🦋 𝓤𝓷𝓪 𝓝𝓾𝓮𝓿𝓪 𝓞𝓹𝓸𝓻𝓽𝓾𝓷𝓲𝓭𝓪𝓭 🦋 [#PGP2024]

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       "La vida da muchas vueltas,
     al igual que mis pensamientos".

Cuando siento que tengo el control de mi cuerpo de nuevo y la neblina que me tenía atrapada se dispersa, abro los ojos lentamente.

Y nada más abrirlos me encuentro al doctor revisando el suero que me están pasando por intravenosa.

- Oh, despertaste, que bueno, levantarte y te haré un chequeo - dice.

Sin decir nada, hago lo que dice.

En todo el transcurso del chequeo no deja de hablar.

- ¿Porque reaccionaste así cuando despertaste? - pregunta con un brillo en los ojos.

Como que siguiera en este estúpido mundo fuera algo bueno.

- ¿Porque lo hiciste Samantha? Tus padres están aquí, tú madre viajo desde muy lejos para venir a verte -
dice como si eso fuera a alegrarme.

- ¿No dirás nada Samantha? - pregunta luego de unos segundos al solo recibir silencio de mi parte.

Solamente me limito a mirar las paredes.

Todo aquí es muy blanco, que da ansiedad.

¿No podían pintar de otro color?

El color blanco está asociado a la perfección, demostrando que yo soy solo un error que nunca la tendrá.

¿Y porque de exactamente ese tono de blanco?

Existen 67 tonos de blancos. ¿No podían escoger otro?, no, tenía que ser este, un blanco tan blanco.

Dicen que el blanco simboliza la inocencia y pureza.

Y yo no tengo ninguna de las dos, se me fueron arrebatadas hace mucho.

También dicen que da la sensación de paz, tranquilidad y sanación, y yo no siento nada.

Un suspiro frustrante me saca de mi divagación. Al parecer la persistencia del doctor duró poco, mientras yo lo ignoraba él seguía hablando.

Y termino dándose cuenta que soy un caso perdido, no encontrará nada de mi.

Decide irse, dejándome en la soledad de la fría habitación.

Lo primero que hago es alargar mi brazo al vaso y jarra de agua que se encuentra en la mesa que esta a mi lado. Tengo la garganta seca, luego de beberme el vaso lleno, apartó las finas sábanas que cubren mi piernas y con cuidado salgo de la cama dirigiéndome al baño.

Me lavo la cara, y al posar mi mirada en el reflejo veo el monstruo que soy, estoy más pálida de lo normal y mis queridas amigas nunca fallan, las ojeras.

Al salir de baño me encuentro con tres personas no tan deseadas, y ellas son mi padre, la mujer que me dio a luz y mi padre dice que tengo que llamarla madre, pero yo le digo Marissa, claro las pocas veces que hablo con ella, y mi abuela.

El primero en reaccionar es mi padre que se acerca a abrazarme, en el instante que su piel hace contacto con la mía, mi cuerpo empieza a temblar, y sin ser tan brusca me aparto de él.

- Querida, nos has tenido muy preocupados, ¿Porque lo hiciste Samantha? - me reprocha.

Ay, no me digan que empezaremos.

- Mi niña, me diste gran susto pensé que estabas muerta, cuando te encontré en el baño, fue un alivio que llegamos rápido al hospital y que eres compatible con la sangre de tu padre, porque si nos tocaba esperar que esta mujer llegará o que buscarán sangre de tu mismo tipo, ya no estarías aquí con nosotros - llorá mi abuela abrazándome.