Prólogo

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El agua recorría su piel, mientras que con las yemas de sus dedos terminaba de enjuagar su cabello. Siempre era la misma rutina. Todo tan monótono.

Unos golpecitos a la puerta lo sacaron de sus pensamientos.

—Amor apresúrate, se nos hace tarde.

"Vete a la mierda. Vete mucho a la mierda."

Iba a contestar, sin embargo al escuchar pasos alejándose trató lo máximo posible tragarse su mal humor y sus insultos.

Cuando ya no había rastro del champú ni del jabón, cerró la llave de la ducha y se dispuso a ir por la bata de baño y dirigirse con lentitud a la mesita donde estaban todas las cremas y mascarillas para el cuidado de su piel.

Recordó la primera vez que anheló tanto poder tener todo esto que tenía esa mesita. Le había costado una escena de celos, un par de golpes e insultos y los regaños de sus padres y de los padres de él. Porque claro, él siempre tenía la razón, nadie podía contradecirle a él.

Ya había entendido con un par de lecciones que él le había dado por no obedecer, tal vez sea por eso que se sentía tan vacío y le daba igual el estilo de vida que estaba teniendo, sin poder hacer algo sin tener el temor de haberse equivocado.

Terminó su rutina de cuidado y se paró para así cambiarse de ropa. Recuerda la primera vez que se vistió "mal" por su malhumor y lo regañaron porque él siempre tenía que verse perfecto para él.

Guardó el celular en su bolsillo y revolvió su cabello que seguía un tanto húmedo. Se dirigió a la puerta y bajó al primer piso donde lo encontró a él con ese típico traje que lucía tan costoso como el reloj que traía alrededor de su muñeca. Y esa colonia que tantas veces en el pasado él mismo le había dicho que le quedaba bien, pudo sentir su aroma, sintiéndose nostálgico. Dios, últimamente andaba muy sensible.

—Demoraste demasiado.

—Me estaba arreglando.

Su tono de voz era calmado, tenía que controlarlo si no quería una cachetada.

—Bueno. ¿Practicaste tus respuestas, verdad?

Asintió levemente, mientras lo observaba de manera neutra.

Se miraron por unos segundos más hasta que Jeon solo pasó su brazo alrededor de los hombros de su prometido y lo dirigió hacía el auto para emprender camino a la dichosa entrevista que los señores Jeon habían coordinado para ellos.

Se miraron por unos segundos más hasta que Jeon solo pasó su brazo alrededor de los hombros de su prometido y lo dirigió hacía el auto para emprender camino a la dichosa entrevista que los señores Jeon habían coordinado para ellos

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Terrible.

Todo salió terrible.

Quiso no hacer tan obvio que sus respuestas no iban con su forma de comportarse, pero realmente era un costo para el actor.

Otro problema fueron los paparazzi afuera del canal televisivo.

"—¿Kim Taehyung, está conforme con su relación con Jeon Jungkook?"

"—Han existido rumores que sufre maltratos por parte de la familia Jeon y su actual prometido. ¿Qué tiene que decir ante esto?"

"—Kim Taehyung, tus fans están preocupados por el moretón en tu cara de hace unos meses. ¿Alguien te agredió? ¿Algo que quieras declarar?"

"—Señor Kim, se le vio saliendo de un hotel en Gangnam sin ninguno de sus guardaespaldas ni su asistente, en la mañana del jueves. ¿A quién fue a visitar? ¿Su relación con Jeon Jungkook terminó? ¿Se están tomando un tiempo?"

Decir que las preguntas de todos ellos más el flash de las cámaras no le había incomodado, sería mentir. Lo único que pudo rescatar fue la preocupación de sus fans, al menos alguien si se daba cuenta de que su relación con Jeon Jungkook no era un cuento de hadas, sin embargo algo que siempre tuvo presente fue que no le gustaba ser una carga o una preocupación para nadie, aparte de que nadie iba a intervenir y cambiar su vida. Porque a nadie le importa lo de nadie, a menos que sea para chismes, algo que le desagradaba totalmente.

Jungkook entró al cuarto y se le quedó mirando, sentía temor, pero no lo iba a mostrar, había aprendido a mantenerse sereno a la actitud incomprensible de su pareja, aunque a veces no podía simplemente dejar pasar ciertas actitudes que si llegaban a asustarlo.

El acercamiento de Jungkook hacia Taehyung era lento, como una fiera viendo fijamente a su presa, atento al reaccionar del otro.

—Creo que fue una mañana intensa.

El colchón recibió otro peso, hundiéndose levemente al lado de donde estaba Taehyung, quien ahora sí sintió temor por el intento de Jungkook por sonar tranquilo, inquietando su ser a pesar que no había hecho nada.

—Si lo creo. Espero que no te enojes por lo dicho por esas personas, solo buscan involucrarme en escándalos.

Jungkook sonrió sarcástico, harto de la situación, sintiéndose como un idiota porque a pesar que ahora Taehyung era suyo, simplemente los problemas no dejaban de aparecer.

—¿Entonces que hacías en un hotel en Gangnam?

''Ese día discutimos por tus estúpidos celos, imbécil."

Taehyung quería llorar de cólera, odiaba el cambio radical de sus emociones, su inestabilidad había hecho daño a las personas que quería y a la vez se dañaba a sí mismo. Pero debía calmarse, debía hacerlo porque lo que estaba viviendo era su culpa.

—No quería estar aquí. Seohyun me tiene estresado con el tema del matrimonio, aparte que discutí contigo y pues sabes que a tu padre le prohibiste dirigirme la palabra a menos que tú estés presen-

La cara de Taehyung giró ligeramente, le había golpeado.

—No me creo nada de lo que dices. Si no quisieras que pensara mal no hubieras apagado tu ubicación durante tu estadía en ese hotel, pero no, la apagaste haciéndote ver cómo una perra infiel.

Taehyung empezó a llorar de impotencia, de rabia, todo ese enojo contenido. ¿Por qué él no podía simplemente defenderse sin que él le atacara? Toda su vida había sido dedicada al gusto de Jungkook.

Hubo un momento de silencio donde Taehyung solo limpió sus lágrimas, quería tener la mente en blanco, sabía lo que venía a continuación por lo que se dejaría hacer.

La reacción de Jungkook fue tan común como las anteriores veces que lo trató así. Simplemente lo abrazó y lo hizo sentir culpable, como siempre.

—Mi amor. Te amo tanto, no importa si me has sido infiel, te sigo amando. Me tienes mal, Taehyung, tan mal.

Lo último lo susurró en su oído, empezando a trazar un camino de besos en su cuello. Respirando cada vez más fuerte y hablando con una voz más baja.

—Hoy te voy a hacer el amor hasta cansarme, mi amor. Y te dejaré tan lleno de mí que no querrás tener otro pene dentro tuyo que no sea el mío.

Totalmente asqueroso para los pensamientos de Taehyung, pero solo se dejó hacer, prefería eso a que lo golpeara y terminara haciéndolo de igual forma, porque a Jeon Jungkook nunca le pudo decir que no.

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