Capítulo 29

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Aiden

Salgo de la habitación decidido hablar con Hannah porque debo ser honesto y arreglar todo este desastre que causé, mientras mi ángel se dedica a darle amor a nuestra Pistachin.

Dejo el hospital y voy directo al departamento, al llegar encuentro a Hannah en la cocina tomándose un té.

-Hola, bonita. -saludo y le doy un beso en la frente.

-Hola Peluchín. -contesta y toma un trago de su taza.

-¿Te sientes bien?. 

-Sí, sólo me provocó un té. ¿Dónde estabas? Solo viniste a cambiarte y te fuiste de nuevo.

-Fui al hospital a visitar a Ángela y a la bebé.

-¿Apareció el papá de la niña?. -pregunta.

-Ángela es mamá soltera, ya te lo había comentado. -respiro profundo- Hannah, tenemos que hablar. Ven.

Por un segundo veo su expresión de miedo pero se recompone al instante, tomo su mano y la llevo al salón para sentarnos en el sillón y estar más cómodos.

-¿Qué quieres decirme? -pregunta nerviosa.

-No hay manera delicada de decir esto así que lo siento si soy brusco. Estoy enamorado de otra mujer, te fui infiel. -digo al fin y siento que me quito un gran peso de encima- Siento lastimarte pero… pasó y ya no puedo hacer nada. Has sido una mujer excepcional y una esposa maravillosa pe…

-Me engañaste. ¿Quién es tu amante? -interrumpe rabiosa- ¡¿Quién es esa mujer, Aiden?!.

-Es Ángela, quería ser honesto contigo y lo estoy siendo porque no mereces que te oculte nada.

-Ángela. -se levanta- Por eso saliste corriendo cuando te llamó y también fuiste a visitarla de nuevo. ¡¿Eres el padre de su hija?!.

-No Hannah, no soy el padre de la niña, ya te he dicho que Ángela es madre soltera. - contesto lo más tranquilo que puedo y me levanto para tratar de calmarla.

-¡¿Y por ella arruinas nuestro matrimonio?!. -grita levantándose con lágrimas saliendo de sus ojos.

-Hannah, nuestro matrimonio cambió el día que te fuiste y no te estoy echando la culpa porque sé que era un viaje con el que soñabas -aclaro- pero ambos cambiamos en estos meses y desde que regresaste parecemos dos extraños compartiendo un espacio.

-No es cierto.

-¡Es cierto, Hannah! -med llegado también- Tú también cambiaste, no eres la misma y estás aún más rara cada día que pasa. ¿Desde cuándo no nos besamos?. Antes no podía dejar de tocarte pero ahora no lo hago porque no siento lo mismo por ti pero… ¿Qué hay de ti?.

-¡No me eches la culpa del fracaso de nuestro matrimonio! -me pega en el pecho- Eres tú el que está enamorado de otra mujer.

Respiro profundo porque parece no entender lo que quiero decir.

-No quise decir eso, solo que esto que está pasandonos es cuestión de los dos, bonita. Tú también estás diferente pero al contrario de mí yo no sé que te sucede. -hablo acercándome a ella- Perdóname, de verdad no quería lastimarte.

-Pero lo haces al decirme todo esto. -dice llorando y limpio sus lágrimas.

-Prefiero ser sincero contigo que seguir engañandote y lamentablemente no puedo evitar que la verdad te haga daño. 

-Vamos a tener un hijo, intentemos seguir con nuestro matrimonio. -susurra pero igual la escucho.

-Amo a mi hijo y te quiero, Hannah. -toco su vientre- Pero no voy a obligarnos a estar en una relación rota.

Estúpido AidenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora