Narra Vanesa:
Pasaban de las seis de la mañana cuando Mónica finalmente logró dormirse profundamente. Había sido una noche dura. El ataque de ansiedad que sufrió en medio de nuestro baño resultó ser sólo un anticipo de lo que nos esperaba cuando las sábanas cubrieron nuestros cuerpos. Fue entonces cuando nuestras inquietudes se fundieron y se volvieron tangibles en un insomnio alimentado por el silencio sombrío que atravesaba las cortinas y parecía rasgar el aire nocturno. Solíamos dejar el ventanal abierto para que la brisa fresca de la noche barriera el calor de la habitación, sin embargo, esta vez la ciudad dormida se volvió un recordatorio constante de que las horas seguían su curso con normalidad, totalmente ajenas a nosotras que seguíamos allí, completamente despiertas, pausadas y encapsuladas en un momento...
Aún podía oír los disparos, sentir mi cuerpo cubriendo con desesperación el de Mónica mientras las ventanillas estallaban a nuestro alrededor. El terror abrasador que sentí entonces sólo lo había vivido cuando Natalie nos atacó en la fiesta del estudio. Revivía aquellas sensaciones una y otra vez, y siempre desembocaba en el mismo pensamiento; no sería capaz de soportar que dañaran a Mónica.Pegué la barbilla a mi pecho y la observé. Llevaba al menos una hora dormida, permanecía acurrucada en mi pecho mientras la luz del alba se colaba entre las cortinas y la mañana avanzaba con calma por la habitación. Suspiré, cerrando los ojos, y ajusté mis brazos a su alrededor, dándome un breve pero glorioso minuto para sentir el calor de su cuerpo desnudo contra el mío antes de dejarme encauzar por mis pensamientos.
Sabía que necesitaba hablar con ella antes de tomar cualquier decisión, pero también conocía de antemano su respuesta a una de las opciones que estaba barajando...
Dejar el caso no era una de ellas, al menos para mí. No sería capaz de mirarme con respeto a mi misma si dejaba que ganaran de esta manera. Sin embargo, si Mónica sí decidía hacerlo lo aceptaría de buena gana y con franco alivio. Después de todo, mi verdadero problema no era lo que podría ocurrirme a mí, sino a ella.
Continuar haciendo la vista gorda tampoco era una opción. De hecho, el tener un equipo de seguridad cubriéndonos el trasero durante las veinticuatro horas del día lo hacía una opción surreal y completamente irrisoria.
Sólo quedaba una.
Tenía que cortar el problema de raíz y eso implicaba enfrentar a Liliana Maldonado y al Directorio de Gronve, aunque paralelamente significara actuar a espaldas de Mónica.
Ella se removió repentinamente entre mis brazos, haciéndome sobresaltar y aumentar mi ritmo cardíaco. Me sentía pillada incluso entre sus sueños.
Aún dormida, se aferró con fuerza a mi cintura. Suspiré, intentando calmar los latidos de mi corazón, y bajé la mirada a su cuerpo, dejando atrás aquel bagaje de pensamientos para poner toda mi atención en el espectáculo que brindaban los primeros rayos del sol bañando su piel.Estaba tan bonita en medio de aquella luz cálida...
La tranquilidad con la que su pecho subía y bajaba en cada respiración y la paz que emanaba con ese solo movimiento me hacían pensar en lo que vivimos como una pesadilla más, una que desaparecería en el olvido al despertar. Deseaba que fuese así, pero la vida tampoco va de deseos. Para mi desgracia y la de muchos.
Sintiéndome consumida mentalmente, cerré los ojos y dejé caer mi cabeza en la suya al tiempo que daba una profunda respiración. La inevitable necesidad de sentirla, y en parte mi propio egoísmo, me hicieron ceder ante el impulso de estrecharla contra mi cuerpo, sin ser consciente de la fuerza, sólo de mi cuerpo recibiendo el calor del suyo. Ella se removió y se quejó despacio despertando en mi la culpa. No quería despertarla, pero era demasiado tarde. Sus ojos, que a la luz de la mañana parecían más claros, se encontraban ya clavados en los míos.
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Conflictos de oficina
FanfictionVanesa Martín y Mónica Carrillo son dos abogadas de renombre que van tras un mismo objetivo: el ascenso a socias de uno de los estudios jurídicos más importantes de toda España. Sin embargo, para ello tendrán que aprender a convivir dentro de una m...