientras tomé una ducha con agua tibia, me imaginé que las gotas de agua eran unas ardientes manos que se paseaban por mi cuerpo y se perdían entre mis piernas, bajando hasta mis pies. Al echarme el jabón en mi cuerpo me di cuenta lo sensible que estoy al pensar en ese demonio que tengo como jefe.
Distancia es lo que debo tener de él, antes de quedar envuelta en esos verdosos y perversos ojos que tiene ese rubio. Arranqué de mi cabeza esos pensamientos y terminé de ducharme. Entre más rápido salga de lo de la lectura del testamento, más pronto me iré de esta casa. Salí cubriendo mi cuerpo con una toalla y me encontré de frente con ese ente demoniaco con ropa entre sus manos. Instintivamente agarré fuerte la toalla en mis manos.
—Que recibimiento tan bueno — escaneó mi cuerpo en una fracción de segundo, con una sonrisa ladeada en sus labios —. Si no le hubiera prometido lo de anoche, muy seguramente ya la tendría de piernas abiertas para recibirme... después de todo, está muy mojada y lista para mí. Me bañaré — asentí rápidamente incapaz de formular palabra alguna.
Mi corazón se ha detenido otra vez por culpa de sus directas insinuaciones. Por su puesto que no soy imbécil, si las he evadido es para que se dé por vencido, no obstante, será otra la que caerá rendida ante ellas. Me sequé rápidamente el cuerpo antes que el demonio en persona saliera y me viera completamente desnuda. Como no tengo más ropa, no tuve de otra que colocarme el unirme de la empresa. Mientras me secaba el cabello, mi jefe salió del baño perfectamente arreglado. Luce mucho más atractivo con ese traje vistiendo tan formal e informal a la vez. Desvié la mirada y terminé de peinarme el cabello.
—¿No trajo más ropa? Debería de ponerse el vestido de ayer.
— No. No tengo más. Se supone que iba a trabajar no a terminar en esta situación... — la tristeza y los recuerdos me llegan por momentos en los que este hombre aprovecha para ayudarme a olvidar el dolor.
—Solo le puedo decir que su abuela estaría muy orgullosa de usted, Wilson. Tiene una nieta un poco despistada y torpe, pero eso no le quita lo inteligente y decidida — este hombre nunca cambiará. Sus palabras solo me causan gracia y eso no debería de ser así —. Que ella donde este sea un empuje para cumplir sus sueños, Wilson. Ahora bien, apúrese porque tenemos que volver a la empresa. Fíjese que no quiero que las modelos resulten renunciando por culpa del acosamiento de Elián.
Mire quien habla. El que no ha dejado de acosarme desde que llegué a su empresa. Asentí agradeciendo sus palabras de aliento. Unas veces no es tan malo como parece. Simplemente otras es un completo desgraciado. Bajamos hasta la primera planta donde desayunamos con el resto de la familia. La tensión era palpable en la mesa. Ninguno se atrevió a decir una sola palabra, pues saben el humor que se carga Luci, y más cuando le llevan la contraria. Su mirada me desconcierta, la mascara ha caído de su rostro mostrándome el verdadero ser que es por dentro.
—El abogado de Nana ya está en la sala — avisó mi tía Raquel.
Todos caminamos hacia la sala para escuchar lo que tenia que decir el abogado de mi abuela. Una vez allí, el brazo de mi jefe se envolvió en mi cintura. Ya se le está haciendo de costumbre tocarme cuando le da la gana. Lo que me sorprendió y me removió cada hueso de su lugar fueron sus palabras.
—Así todos estén en su contra, Wilson. Aquí estoy yo, no dejaré que nadie más que no sea yo le falte el respeto; solo yo puedo hacerlo sin necesidad de lastimarla. Ya sabe a lo que me refiero, ¿no? — esta vez no le vi malicia a sus palabras. Aunque entendí su doble sentido en ellas, supe que me está diciendo la verdad,,, y no sé por qué lo hace.
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Dereck Cooper(EN FÍSICO) [✓]
RomanceJane y Dereck son tan opuestos en cada aspecto de su vida, que el atraerse como imanes será cuestión de tiempo. Dereck no comprende como una chiquilla sin gracia ni belleza, le hará remover el corazón y cada fibra de su ser, poniéndolo en aquella si...