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   "Y yo, estoy rota. No estoy herida,
     estoy rota y es algo mucho más
     difícil de curar."

Narra Samantha.

Odio mi cumpleaños, desde hace once años que no me gusta celebrarlo y también porque eso es una excusa más para mi padre montar todo un show dejando ver lo que todos creen que somos, la familia perfecta.

El padre empresario que ama con su vida a su hija, la abuela bondadosa y cariñosa que se la pasa haciendo actividades benéficas por su gran corazón y de último estoy yo, la hija prodigio, la hija perfecta que todos quisieran tener, esa es la imagen que mi padre le vende a todos los de afuera.

Cuando es tu cumpleaños esperas recibir amor, decoración llena de globos, felicitaciones con deseos que cumplas muchos, esta parte se la pueden ahorrar, yo no quiero vivir otro año más, comida familiar, regalos, sonrisas y fiesta con amigos.

Bueno la comida familiar ya la tuve, con mi Nona esta tarde eso cuenta, las sonrisas y regalos no he recibido nada de eso, no me interesa lo material pero si me hubiera gustado recibir alguna sonrisa, fuera sido lindo. Y el tema de celebrar con tus amigos, con cuáles ni tengo. Me hubiera gustado poder ir a ver a los chicos por solo un rato, eso hubiera sido suficiente para que mi cumpleaños fuera lindo. Pero sé que si me pierdo este show que ha montado mi padre me iría muy mal, luego buscaré un modo de visitar a los chicos y en el camino no encontrarme a Ethan.

El punto es que cuando cumpleaños esperas pasar un buen día, un día especial, esperas disfrutarlo. Pero ¿Que obtengo yo?

Un gran show, con personas superficiales, con saludos tan falsos como las extensiones de cabello de mi abuela, regalos costosos de personas desconocidas que ni siquiera utilizaré, no entiendo la necesidad de  gastar tanto dinero para sorprender a mi padre. Mi cumpleaños dejo de ser un día especial para festejar desde mi cumpleaños número nueve, y desde que estoy aquí en Canadá mi padre lo ha utilizado de excusa para arma un gran show reuniendo a todos sus socios para beber sin sentido, disfrutando de restregar su dinero a los demás y su "familia perfecta".

- Tienes que bajar Samantha, te están esperando eres la anfitriona - me regaña mi abuela.

- No soy la anfitriona de nada abuela, es tu hijo querido quien armó este show - digo con disgusto.

- Puedes por lo menos evitar ser tan insolente por un día, tu padre y yo no hemos esforzado mucho - dice molesta.

- Nadie les pidió que hicieran nada, ni siquiera me gusta esta idea - digo alisando con mala gana la estúpida falda del estúpido vestido que mi padre me obligo a ponerme para esta gran estupidez.

- Cállate y baja, tu padre te quiere abajo y ya han llegado todos los invitados - dice molesta dándose la vuelta para salir de la habitación.

- ¿Ya llegó mi Nona? - pregunto.

- Si, ya llegaron tus queridos abuelos - dice con ironía.

La ansiedad me consume, llegaron y ese hombre está de nuevo en mi casa, compartimos el mismo espacio.

Tendré que evitarlo lo máximo posible.

Salgo de la habitación y bajo las escaleras lentamente, encontrándome con medio mundo en la sala, todos vestidos de gala con copa de champagne en sus manos y de fondo se escucha música clásica.

Al solo poner un solo pie en la sala todas las miradas se posan en mi y eso lo odio, no me gusta, no me gusta este absurdo show que armó mi padre.

- Felicidades Samantha - me felicita un hombre que reconozco como socio de mi padre mientras me entrega un regalo envuelto en papel rosado.

🦋 𝓤𝓷𝓪 𝓝𝓾𝓮𝓿𝓪 𝓞𝓹𝓸𝓻𝓽𝓾𝓷𝓲𝓭𝓪𝓭  🦋 [#PGP2024]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora