Capítulo 35

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Una semana después

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Una semana después.

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Ya tenía todo listo para poder irme a Italia junto con Karina y Ava, las tres estábamos más que emocionadas con ésta nueva oportunidad, ya el contrato estaba firmado y todo listo para mi nuevo proyecto, seria modelo de la revista por más de dos meses hasta que la campaña termine, la paga era más que generosa y ya tenía un plan para cuando regrese, le regalaré un auto a papá y una prótesis nueva, realmente se la merece y ya que tengo los medios de como ayudarlo, lo haré.

Pase una semana dentro de la agencia siguiendo a Raphael y no ha dicho nada que me sirva, solo trabaja en papeles y más papeles, todavía no me ha dado nada que me sirva para poder desenmascararlo. Tengo que pensar que haré, porque de que suelta la lengua, la suelta.

—No puedo creer que te irás y me dejarás solo con Damian —Azael entro a mi habitación.

—No exageres —reí un poco, baje las maletas de la cama— serán por unas semanas.

—Las semanas más largas de mi vida —me tomó de la cintura para alzarme, mis piernas se enrollaron en su cintura—, no me gusta dormir solito.

—Anoche me hicieron el amor, con eso basta para que no me extrañen demasiado —el hizo un lindo puchero, yo deje un beso en sus labios.

—Creo que faltó hacerte más cosas —besó mi cuello.

—Basta —reí— tienen que llevarme al aeropuerto.

—Vamos entonces —me bajó—, antes de que te encierre en la habitación y no vayas a ningún lado.

—No puedes hacer eso —tome una maleta y mi bolso, Azael tomo la otra— No quiero que me llegue una demanda sobre incumplimiento de contrato.

—Que chiste —salimos de mi habitación, Damian estaba tomando jugo de naranja en la cocina, hoy no se ha dignado a hablarme por el hecho de que me iré.

Últimamente se está comportando como un niño caprichoso, cosa que lo hace ver muy lindo a pesar de la cara de demonio qué tiene siempre. Es frío, dominante, serio, sarcástico, así lo amo.

—¿Vas a despedirte? —pregunté suavemente. 

—No —se sentó en la isla de la cocina, me dio la espalda.

—Bien entonces, tenía pensado comprar unas cosas muy lindas en Italia para lucirlas aquí, pero alguien aquí es muy malcriado y no verá nada—volteó un poco—, estaba viendo tiendas de lencería exótica, pero se me quitaron las ganas de comprarlas.

Azael se reía, Damian se bajó de la silla y vino hasta mi para darme un abrazo fuerte, me gustaba mucho abrazarlo, pero me encantaba cuando el lo hacía, qué tuviera esa iniciativa era algo dulce viviendo de el.

¡Dos para Llevar! [+18] -Finalizada- ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora