Narra Vanesa:
Liliana se alejó del marco de la puerta y cruzó los brazos sobre su pecho mientras sus ojos me recorrían de pies a cabeza.
- He preferido venir detrás de ti... -masculló, sonriendo con sorna- Me gustas más y, ciertamente, pareces ser la sensata de la relación.
Abrí los ojos incrédula, primero, por la desfachatez que acababa de escuchar, y segundo, por los cojones que tenía para seguirme incluso hasta el baño.
- ¿Qué quieres, Maldonado? -pregunté de mala gana mientras secaba mis manos.
Ella dejó escapar una irritante risita y dio un par de pasos, acercándose peligrosamente a mí. Mis ojos abandonaron los suyos para fijarse en la puerta que estaba a su espalda, pero contuve el impulso de salir huyendo. En realidad, sí quería saber qué quería, aunque en el fondo, me lo podía imaginar.
- De ti muchas cosas -dijo despacio. Volví a mirarla, pero para cuando nuestros ojos volvieron a chocar, su mano se vino de lleno y directo a rozar mi mejilla, sin darme tiempo a evitarlo.
¿Qué mierda...?
Instintivamente, me alejé dando dos zancadas hacia atrás. Ella sonrió con suficiencia al verme, frotando la yema de los dedos que me habían alcanzado.
- Tranquila, no es eso. -murmuró mientras me arqueaba sugestivamente una ceja. Vale, ha perdido la cordura- Sabes lo que quiero ahora mismo. Si estoy aquí es porque honestamente creo que nosotras sí podemos negociar...
La miré atónita unos segundos, pero luego me dejé llevar por el impulso de reír sin un ápice humor. Mi risa amarga no se debía sólo por lo rídiculo de pensar que podía negociar conmigo, sino también por lo lejos que estaban los pies de esta mujer del suelo. ¿Acaso no había escuchado nada de lo que dijimos en la audiencia? Sin dudas, era un caso especial. Ya ni siquiera podía excusarse con que simplemente estaba haciendo su trabajo, lo suyo se reducía a una indiferencia e ignorancia en todo su esplendor.
- Tú no tienes ni idea de la magnitud de todo esto, ¿verdad? -pregunté, mirándola fijamente.
Ella negó con la cabeza y dio otro paso hacia adelante, dejando su mano en el mármol del lavabo.
- Vanesa, no es algo que me importe realmente. -respondió, encogiéndose de hombros y confirmándome lo que ya creía- Y siendo honesta, dudo que a Mónica y a ti sí...
Será cabrona.
- Te equivocas. -dije con una emanante rabia sonando en mi voz- No tienes idea de lo mucho que me molesta que un par de ricachones metan sus manos en los bolsillos y crean que con cualquier migaja que arrojen es suficiente para comprar a quién les plazca.
Liliana dejó salir una abrupta y sonora carcajada con la que sólo logró fastidiarme aún más. Me miró poniendo la cabeza de lado mientras daba otro paso hacia mí. Volví a retroceder, no quería problemas, mucho menos tenerla más cerca, pero entonces el frío de la pared me detuvo, haciéndola sonreír aún más al creerme acorralada.
- ¡Vamos, Martín! No se lo diré a tu novia, pero tu vienes de esa misma cepa de ricachones, ¿por qué te sorprendes?
La observé entrecerrando los ojos y regañándome internamente por estar siguiéndole la corriente a una persona que no tenía idea de nada. Además, Mónica me había dicho que estaba hambrienta y cuando eso sucedía, su paciencia se volvía ínfima. De hecho, me sorprendía que aún no estuviera buscándome. Quité mis ojos de Maldonado y miré otra vez la puerta, siendo honesta, un poco deseaba que apareciera tras ella, pero en el fondo sabía que aquello sólo generaría más conflicto y no ayudaría en nada. Por esa misma razón, necesitaba salir. Si Mónica entraba y veía a Liliana aquí, no vería simplemente eso, vería a una del grupo de personas que, sospechábamos, era la fuente de donde nacían las amenazas y la intimidación que habíamos pasado los últimos días. Indudablemente se podía liar grande.
Regresé mi atención a Maldonado y miré a cada lado de ella, sopesando qué dirección tomar, aunque no fue realmente difícil. Su mano derecha seguía sujeta al lavabo, de modo que mi salida era por la izquierda, entre los cubículos y su cuerpo.
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Conflictos de oficina
FanficVanesa Martín y Mónica Carrillo son dos abogadas de renombre que van tras un mismo objetivo: el ascenso a socias de uno de los estudios jurídicos más importantes de toda España. Sin embargo, para ello tendrán que aprender a convivir dentro de una m...