Narra Mónica:
Vanesa se removió entre mis brazos, despertándome.
Con un esfuerzo sobrehumano, froté mis ojos con una mano y los abrí. La vista que encontré me hizo sonreír; Camarón dormía en una esquina de su almohada, muy cerca de ella. Sólo entonces noté que la cabeza de Vanesa estaba entre medio de mi almohada y la suya, y también en medio de la cama. Negué levemente con la cabeza con humor. Solía echarle en cara que siempre era yo quien acababa durmiendo en el borde y luchando para que no se quedara con toda la frazada, pero esta vez haría una excepción. Era la primera noche que volvíamos a dormir juntas luego de cinco días intensos, y volver a sentir su cuerpo contra el mío en la noche, me devolvía la calma que el ajetreo de los litigios me robaba.El día anterior habíamos acabado agotadas, nada más regresar de la oficina sacamos un momento a Camarón para luego dejarle su comida, ducharnos y caer rendidas antes de las nueve de la noche, pasando incluso de la cena.
Suspiré pesadamente, habíamos dormido nueve horas de corrido, pero el cansancio acumulado se negaba a dar tregua. Apreté mis brazos alrededor de la cintura de Vanesa, pegándome más a ella, estaba dispuesta a seguir durmiendo, pero la alarma sonó dos segundos después de haber cerrado los ojos.Vanesa gruñó y estiró su brazo hasta la mesita de noche para apagarla de un manotazo.
- Buenos días. -murmuré sin muchas ganas.
Vanesa giró sobre su cuerpo para quedar de frente. A pesar de su tosco despertar, una sonrisa contagiosa irradiaba en su rostro. Sus ojos oscuros y pequeños por las horas de sueño repasaron los míos, hipnotizándome a un punto tal que apenas fui consciente del momento en que sus labios cayeron sobre los míos. Tomé su rostro entre mis manos correspondiéndole y ella, dejando una mano en mi nuca y bajando la otra a mi espalda baja, apretó suavemente nuestros cuerpos desnudos.
Luego de un rato, cuando las cosas comenzaron a ponerse calientes y sus manos inquietas, luché por sacar mi lado racional.
- Vane... -susurré intentando safar de sus labios- llegaremos tarde... -ella se separó un momento para mirarme como si no comprendiera lo que estaba diciendo- Tenemos que desayunar -dije finalmente-
Ella asintió sin enfurruñarse, lo que me sorprendió.
- Vale. Desayunar. -dijo como si pensara en ello seriamente, pero luego me miró de lado con sus ojos brillando pícaros- ¿Un abrazo de buenos días antes?
Reí despacio, derritiéndome con su expresión de niña buena.
Muy pocas veces le decía que no a algo, por lo general sucedía cuando quería alimentar a Camarón más de la cuenta o cuando se ofrecía para preparar el café. Por lo demás, no necesitaba hacer grandes esfuerzos para hacerme ceder, y este caso no fue la excepción.Nada más decirle que sí con la cabeza, sentí su cuerpo pegándose al mío con fuerza, enfundándome con su calor. Respiré hondo con mi rostro escondido en su cabello mientras cerraba los ojos y disfrutaba de la paz que sólo encontraba entre sus brazos.
Podría haberme quedado dormida allí de nuevo si no hubiese sido por el giro repentino que dio. Había aprovechado el agarre de nuestros brazos para quedar encima de mí, atrapándome entre el peso de su cuerpo y el colchón.
Sin darme tiempo a nada, su boca comenzó a recorrer mi cuello dejando un rastro de besos húmedos en él. Arqueé mi espalda suspirando por el placer de sentir sus pezones duros contra los míos y su lengua perdiéndose en mis clavículas.- Mmm, Vane... juegas sucio.-susurré ya acalorada. Ella clavó sus pupilas divertidas en las mías mientras se acomodaba entre mis piernas.
- Contigo siempre, Carrillo... -dijo con la voz completamente ronca y me besó.Jadeé en su boca cuando su lengua fue en busca de la mía con fervor.
A lo lejos y mientras nos besábamos, pude percibir el sonido de las patas de Camarón aterrizando y rasgando el suelo a medida que se alejaba, seguramente molesto por el ajetreo que estábamos haciendo.

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Conflictos de oficina
Hayran KurguVanesa Martín y Mónica Carrillo son dos abogadas de renombre que van tras un mismo objetivo: el ascenso a socias de uno de los estudios jurídicos más importantes de toda España. Sin embargo, para ello tendrán que aprender a convivir dentro de una m...