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   "Tengo el derecho de romperme
     las veces que sean necesarias
     con tal de que algunas de esas
     piezas encuentre su lugar"

                     - Elena Poe -

La superficie la cual me sostiene es sueve, fresca, acompañada de un olor familiar, muy familiar, el aroma a cíclico de los medicamentos combinado con un aroma suave que en estos momentos mi cerebro no logra descifrar. Puedo sentir como soy acogida por la suavidad de alguna sábana que cubre mis piernas.

Lentamente abro mis ojos, sintiendo aún el peso en mis párpados, por un momento pensé que lo primero que encontrarían mis ojos sería un doctor, pero no. En lo primero que se enfoca mis ojos es el horrible techo blanco que me resulta conocido, recorro las paredes blancas y caigo en cuenta que estoy en la habitación de Ethan.

Casi me da un infarto.

¿Que hago aquí?

¿Donde esta Ethan?

¿Un doctor me habrá visto?

Mi garganta emita una queja de dolor, cuando mi cabeza protesta por la brusquedad con la que trato de sentarme. Recordarme que estoy de todo menos bien.

- Samantha, no te levantes - escucho a Ethan y lo veo entrando a la habitación.

- ¿Que hora es? ¿Cuanto tiempo he estado así? - pregunto.

- Son las 6:30, como una hora, ¿Estas bien? - pregunta.

- Estoy bien - digo.

- ¿De verdad estas bien? ¿O como el bien de hace unas horas? - me cuestiona.

- Estoy bien Ethan - repito.

- ¿Son muy seguidos esos mareos? ¿Has estado comiendo Samantha? - interroga.

- Es la primera vez que me pasa Ethan y claro que he estado comiendo - miento.

- Samantha enserio me preocupo por ti, ¿Como has estado? - vuelve a preguntar.

- No hay nada porque preocuparse Ethan, estoy bien, ¿Has llamado a un doctor? - pregunto nerviosa.

- Y si de verdad estas bien, ¿Que te ha pasado ahí? - dice y hace un gesto.

Y solo con ese gesto mi nerviosismo crece al mil, me voy cuenta que señala mis brazos, para ser más específico señala mis brazos que están libres de la tela de la chaqueta que tendría que estar usando y gracias a la ausencia de está se pueden visualizar mis cortes, algunos que ya sanaron y otros que están muy fresco.

Mi respiración se acelera y automáticamente me pongo a la defensiva.

- Nada - digo seca.

- Se que va a sonar muy estúpido pero, ¿Porque lo haces? - pregunta y puedo notar el esfuerzo que hace para  escoger cada una de sus palabras.

- Cortarse es algo que la mayoría de las personas que lo hacen, como yo, no podemos poner en palabras. No podemos describir porque lo hacemos, no es tan fácil como parece, si nunca lo has hecho, si nunca has sentido esa sensación que nos lleva a eso, nunca lo vas a entender. Es como que trataras de describirle los colores a un ciego y otro error que cometen muchos es decir que se detengan, y por experiencia propia se que no lo harán, pedir eso es tan estúpido como cuando dicen que suicidarse es de cobardes, solo a quien le ha rondado por la cabeza la idea del suicidio, aunque sea de una forma sutil, vaga e inocente, conoce el valor que hay que tener para quitarse la vida. ¿Un acto de cobardía? Que persona tan estúpida se atrevió a afirmar tal cosa es tan evidente jamás se ha enfrentado al dolor, el miedo y la desesperación que todos los caminos posibles conducen a la muerte - digo y no sé en qué momento me tomé la libertad de decir todo eso, de sacar todo lo que me agobiaba, pero cuando terminó siento las mejillas mojadas a causa del llanto.

🦋 𝓤𝓷𝓪 𝓝𝓾𝓮𝓿𝓪 𝓞𝓹𝓸𝓻𝓽𝓾𝓷𝓲𝓭𝓪𝓭  🦋 [#PGP2024]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora