Capítulo 27

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Ángela

Ha pasado un mes desde que regresamos de España y todo está vuelto un desastre, tanto mi vida sentimental como mi hogar, porque Ang y papá están arreglando el cuarto del bebé y está quedando hermoso, acepte el consejo que Aiden me dió hace un tiempo y elegí el color blanco para las paredes, cuna y demás muebles que combinan con el verde pistacho que escogí para darle color a la habitación y el resultado es maravilloso hasta ahora. Mamá y Soo me acompañaron a comprar la cuna, lencería y ropa para mí y el bebé hace una semana, Derek me regaló una carreola ¡Espectacular! es como el Lamborghini de las carriolas y la amé, también me lo comí a besos por ser tan lindo, hasta que me dijo que si los besos no eran con lengua me abstuviera de llenarlo de babas y por su atrevimiento se ganó un agendazo en la cabeza por decir eso.

Papá está trabajando con mi hermano para armar la cuna, está muy contento porque ayer fuimos al doctor y pudimos ver al bebé nuevamente, estoy tan ansiosa por conocerlo que siento que los días que faltan para que nazca se hacen muy largos y eso me hace pensar en Aiden ¡Lo extraño tanto! aunque lo vea todos los días siento ese vacío en el pecho por no tenerlo conmigo, debemos aceptar nuestra situación y ver el anhelo en su mirada cada vez que me ve no me ayuda en nada, más si lo veo tan triste pero no niego que mi parte malvada se alegra de que esté igual que yo.

Como otra cucharada de helado de pistacho, que misteriosamente aparece en mi refrigerador cada semana desde hace un mes, no ha faltado en ningún momento, siempre encuentro una nota que dice que lo disfrute y no coma tanto porque no es bueno el exceso. Mi bebé se mueve más seguido, aunque no con la misma intensidad cuando escucha a Kang cerca de mí o cuando toca mi vientre "por accidente" pero amo que lo haga así sea poco, con Kang solo hemos tenido esos acercamientos, no son suficientes, me cuesta aceptar que nuestro fugaz romance ya pasó o ya terminó..

-Lita. -me llama mi padre- Ya está lista la cuna, ven a echarle un vistazo.

-¿Papi me ayudas?. -le digo a mi padre porque tuve la genial idea de sentarme en el piso y está gran panza hace que no pueda levantarme.

Se acerca a mí sonriendo y me ayuda a ponerme de pie.

-Deja de comer tanto helado, no es bueno para el bebé. -me regaña.

-Fue solo un poquito, además ayer no comí porque me tuviste toda la tarde para ti solito.

Ayer pasé casi toda la tarde con papá después que salimos de la clínica, me llevó a comer y luego fuimos a pasear, me gustó pasar tiempo con él porque hace meses no compartimos así que le dí todo el amor que pude y merece, hasta que se nos presente una próxima vez.

Lo agarro del brazo y juntos llegamos a la habitación de mi hijo, no puedo evitar abrir la boca.

-¿Te gusta, Lita? -pregunta mi hermano acercándose a mí rodeandome los hombros con su brazo para acercarme a su cuerpo.

-Está hermoso, Ang. -le doy un beso en la mejilla a mi hermano- Me encanta, les quedó hermoso la habitación.

Me emociona mucho ver el resultado y me dan ganas de llorar.

-Hija no llores. -me dice papá acariciando mi cabello- No arreglamos la habitación para que llores.

-Es que está muy linda, al bebé le va a encantar. -respondo y me limpio las lágrimas.

Quisiera que Aiden la viera porque fue su idea decorarla de esta manera y sé que le habría gustado mucho.

-Seguro que sí, a mí me gustó mucho y también a Aiden porque le envié una foto para que viera que si pude armar la cuna y no fue como la de Abby que me sacó canas verdes. -explica mi hermano porque la cuna de mi sobrina la armó Aiden ya que él desistió después de tres días de intentarlo.

Estúpido AidenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora