Capítulo 28

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Ángela

Me siento fatal, desde ayer por la noche he tenido algunas molestias en el vientre. Neal y el doctor Mendez me comentaron que es normal porque ya estoy a pocos días para dar a luz a mi bebé. Aunque, igual estoy algo preocupada porque las punzadas cada vez son más intensas y dolorosas, estoy sola y no sé que hacer. Quedé en que mamá y papá vendrían el fin de semana, que sería mi fecha ideal para el parto pero por lo que estoy sintiendo no llegaré hasta esos días, está sensación me tiene caminando por todo el salón y ya no estoy soportando, no tengo más opción que llamar a Aiden, es el que está más cerca.

Vuelvo a cortar la llamada y es la tercera que le hago pero intento de nuevo.

-Responde, Aiden. -digo rogando que atienda está vez pero es inútil.

Busco el número de Liam y cuando voy a llamarlo entra la llamada de Kang.

-Ángel, ¿Qué pasó?. -responde nervioso.

-E-el bebé ya viene, Aiden. -hablo agitada porque me viene una contracción- Te necesito.

Corta la llamada y espero a que venga, sé que lo hará. Cómo puedo voy a buscar la mochila que preparó mamá para mí y el bebé, tocan la puerta con insistencia y me apresuro para abrir llevando la mochila conmigo.

Aiden está rojo y agitado, parece que hubiera  venido por las escaleras, pero su expresión es de susto.

-Ángel. -dice con voz entrecortada y se acerca para dar un beso en mi frente- ¿Ya viene Pistachin?.

Sonríe y sus ojos brillan a pesar del susto.

-Eso creo, no me he sentido bien desde ayer en la noche, pensé que estás punzadas eran normales porque ya falta poco pero ya están muy seguidas y tengo miedo.

-Entonces debemos irnos. Dame eso. -me quita la mochila y toma mi mano para salir del apartamento- ¿Puedes caminar?.

Asiento porque sí puedo, además si me carga vamos a demorar más. Llegamos lo más rápido que podemos al estacionamiento y en el camino al hospital me viene otra contracción que me hace apretar la mano de Aiden.

-Ya falta poco para llegar, Pistachín. -habla el hombre a mi lado conduciendo lo más rápido que puede sin dejar de ser cuidadoso- Mantente dentro de tu mami un poco más. 

-Aiden, me duele. Siento que ya viene. -digo volviendo apretar su mano.

-Preciosa, no me hagas esto. -ruega- Te das cuenta que no miento cuando digo que ustedes harán que me cague en los pantalones. -habla histérico.

Sus palabras me dan tanta risa que por un momento me olvido del dolor. Llegamos al hospital y estaciona el auto de forma descuidada, solo toma la mochila y sale para ayudarme a bajar mientras empieza a gritar para que nos ayuden, ya que siento que el bebé se me va a salir o no sé si lo imagino pero si me viene otra contracción.

Los enfermeros vienen con una silla de ruedas y todo se vuelve una locura, a mí me llevan a quirófano y antes de entrar le grito a Kang que llame a papá. Me ayudan a cambiarme y me preparan para luego acostarme en la camilla, no me dió ni tiempo de llamar a mi doctor para decirle que el bebé se adelantó por dos semanas, con tanto apuro ni a mi familia le informé.

-Por tu cara de susto debe ser tu primer bebé. -dice un viejito muy lindo que debe ser el doctor por su vestimenta- Trata de relajarte, tu bebé ya está viene. Está ansiosa por conocerte.

-¿Por qué está tan seguro que será niña?.

El doctor se pone entre mis piernas para verificar que efectivamente ya estoy lista para traer a mi bebé al mundo.

Estúpido AidenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora