Dereck Cooper(EN FÍSICO) [✓]

Última oportunidad

Su confesión fue tan confusa y repentina que mi mente aun no logra procesar nada de esto. La abracé desde atrás y su llanto se hizo mucho más fuerte. El inmenso nudo que tengo en la garganta no me permite decirle las palabras adecuadas; pues no tengo que decirle ante gran atrocidad. Pensándolo bien, muchas veces se me hizo muy excesiva la protección con Fiorella, pero por mi mente nunca pasó que se trataba de ello. Siempre fue una niña, una adolescente y una adulta que aparentaba felicidad conmigo. Siempre vi a esa chica alegre, amable, decidida: nunca vi que sufriera por alguna cosa. A mi mente llegaron recuerdos muy buenos de nuestra amistad, ella no esta mal de su cabeza como lo ha dicho el doctor. Su inteligencia sobrepasa a la de cualquiera. Fiorella no tuvo culpas de haber quedado bajo las garras de una persona que debía de protegerla de todo mal.

—No me tengas lastima, Dereck. Te juro que duele más que el odio que sientes por mí, y lo entiendo, hice muy mal en haber atentado contra la vida de tu pequeño; créeme que nunca pensé en lastimarlo. López fue quien me ayudó a escapar de aquí, y vi la perfecta oportunidad de llegar a ti, pero Doménico me sorprendió. Ese hombre es una maldita sombra, Dereck — la giré en mis brazos y la abracé fuerte, acariciando suavemente su espalda —. Tenía que de algún modo llamar tu atención, sé que muy en el fondo sientes la necesidad de ayudar a quien te importa en verdad. No quiero causarte más problemas con Jane, sé cuánto la amas y entre una cosa y la otra ha de estar odiándome en este momento. Yo solo quiero salir del infierno, pero entre tantas posibilidades que tuve de escapar, siempre quedé atrapa en el limbo. No es necesario que me creas, es evidente que me ves como si en realidad estuviese loca... hasta yo misma me lo he creado por mucho tiempo. Por lo menos siento paz al contarle a alguien sobre esto que he guardado por mucho tiempo.

—No es fácil procesar todo lo que me has dicho, Fiorella. Te sacaré de aquí, es obvio que tu padre ha de haberles pagado a estos doctores también, Solo te haré una pregunta y quiero que me seas lo más sincera posible. Fiorella — asintió con la cabeza —. ¿Me estás diciendo la verdad o esta es otra de tus mentiras? Estoy dispuesto a ayudarte una última vez, Fiorella. Pero quiero estar seguro, para que después no me hundas el puñal. Estoy jugándomela ahora mismo por ti.

—Te juro por mi hija que te estoy diciendo la verdad. Yo solo quiero tenerla entre mis brazos e irme lo más lejos posible de este mundo si es posible. Quiero estar en un lugar donde ni ese hombre ni esa mujer nos encuentren tan fácilmente. Ayúdame, Dereck. Eres al único en quien puedo confiar, siempre ha sido así. Luca está desaparecido, hace meses no sé nada de él, y en cierto modo me preocupa.

—¿Luca? — asintió, no sé a quién creerle ya —. ¿Hace cuanto conoces a Luca, Fiore?.

—Un poco tiempo después de que tú y yo termináramos nuestra relación. ¿Recuerdas la sesión de fotos que hice en Italia en ese entonces? — asentí —. Él era el modelo acompañante, y entre charla y charla se fueron dando las cosas. No me creí que las cosas fueran a escalar tan rápido entre nosotros, pero ya ves, así es el amor, supongo. Eso mismo te ocurrió a ti con Jane, ¿o me equivoco? — asentí con la cabeza.

Fiorella habla tan segura de sí, que estoy empezando a dudar de la palabra del doctor. Me la jugaré por ella una ultima vez. En cuanto tenga a la pequeña en mis manos, podré sacarla a ella de aquí.

—¿Tienes alguna foto de Luca? Te ayudaré, Fiorella — dio un gran suspiro —. Tu solo sigue actuando que yo me ocupo de lo otro, ¿de acuerdo?.

—No tengo como pagarte todo lo que has hecho por mí. Ya una vez te sacrificaste y mira como termino todo. En mi apartamento hay una pequeña caja detrás de la cama, adentro de un cojín de almohada; ahí están nuestras fotos y tengo unas cuantas de él.

—No debes de pagarme con nada, Fiorella. Los amigos brindan la mano sin esperar nada a cambio.

—Eres como mi hermano, Dereck. No sabes cuánto te amo — besé su frente y nos separamos.

—Yo igual, Fiore — sonrió triste —. Todo estará bien. Te lo prometo.

—Bien — sonreí saliendo de la habitación.

La opresión en el pecho es grande, pero no puedo permitirme demostrar cuanto me ha afectado la confesión de Fiorella. Ella es como la hermanita que nunca tuve y nosotros deseamos, quizás es por eso y que su tracción y mentiras me dolieron profundamente. Me aseguraré de investigar todo muy bien para poder ayudarla, no me iré a ciegas esta vez por un lugar desconocido para mí. La familia Dimitri se veía perfecta ante todos, ¿Cómo es que detrás de esas sonrisas y amabilidad que siempre los caracterizaba, se escondiera algo tan aberrante?.

Al llegar con Jane y el doctor, la vi observarme con algo de enfado. Esto es será difícil de explicar, y más el saber que ella la odia por lo que ha hecho con nuestro hijo, sin embargo; ella será mi esposa muy pronto, y la fidelidad es para con ella. No sé cómo vaya a reaccionar, solo espero no estar acabando con mi familia.

Según me hicieron entrega de la niña, nos dirigimos hacia la casa. Jane no ha dicho una sola palabra en el camino y el silencio que ha optado me preocupa bastante. No sé por dónde empezar, o si me va a creer o no; hasta me he cuestionado un par de veces.

—Mañana debo volar a Carolina del Norte, Antony me ha llamado, debo estar en una reunión muy importante — rompió el silencio viendo por la ventana —. No sé cuántos días estaré fuera. Dante vendrá conmigo, no me acostumbro a estar lejos de él.

—Y de mi sí — sacudió la cabeza —. Todo tiene una explicación, Jane. No te dejes llevar por lo que has visto tras una pantalla.

—Lo que yo vi no tiene importancia, todo está muy claro, Dereck — está a la defensiva —. Pero si me entra la pequeña duda sobre nosotros. Esa mujer aun tiene un gran significado para ti, es evidente cuando la abrazaste de aquella manera. En cierto modo duele que seas así con alguien que intentó hacerle daño a tu propio hijo. El viaje es cierto, lo puedes confirmar con Antony si no me crees.

—Yo confío en ti, Jane. Sé que no te vas a desaparecer, ¿o sí? — la vi negar de reojo y suspiré tranquilo —. Lleguemos a casa y te cuento todo con mas calma, ¿de acuerdo?.

—No quiero saber nada de lo que has hablado con ella. Sé que la pequeña no tiene culpa de nada, pero es imposible no sentir este trago amargo al tenerla con nosotros en la casa.

—Ella no es mi hija, Jane. Te lo puedo jurar por Dante.

—Sea o no tu hija, no tiene ninguna culpa, ya lo he dicho. Me molesta que creas en sus lágrimas falsas, al parecer se te ha olvidado lo que dijo el doctor. El asegura que esa mujer actúa de aquella forma solo para que le creas sus mentiras. No sé qué te haya dicho allí dentro, como para que estés tan afectado.

—Todo tiene una explicación — cruzamos mirada por segundos y asintió.

El resto del camino se quedó en silencio. Quizás ahora este molesta conmigo, pero espero y me pueda entender después. No soy capaz de darle la espalda a Fiorella luego de atreverse a confesarme algo tan delicado.