Verdad

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Dejé de oírla cuando Jane atravesó las puertas de la sala de juntas, colgada del brazo de un hombre. La cabeza me dio mil vueltas al verle como sonreían como la pareja del año. Un hombre más, entro tras ellos. Tuve que tragarme el maldito orgullo y no sacarla a patadas de mi empresa, pues su presencia remueve todo eso que estoy tratando de olvidar.

Las miradas, los susurros y las risas que le da al hombre me ponen de mal humor. A él sí le sonríe, a él sí lo deja acercarse a su oído y dejar otro que otro beso en su mejilla. Entonces si lo ama como me lo ha dicho. Maldita sea la hora en la que me enamoré de una cobarde e interesada mujer. La reunión empezó y entre más hablaba Jane, más me sorprendía, pues todo empezaba a encajar en su lugar. Las deudas fueron sanadas por ella. Fue ella quien me ha estado ayudando todo este tiempo. La rabia fluye por mi sangre, a tal grado que no he sido capaz de decir una sola palabra por no hacer quedar mal a mis padres.

—¿Entonces que les parece la propuesta? — preguntó Karina dándome un leve empujón con el codo —. El Sr. Cooper y mi persona hemos trabajado por bastante tiempo en ella.

—Es perfecta, para nosotros es un placer cerrar un trato tan grande como este — Antony, ese el nombre del que me ve raro —. Nena, firma para que quede todo...

Jane no estaba prestando atención, pues sus ojos estaban fijos en la pantalla de su teléfono. En segundos se levantó y todos hicimos lo mismo.

—¿Qué pasa, Jane? — Paul el más serio y que escasamente había hablado, la tomó de los hombros al ver lo pálida que esta —. ¿Qué tienes?.

—No... no hay trato...

—¿Qué mierda hablas, Jane Wilson?! — exploté caminando hacia ella y tomándola de los brazos con fuerza —. Montas este teatro de mierda, me haces perder el tiempo y ahora me sales con que no hay trato. Ya no me sorprende para nada. La verdad tu mierda di dinero no vale absolutamente nada. Largo de mi empresa.

—¿Pero por qué has tomado esa decisión, si acaban de decir que la propuesta les ha gustado? — mi madre me tomó del brazo y solté a Jane quien no dejaba de llorar.

—Lo siento mucho, Sra. Cooper... en verdad lo siento — salió corriendo como la cobarde que es.

—¡Huye como siempre, cobarde! — giró el rostro solo un poco hasta que uno de los hermanos la tomó del brazo y la sacudió con fuerza.

Verla tan afectada me estaba chuzando el corazón por ir a consolarla. No quería saber nada de ella, incluso mi cabeza me dice que no tiene por qué importarme lo que le suceda, pero mis pies se movieron por sí solos hacia ellos.

—Tranquila, mi amor, todo estará bien, ¿sí?.

—No entiendes Antony, te lo dije, esto era una mala idea. No debí venir, no debí arriesgarme... — su llanto no me deja entender sus palabras.

Su teléfono volvió a sonar y esta vez el que contestó fue Antony.

—¿Sí?.

—Te gusta hacerte de rogar, ¿verdad? — se me quedó viendo con los ojos rojos —. Crees que con esa carita de mosca muerta te vas a salir con la tuya, Jane — la tome del brazo jalándola hacia mí, el quejido se oyó fuerte —. Quieres joderme como los demás, ¿no? Te felicito, lo has conseguido nuevamente...

—Me está haciendo daño... — susurró.

—Eres mentirosa, falsa, cobarde. Una pequeña zorra — su temblorosa mano impactó en mi rostro con fuerza —. ¿Te duele que te diga la verdad?.

—No voy a tolerar más sus insultos, ya bastante los soporté antes...

—Entonces sé una verdadera mujer y da la cara, Jane. Que quieres que te diga, ¿eh? Si eso es lo que estoy viendo de ti, porque es lo que estas demostrando ser...

—¡Mi hijo esta en peligro, Dereck Cooper! ¡He arriesgado la vida de mi propio hijo solo por seguir ayudándote! — estalló con la cara roja sin dejar de llorar —. ¿Ahora sigo siendo la misma cobarde? Ya no me importa el concepto en el que me tenga, pues he dejado que esa maldita loca, que según debía de estar encerrada se llevara a mi hijo. ¡Y sí, soy poca mujer por haber preferido a mi hijo por encima de ti!...

—Jane...

—Cállate, Antony. ¿No eras tu el que me estaba diciendo de contarle a este hombre la verdad? — me encaró echando fuego por los ojos —. ¿Contento? Ahora bien, si eso es todo lo que quería escuchar, Dereck Cooper, pues ya me puedo ir a buscar a mi hijo. Mi bebé es un pequeño inocente que no debió caer en manos de una loca. ¿No era que estaba encerrada? ¡Cómo es qué está suelta por ahí? ¡Habla, Cooper! ¡Tu hijo está en peligro y solo te has quedado como idiota viéndome la cara!.

Antony la abrazó para callarla, pues está fuera de sí. Las lagrimas caen con fuerza de sus ojos. Me quedé de piedra tras oír sus palabras. No encuentro que decir y que hacer, su inesperada confesión me ha agarrado con la guardia baja. No sabía que habíamos tenido hijo, pues nunca tuvo la valentía de decírmelo.

—Debes calmarte, Jane — la suave voz de mi madre me sacó de mis pensamientos —. No sacas nada poniéndote de esa manera.

—Mi bebé...

—Shhhh, lo vamos a encontrar. Pero ahora debes decirnos todo lo que ha pasado, ¿y porque estás tan segura que es Fiorella la que tiene a mi... nieto? — Jane me miró y se desvaneció a llorar entre los brazos de mi madre —. Karina trae un té, por favor. Elián llama al detective, que venga cuanto antes. Dile a Spencer que llame a la clínica y me den la información de cuándo ha salido esa mujer de allí. Todo estará bien, Jane. Debes calmarte.

Dereck Cooper(EN FÍSICO) [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora