Dereck Cooper(EN FÍSICO) [✓]

Vida nueva(Fiorella)

Fiorella

Desde muy pequeña supe que modelar y ser actriz era el mayor de mis sueños, que el estar representando un papel sea o no fantasioso, de algún modo me sacaba de la bárbara realidad que me atormentaba día tras día. Desde que tengo uso de razón he visto como mi padre hacia cosas que el día de hoy entiendo como indebidas. La inocencia de mi niña interior me llevó a verlo como algo natural, algo que usualmente hacían los padres con sus hijas, algo que no escondía ningún tipo de maldad. Me sentí amada, porque de algún modo u otro, eso fue lo que siempre me dijeron mis padres.

El amor de un padre sobrepasa limites, no obstante, la línea de ese limite nunca se debe rebasar.

Doménico fue un padre sobreprotector, cariñoso, comprensible. Él era un hombre que siempre me trataba como una princesa. Todo lo podía tener a mis pies, si así lo hubiese querido, pero por dentro; ese monstruo que siempre habitó en su interior, aparecía en las noches para acabar con la poca pureza que tenía mi alma. La oscura noche llegaba a mi ventana junto con un hombre transformado y cegado por el placer. Doménico, mi propio padre hizo y deshizo conmigo; no recuerdo desde que edad solía tocar las partes íntimas de mi cuerpo, pero sus manos sobre mi piel son las pesadillas que no me dejan dormir por las noches. Mi madre, quien se supone que debía cuidar de mí y protegerme de todo mal, no hizo absolutamente nada para evitarlo. Con la mirada perdida, con lágrimas en los ojos y con un puñado de dedos entre sus manos, apreció todo lo que me hizo mi progenitor. El mismo hombre que me dio me la vida, me la quito, sin necesidad de acabar con la misma.

Muchas noches le pregunté a mi madre porque permitía que mi padre me tocara, y nunca hubo respuesta de su parte; con un simple, déjate, que tu padre te quiere, me dejaba con miles de preguntas en el aire. Al entrar en la escuela, y empezar a crecer y atender el mundo año tras año, me di cuenta que lo que hacía era una violación. El solo pensar en como me hizo mil veces mujer, un enorme nudo de asco y odio no me permite respirar. Dereck fue el mejor de mis amigos, el primer amor de mi vida y un hermano que siempre me protegió sin importar que. Él siempre estuvo para mí, y aun lo sigue estando.

Dereck me dio la seguridad de amar y ser amada, simplemente nuestro amor nació muy hermoso y murió de la misma forma. Me culpo por haber actuado mal y bajo impulso, pero no me quedaba de otra y terminé perdiendo a la única persona que siempre me amó, un gran amigo y hasta la misma libertad y de por fin salir del infierno en el que vivía. No era mi intensión que ese hombre se volviera loco y arremetiera contra Jane, mi plan era uno muy diferente, pero todo se salió de control cuando impactó el cuerpo de una chica que desde el primer momento en que la vi, supe que era la mujer indicada para Dereck.

Luca es el único hombre que sabe de mi verdad y nunca me rechazó por ello, el deseaba ayudarme con todas las fuerzas de su ser y ahora no sé en donde pueda estar. El poco tiempo que estuvimos juntos, me hizo dar cuenta que el amor verdadero si existe, que no hizo falta jurarse amor aun sabiendo que las palabras se las puede llevar el tiempo. Amarlo fue lo más bonito que pude sentir, pero al mismo tiempo, fue la sentencia de muerte. Doménico no lo aceptó de la misma forma en que aceptaba a Dereck, y aunque se me hacía extraño el porqué, después comprendí que solo ansiaba el dinero de la madre de Dereck. Doménico es un enfermo, un hombre que no piensa con la cabeza, su actuar es por instinto de auto complacerse y satisfacerse, sin importar lastimar al quien sea. Ni siquiera le importó arruinar la vida de su propia hija.

Un día más, un día menos, qué más da el tiempo que esté en un lugar en el cual me mantienen encerrada. Supongo que los mismos medicamentos y los fuertes tratamientos a los que me han sometido desde niña, han arruinado mi salud mental de algún modo. Los doctores cada día se convencen de mi esquizofrenia es mucho más grave que le día anterior. Por lo menos, he quedado tranquila al saber que mi hija está en buenas manos. Sé que Dereck jamás la lastimaría, e incluso, sé que Jane tampoco lo haría, a si me odie con todas las fuerzas de su corazón. No tengo perdón de nadie, pues tampoco lo estoy buscando; solamente estoy en la búsqueda de liberar mi alma del infierno que la mantiene cautiva. Ya no tengo vida, pero un pequeño y hermoso motivo me ha devuelto las ganas de vivir.