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Eran las ocho con tantos minutos de la noche en la ciudad de Los Angeles, Quackity ya había bajado de su avión y solo esperaba a que su padre fuera por él al aeropuerto, pero derrepente un auto de color negro se detuvo frente a él, carraspeo la ga...

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Eran las ocho con tantos minutos de la noche en la ciudad de Los Angeles, Quackity ya había bajado de su avión y solo esperaba a que su padre fuera por él al aeropuerto, pero derrepente un auto de color negro se detuvo frente a él, carraspeo la garganta al reconocer ese vehículo, se limitó a enderezar su postura de tal forma como si estuviera en el ejército.

El chófer bajó del auto, rodeó éste mismo hasta que la puerta de los asientos traseros se abrió y así, dejando a la vista a un hombre de cabello oscuro, piel ligeramente bronceada, ojos marrones y con un semblante serio.

–Hola papá –saludó neutral.

–Entra al auto, Alexis –ordenó el hombre mientras su atención estaba fija en la tableta que se encontraba en sus manos.

El menor le agradeció al chófer por meter su poco equipaje al auto y luego se adentró al vehículo, exactamente, frente a su padre. Había un ambiente muy tenso para ambos, después de todo, la última vez que Quackity vio a su padre... Su despedida no fue la más cariñosa o no recibió el cariño paternal adecuado.

No era su culpa sentirse incómodo.

–¿Cómo has estado? –preguntó el hombre en un tono serio.

El menor se encogió de hombros– Bien... Hice muchos amigos en mi nueva escuela y... Mis calificaciones no son tan malas.

Alex podría meterse en problemas que lo llevarían a visitar al director varias veces a la semana, pero sus calificaciones eran muy diferentes a su conducta, el de ojos marrones tenía muy buenas calificaciones para no llamarlas perfectas.

–Siempre has sido un chico muy extrovertido, la relaciones sociales no es algo que se te dificulte –habló con sinceridad el mayor.

–Cuando no me obligan a socializar –murmuró mientras desviaba la mirada hacia la vista que la ventana le permitía observar.

–Mañana en la noche tenemos una cena... Fiesta, como prefieras llamarlo –levantó el rostro para mirar a su primogénito– Necesito que te levantes temprano para poder ir a una tienda de trajes para caballero a... –escaneó el atuendo de su hijo- Vestirte de la forma adecuada.

El menor hizo una mueca de disgusto, ya se imaginaba a que tipo de "fiesta" asistiría, y no era muy fanático de eso, no le gustaba vestir de aquella forma, por más guapo que podía llegar a verse, no le gustaba.

–Creí que solo seríamos tú y yo... –comentó el menor.

–Mi pareja actual... Organizó esa fiesta e invitó a personas muy importantes, necesito que te comportes, tanto tu comportamiento como tu vocabulario, Alexis –dijo el mayor con una expresión totalmente seria.

Quackity apretó los puños, aquel hombre frente a él ¡era su padre! Sin embargo, lo trataba como si él se tratara de cualquier empleado para Ricardo Too, el importante empresario de Estados Unidos.

¿𝑃𝑜𝑟 𝑄𝑢𝑒́ 𝑌𝑜 𝑁𝑜? ༒︎ℒ𝓊𝒸𝓀𝒾𝓉𝓎ت︎༒︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora