Quackity está muy interesado en el mejor amigo de su hermanastro, incluso, le ha llegado a coquetear.
Pero aquel chico siempre ignora sus coqueteos o se ríe de ellos tomándolo como broma.
¿Por qué parece que todos están en su contra? ¿Por qué no pue...
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El mexicano se encontraba de un pésimo humor, su hermanastro lo había sacado de su cama cuando el menor se encontraba con un terrible dolor de cabeza y sus ojos estaban débiles ante la luz, debido a eso, traía puesto unas gafas oscuras, que muchos creían que el menor ya se sentía superior a todos por los rumores que ya se estaban esparciendo por los pasillos de la preparatoria.
Pero él no estaba al tanto de aquellos rumores.
El menor se encontraba caminando hacia su salón con un vaso desechable con café y casi arrastrando sus pies hacia su asiento.
–Te ves muy mal niño –comentó el ojivioleta un tanto preocupado– ¿No prefieres ir a la enfermería a descansar un rato? –propuso sonriendo levemente.
–Me sentiría mejor si no me hubieras obligado a asistir –gruñó y dejó caer su mochila a un lado de su banca para luego tomar asiento sobre la silla.
–Tienes que asistir... –soltó un pequeño suspiro– Tengo que ir a clase –palmeó suavemente el hombro del menor– si te sientes muy mal, avisame y te llevaré a la enfermería.
–Ya vete, Samuel. –dijo el mexicano en un tono serio antes de darle otro trago a su bebida.
–Te veo más tarde –le sonrió levemente a su hermanastro y salió rápidamente de aquel salón.
El azabache dejó caer su espalda sobre el respaldo de la silla y miró su pupitre mientras continuaba bebiendo su café. No recordaba nada de la noche anterior, no recuerda como había llegado a casa, no recuerda a que hora llegó a su casa.
Lo único que recuerda era haberse quitado la playera en la casa de Rubius, pero cuando despertó la traía puesta...
Soltó un gruñido de frustración y se acomodó las gafas oscuras, después le volvió a dar un trago a su bebida.
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El castaño se encontraba recargado sobre la pared, su mochila colgando sobre su hombro y ambas manos dentro de los bolsillos de su pantalón. Estaba cansado de los reclamos de Auron, pero no quería que nadie se enterará de su aventura.