Capítulo 30.

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Minutos antes

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Minutos antes.

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Ya estaba cansado, quería irme de aquí, el hospital me estaba enfermando, ya llevaba dos malditos días aquí metido, deseaba dormir un poco y estando aquí no he podido hacerlo decentemente.

—Dile a papá que me saque de aquí —bufé.

—No voy a hacerlo Damian, compórtate, estas demasiado grande..

—Istis dimisidi grindi —el rodó los ojos— idiota, tu porque no estas aquí acostado sin poder moverte.

—Damian si no te callas ahora voy a mandar a que te pongan un sedante y así me dejarás en paz..

—Ni se te ocurra hacerlo Azael —lo señalé.

—Entonces cállate, cálmate por favor que si estas aquí no es por gusto, es por que estas enfermo.

—No estoy enfermo.

—Definitivamente desde que Gina nos dejó has estado de mal en peor —su teléfono sonó— es papá, voy a atender.

Salió de la habitación a atender la llamada. Sinceramente quería irme de aquí, me hace falta mi cama, me hace falta Gina y estar aquí hace qué mi estrés aumente. La puerta se abrió, pensé que era Azael pero era el padre de Gina, de inmediato mi cuerpo se tensó al verlo.

—Hola hijo —se puso al lado de la cama— supe que estabas aquí quería saber como sigues.

—Bien señor Anderson, esperando poder irme.. —No sabía qué decirle, me sentía incómodo.

Le cambie el tema para sentirme menos incómodo, esperaba que Gina estuviera aquí. 

—¿Gina vino?

—Si, ésta hablando allá afuera con tu hermano, entrará en un momento.. El nos dijo que habías tenido un ataque de epilepsia ¿es malo?

—Los doctores dicen que si, qué debo ahora depender de unos medicamentos para controlar las convulsiones.

—Que pena, espero que puedas salir de aquí —me sonrió, supongo que Gina todavía no le ha dicho que ha pasado.

Y hablando de Gina, entró a la habitación con Azael, se veía tan hermosa, me hacía tanta falta ver esos ojos tan bonitos. Joder, la amo. 

—Señor Anderson ¿me acompaña a la cafetería? —el asintió, luego ambos salieron de la habitación dejándome solo con Gina.

—Gina yo.. —ella negó.

—No digas nada ahora —se sentó a mi lado— mírate, tienes ojeras..

—Estoy enfermo —cerré los ojos—, me duele el corazón.

—¿Qué? —empezó a reír.

—Es en serio —suspiré— No he dormido bien desde que dejaste el departamento, además de que me siento solo.. No sabes cuánto me arrepiento de haber lastimado a tu papá, perdóname mi amor.

¡Dos para Llevar! [+18] -Finalizada- ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora