Capítulo 32

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SeokJin se mantenía amarrado de brazos y piernas, y con una tela cubriendo su boca para que no emitiera ningún sonido.

Su vista estaba borrosa ante el pequeño llanto que tuvo ante el miedo que le daba estar en ese estado. No se arrepentía de estar del lado de Taehyung, pero en esos momentos, la esperanza de salir de ahí con vida hacia que volviera a cuestionarse porque se había enredado en algo así, debía ser muy buena gente o muy estúpido.

Pestañeo un par de veces para aclarar su visión, mientras hacía eso, se podía escuchar pasos aproximarse a donde él estaba, que era una habitación oscura y descuidada, donde no había nada más que él mismo recostado sobre el suelo.

La puerta fue abierta, y por ella entró Jungkook con su asistente detrás suyo. SeokJin no supo cómo reaccionar, pero se mantuvo sereno ante cualquier accionar del otro.

Jungkook se agachó y tomó su mentón con fuerza, obligándolo a verlo fijamente.

— Tuve que haberte matado cuando aún tenía oportunidad. Eres una escoria, SeokJin.

Con rapidez y brusquedad se le fue retirado el trapo que le impedía hablar, por lo que SeokJin tuvo el impulso de escupirle, pero ya no quería más golpes, ya le habían dado una paliza hace unas horas por inquieto, o eso decían el resto de personas que resguardaban que no se escapase.

Seokjin humedeció sus labios y con voz baja trató de hablar, pero tosió un poco ante la sequedad que sentía en su garganta por la falta de agua.

— Si lo haces, Taehyung te odiara más.— contestó con dificultad y torpeza a la amenaza de Jungkook.

— Sí, eso es cierto. Lo llenaste de ideas estúpidas en las que él podría recuperar su anhelada libertad lejos de mí, ¿No?

Una bofetada llegó a la mejilla de SeokJin, la cual lo aturdió lo suficiente para hacerlo sentir mareado, pero no se contuvo a responder ante tal mentira.

— Hasta antes de mi llegada a su vida, él nunca te ha amado y siempre ha soñado con alejarse de ti para siempre.

— No mientas, escoria de mierda. Hasta antes de ti y del maldito de Min Yoongi, mi relación con Taehyung no era tan problemática como lo es ahora.

Una risita sonó en toda la habitación, haciendo que Jungkook lo mirara más molesto, al sentirse burlado por alguien tan bajo como SeokJin a su parecer.

— ¿Esa mentira es la que te dices todas las noches para poder dormir? ¿Sueñas con que él te ama, no es así?

Jungkook guardó silencio, intrigado en saber que más saldría de su boca, que más podría decir aquel asistente que pudiera usar a su favor.

— ¿Te duele que Taehyung sea feliz con Yoongi? Y qué si es así.

— Estás cavando tu propia tumba, SeokJin, te cuidado con lo que dices.

— Si de igual manera voy a morir, entonces que sea después de decir todas tus malditas verdades.

— ¿Y sobre qué malditas verdades me hablas?

— Sé que has abusado sexualmente de Taehyung, él nunca ha querido acostarse contigo, Jungkook. Se siente sucio cada vez que lo tocas de esa forma, eres una maldita basura de persona, no mereces siquiera respirar el mismo aire que el respira. Cada paso que él daba en su terapia, tú hacías que regresara a su punto de partida, él está mal, pero te ciegas con que será feliz contigo.

— Él ha sido feliz conmigo.

— Pero ya no, y por más que trates nunca, escúchame bien, nunca podrán ser así de felices como lo fueron en Estados Unidos, porque una mierda como tú nunca va a cambiar.

𝐃𝐎𝐋𝐋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora