Capítulo 25

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Aiden

Estoy desesperado.

Llamo nuevamente al teléfono de Ángela y está apagado, tampoco está en el departamento ni en casa de sus padres. Hace tres días parezco un puto nomofobico pero quiero saber dónde está porque necesito verla y explicarle que no sabía que Hannah estaría aquí ni tampoco de su embarazo, el cuál me tomo completamente por sorpresa y me hace sentir con un ser insensible al no sentir la felicidad que creí que sentiría al saber que sería padre en algún momento de mi vida.

-Peluchín deja el teléfono por favor. -reclama Hannah desde la cama- Desde que llegué haz estado pegado a ese aparato, deja el trabajo a un lado por hoy.

-Lo siento, es que he estado pendiente de algunos casos que dejé en la oficina y mañana tengo que trabajar en ellos. -contesto dejando el teléfono en la mesita de noche y me meto a la cama al lado de Hannah.

-Amorcito no me haz la bienvenida cómo corresponde. 

Se pega a mi cuerpo y empieza a besar mi cuello pero la aparto con delicadeza porque no quiero hacerla sentir mal, desde que regresó ha intentado tomar la iniciativa para tener sexo pero no quiero hacerlo y tampoco puedo, no puedo hacerlo; no cuando tengo tan presente en mis recuerdos los momentos vividos con mi ángel.

-Bonita ahora no, estoy muy cansado y mañana debo trabajar. -le digo acariciando su mejilla.

-Es por qué estoy embarazada. ¿No me deseas por eso? Me pondré gorda y ya no seré atractiva para ti. -suelta rabiosa y se aleja de mí.

-No es eso.

Es que ya hay otra embarazada a la que quiero y deseo pero no logro hallar.

»No digas eso, estoy seguro que embarazada te verás hermosa y más sexy aún. Solo no quiero hacerlo esta noche.

-Ni las anteriores tampoco.

Atrapo su mano y la aparta de manera brusca mientras sale de la cama y se va furiosa de la habitación, respiro profundo a ver si eso me ayuda a saber que puedo hacer porque no quiero lastimarla pero no quiero complacerla porque no puedo sacar a Angela de mi mente y tampoco quiero hacerlo. 

Me voy a volver loco.

Salgo de la habitación y Hannah está en el salón con expresión triste y lágrimas en su rostro.

-Bonita, lo siento. -le digo sentándome a su lado- Hay un caso que me tiene estresado y sé que cuando vaya al bufete será peor. Siento haberte hecho sentir mal pero no estoy así por lo que crees.

-Pero tampoco pareces estar feliz por nuestro bebé. ¿No te emociona que seremos tres en la familia?. -responde aún molesta.

-Claro que estoy feliz pero me dejaste muy sorprendido y aún no lo asimilo. -le limpio las lágrimas- No llores por favor, el bebé puede sentir tu tristeza y eso no es bueno.

Me abraza y la estrecho contra mi cuerpo.

»Serás una mamá hermosa y muy sexy. Te verás muy bien cuando la panza esté más grande.

Sonríe y pone mi mano en su vientre haciéndome sentir con un maldito por no estar todo lo feliz que debería estar.

-Es nuestro bebé. Tuyo y mío.

Mi hijo.

-Vamos a buscar un médico e iremos juntos a la consulta para saber cómo está. -propongo- Ya debes ir al chequearte, empezar a tomar vitaminas, comer cuanto quieras y sonreír mucho.

Estúpido AidenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora