Capítulo 22

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Aiden

Veo a mi ángel en la orilla de la piscina sentada moviendo los pies que tiene sumergidos en el agua mientras se toma una piña colada, se ve tan hermosa y sexy con ese traje de baño que muestra por completo esa linda pancita que tiene –me pone idiota esa mujer– la cuál se está bronceando. Me pongo los anteojos oscuros porque cualquiera puede notar que me la estoy follando con la mirada, ella levanta la cara y me mira al darse cuenta que no le he quitado la vista de encima desde que llegamos así que vuelve a esconderse bajo el sombrero playero que la cubre.

La madrugada fue excitante con ella en mi cama y despertar a su lado fue increíble haciendo que mis ganas de hablar con Hannah aumenten mucho más, sé que lo que se viene no es fácil porque le fuí infiel a mi esposa y es algo que no me voy a perdonar porque ella ha sido excepcional conmigo, aunque a veces me exaspera su comportamiento sumiso no tengo quejas de ella por ningún motivo y que me esté comportando como lo estoy haciendo es algo que no merece pero cuando tengo a Angela en frente no puedo controlarme porque se siente tan correcto tocarla, besarla y sentirla mía, es el complemento que me hacía falta para sentirme completo y ahora quiero sentirme completo toda la vida.

Estoy enamorado de Ángela Williams.

Por fin le he puesto nombre a lo que siento porque esto que me sucede con ella nunca lo había sentido con nadie ni siquiera con Hannah aunque en algún momento pensé que estaba enamorado de ella, no puedo negar que la quiero porque sí, lo hago pero a Angela a ella la a…

-Amigo mío. -dice Íñigo sonriendo a mi lado interrumpiendo mis pensamientos- Linda vista. ¿Verdad?. 

Lo miro quitándome la gafas mientras él no le quita la vista a Angela.

-Sí, hermosa vista. -le contesto mirando al frente.

-No creí que fueras de los que engañan, amigo Aiden.

Lo miro.

»Aunque con semejante mujer es imposible no caer en la tentación, hasta embarazada es sexy y ella lo sabe. Lástima que cuando la besé no respondió cómo quería.

La rabia se apodera de mí.

-¿Qué hiciste, qué? -pregunto apretando los puños.

-La besé, esa mujer me gusta y me jode que la tengas de amante -suelta rabioso- cuándo claramente se merece que la muestres a todos para que se den cuenta de lo afortunado que eres.

-No sabes una mierda, Alcántara, así que no te metas y te prohibo que vuelvas a acercarte a ella. -respondo con ganas de partirle la cara.

-Entonces ponte los putos pantalones y deja de esconderla, está enamorada de ti, desgraciadamente y aunque no me lo dijo estoy seguro que es así porque de lo contrario no se iba a aguantar ser la otra.

-Lo sé y voy a arreglarlo, hablaré con Hannah.

-Es mejor que lo hagas, porque tengo negocios que cerrar en Londres dentro de poco y estaré un tiempo por allá un tiempo. -sonríe mirando a Ángela- Voy a ir por ella y no voy a detenerme, así que arreglalo o déjala.

No voy a dejarla.

-No te atrevas. -le advierto.

-Entonces haz algo al respecto. 

Se aleja dejándome con la rabia en el cuerpo así que pido un whisky que me tomo de un trago. Paso la tarde en la piscina tratando de contentar a Abby que está molesta con su tía por no colocarse el traje de baño de sandías.

-Princesa el traje de baño ya no le queda, por eso no se vistió como tú.

-Pero ella lo prometió. -contesta disgustada con los brazos cruzados y una linda expresión de molestia.

Estúpido AidenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora