Capítulo 25

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La llegada a Corea fue común para Taehyung, la costumbre de personas esperando por una foto de su llegada no le era indiferente, por lo que a pesar que estaba un poco cansado por la falta de sueño, dió lo mejor de sí y sonrió ante las cámaras y a los fans, quienes estaban emocionados por su regreso y que no dejaron de grabarlo hasta que éste entró a la camioneta que esperaba por él.

Los lentes oscuros que traía puestos se los quitó, dejando a la vista un poco sus ojeras, que felizmente no eran tan notorias al igual que la hinchazón de sus ojos por el llanto reciente.

— Hice una reservación en un restaurante cerca de donde trabaja tu papá.

— Gracias, hyung.

— No hay de qué. Y también agende una reunión con Yoongi por lo de su colaboración, será en su agencia y a las 6 p.m.

El gesto en la cara de Taehyung no pasó desapercibido por SeokJin, dándose cuenta de los nervios que sucumbieron en el menor.

— Pospón lo de Yoongi, puedo ver ese tema más adelante.

Con el fin de ignorar una reacción de su asistente, Taehyung tomó su celular y buscó algo para distraerse, pero si creía que las cosas quedarían así, pues quedaba decir que estaba muy equivocado.

— Taehyung.

A pesar del llamado de SeokJin, el joven actor no se dignó a levantar la mirada del aparato, sin embargo respondió con voz neutra, como si la mención de aquel pálido productor no provocara absolutamente nada en su pecho y que era inexistente el pequeño temblor en sus manos.

— No, SeokJin, no quiero verlo por el momento porque tengo más cosas que hacer.

— ¿Estás seguro que es solo por eso?

— Sí.

SeokJin no se detuvo a suspirar por la actitud de Taehyung.

— No creo que ser distante con él sea la solución.

— ¿Entonces que propones tú?

El tono que utilizó Taehyung fue brusco, provocando que SeokJin hiciera una mueca, así que con un poco más de firmeza y seriedad en su rostro volvió a hablar.

— Supongo que aclararle las cosas. Porque a pesar que él y tú no son nada, tú eres consciente de su interés en ti y que tú le dijiste que terminarías con Jungkook, sin querer tal vez lo ilusionaste.

El menor guardó el celular y se dispuso a hacerle frente a SeokJin.

— Tú mismo lo has dicho él y yo no somos nada, yo no le debo aclarar nada porque jamás insinúe que porque terminara con Jungkook pasaría algo con él.

— ¡Pero! Yoongi te gusta.

— Admito que Yoongi me gusta, pero no por eso debo andar aclarándole lo que hago con mi vida.

— ¿No quieres tal vez admitir que te gustaría decirle que no puede pasar nada entre ustedes porque Jungkook te tiene amenazado?

— Es que a él no le debe importar, nadie se preocupa por nadie porque sí. ¿Por qué el se arriesgaría por mí?

Aunque más bien la pregunta era que su gusto por Yoongi era tan fuerte que él era capaz de alejarse con tal de que las posibles consecuencias de las cuales Jungkook había amenazado no fueran cumplidas.

— ¿Y cómo justificas mi apoyo hacia ti?

Taehyung enmudeció.

Toda su vida tuvo en su mente que nadie se iba a preocupar por el de forma desinteresada, siempre había una razón detrás. Esa horrible desconfianza hacia la gente empezó con su madre, la mujer que le dio la vida lo entregó como una carne a los leones, y ni hablar de su padre que jamás hizo algo por detener tal acto. ¿Quería sanar eso? Sí. ¿Por qué? Porque ese resentimiento atracado en su pecho no le permitía continuar, era momento de avanzar, sanar y amar.

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