🦋 𝓤𝓷𝓪 𝓝𝓾𝓮𝓿𝓪 𝓞𝓹𝓸𝓻𝓽𝓾𝓷𝓲𝓭𝓪𝓭 🦋 [#PGP2024]

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"A veces somos el salvavidas de alguien que está por hundirnos"

         - Alejandro Diazágui

Narra Ethan.

El olor de medicamentos me marea, me asfixia y estoy empezando a creer en el pensamiento constante que tiene Samantha sobre el color blanco que pinta las habitaciones, es agobiante el color y irónico que los únicos colores que están presentes en todo el hospital sean el blanco y el azul.

Bajo mi mirada y la enfoco en la bata que llevo puesta es de un color azul, un azul pálido muy diferente al azul cielo de los ojos de Samantha.

Samantha.

Mi mente no me ha dejado de torturar desde el momento que cometí el peor error que fue hacer sufrir a Samantha, me arrepiento profundamente y quiero remediarlo, se que no será fácil y me costará poder convencer a Samantha para que podamos hablar, o por lo menos que ella me escuche.

Tocó suavemente con mis dedos la intravenosa que está instalada en mi mano derecha, hago una mueca de dolor al lastimarme cuando lo muevo.
Instintivamente llevo mi mano al pecho, más específico al área donde se encuentra el catéter, y en estos momentos agradezco tenerlo, así he evitado llevarme varios pinchazos a causas de todos los exámenes que me han llevado a cabo en transcurso de eliminar cualquier rastro de células cancerígenas.

Ese tema también me ha tenido sorprendido, ver la grandeza del humilde corazón de Samantha, no puedo creer que después de todo lo que hice ella será mi donante, ni siquiera podía creer que se hubiera hecho la prueba antes de todo lo sucedido y al enterarme que el día que pasó todo ella fue a mi habitación para darme la noticia, me hace sentir más estúpido e imbécil de lo que ya me siento.

Han pasado algunos días, y todavía me doy golpes en la cabeza por haberle fallado, por haber tenido esos pensamientos estúpidos cuando creí que era lo mejor para ella, sin pensar ni tener en cuenta su opinión, y cuando menos lo quise me convertí en lo que ella más odia, a las personas que siempre le han hecho daño, que le han hecho daño y la han hecho menos, al punto que expresar lo que sienta y quiera es basura, ahora yo soy uno de esos monstruos.

Me arrepiento tanto al ser el causante de los sollozos que no dejan de resonar en mi mente, me duele profundamente al ver sido yo de hacerla desconfiar de nuevo, yo, el que hizo que se abriera ante mí y demostrará todos sus temores, quién lo logro que confiará, se convirtió en su verdugo.

Estos días la he visto varias veces, he intentado hablar con ella las veces que no estoy medio inconsciente, a simple vista cualquiera diría que está bien, con lo amable que es, jugando con los chicos o distrayendo a mi madre del dolor con sus datos interesantes y la habilidad fascinante de hablar de un tema interesante, y atraparnos, me incluyo porque una que otra veces me he visto escuchando a escondidas una de las tantas historias que le ha contando a mi madre, con sus dulces palabras.

Pero se que eso es sólo una fachada,
parece fuerte y lo es, pero también se quiebra y no lo dice, puede que no la veamos llorar por que a ella no le conviene dejar ver debilidad pero si que lo hace y sus almohadas la escuchan.

Soy consciente del ser maravilloso que es Samantha, ella vale hasta el ultimo dolor, hasta la ultima gota de vida, ama sin limites, ayuda como si no hubiera un mañana, se entrega sin quedarse en nada, ella es esa hendidura en la vida donde vale todo y cada dolor por volver a caer hasta hacerse el loco para seguir tropezando y abrazándola en cada circunstancia que te hace cruzartela en el camino.

Siento rabia, mucha rabia.

¡Carajo!

Siento que podria odiarme toda la vida, he destruido a una bella flor y se ella podrá volver a florecer, porque es una persona increíblemente fuerte, pero yo no estaré ahí para presenciar el momento cuando vuelva a brillar, porque soy muy consciente que después de la operación, cuando todo esto acabe no la volveré a ver, lo único que la ata estar cerca de mi es eso.