Capítulo 8

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Bien, hoy era el día, hoy le diría a mi familia que soy la Prometida de los Praxton, esperemos que todo salga bien y no estalle la tercera guerra mundial con mis padres.

La cena con los Praxton fue buena por así decirlo, todos fueron groseros conmigo, excepto el señor Eddie, el fue muy amable y me dio la mejor bienvenida a su familia, algo que aprecié mucho. Los Praxton estaban más tranquilos sobre mantener contento a su padre, la verdad lamento mucho que ellos hayan tenido que llegar a ese punto de mentirle, pero según pude ver, sus primos y tía, solo quieren tener la empresa para sacarlos de los puestos, vaya familia que tiene.

Azael me entregó la revista que saldrá mañana en circulación y la verdad es que me encantó, las fotos quedaron fabulosas y por supuesto que si, salgo en ellas.. Hoy se las enseñaría a mis padres y hermano, esperemos que todo salga bien aunque se que no será así.

—¿Saldrás? —me preguntó Damian al verme en el pasillo.

—Si, iré a ver a mis padres, les diré nuestro compromiso..

—Ah, sigo pensando que es mala idea —se metió las manos en los bolsillos, pareciendo despreocupado.

—Tienen que saberlo, ustedes son conocidos en el estado y parte del país.. Si se enteran por otras personas será un desastre después.

—Haz lo que quieras, después no digas que te lo advertí Anderson —pasó por mi lado y se fue a su despacho.

Solté un suspiro pesado. Mi relación con Damian es muy difícil, ese hombre no se abre con nadie, no habla cada vez que cenamos, el departamento es demasiado aburrido, sin sonidos fuertes porque al señor le molesta absolutamente todo. Damian Praxton es difícil de entender.

Hoy era sábado, Azael no estaba aquí ya que fue a ver a su padre por toda la tarde, el departamento se siente solo sin el.

Ya estando en el autobús, espere un largo rato para llegar ya que la casa de mis padres estaba casi que al otro lado de la ciudad. Ya llegando a la parada de autobuses camine un poco hasta la casa de mis padres, cada vez que venía a este lugar sentía nostalgia, aquí crecí y viví una gran parte de mi infancia y adolescencia, aunque no me lleve bien con mamá, la extraño siempre.

Toque la puerta y casi que de inmediato me abrió mi papá, sin pensarlo me lance a sus brazos y lo abrace muy fuerte hace meses que no lo veía, está más panzón y barbudo que la última vez que lo vi.

—Se nota que me extrañaste —acarició mi cabello.

—Mucho papá.. No sabes cuánto.

—Yo también mi niña, vamos para que saludes a tu mamá, Sebas y Ava están aquí.

—¡Que bien! —dije eufórica aunque por dentro me estaba cagando de los nervios.

Fuimos hasta la cocina donde mi mamá estaba terminando de cocinar con ayuda de Ava, salude con beso en la mejilla a mi amiga y luego uno a mi mamá.

¡Dos para Llevar! [+18] -Finalizada- ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora