Quackity está muy interesado en el mejor amigo de su hermanastro, incluso, le ha llegado a coquetear.
Pero aquel chico siempre ignora sus coqueteos o se ríe de ellos tomándolo como broma.
¿Por qué parece que todos están en su contra? ¿Por qué no pue...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Era un día especial.
Un día importante.
Todos estaban nerviosos, estresados, moviéndose de un lugar a otro, asegurándose de que todo estaba en orden, encargándose de sentirse satisfechos con la decoración, no quería que nada saliera mal.
Nada podía salir mal.
Cuando todos terminaron con sus respectivas tareas encargadas, se fueron a sus hogares para descansar y prepararse para el día importante.
-Te dije que durmieras bien, cabron -habló el mexicano un poco molesto con su hermano mayor.
-No pude dormir de la emoción... -sonrió ampliamente.
-Se supone que por eso no hicimos la despedida de soltero un día antes de la boda -comentó el pelinegro de ojos azules mientras sacaba el traje blanco del armario.
-¿Creés que puedas ayudarme, Quackity? -preguntó el ojivioleta con una ligera preocupación.
-Soy todo un experto en esto, Vegetta -frunció levemente el ceño- Pero si te sigues moviendo como gusano, no podré ayudarte en ocultar estas feas ojeras.
El español solamente se limitó a soltar una pequeña risita y esperó pacientemente a que su hermanito terminará con su trabajo.
-¿Sabes algo de Luzu? -se humedeció los labios- No me ha respondido los mensajes ni las llamadas desde... Hace dos días, si no me equivoco -preguntó el de ojos marrones un poco confundido.
El amatista miró a su amigo de mirada celeste a través del espejo, no había expresión alguna en los rostros de ambos como tampoco hubo una respuesta inmediata.
-Luzu está en el último semestre de su carrera, Quackity -se detuvo frente al espejo de cuerpo completo para observar su atuendo- Seguramente está ocupado.
-¿Y si no viene? -preguntó preocupado, no había visto a su novio después de la fiesta de fin de año y lo extrañaba.
Alexis no había visto a su novio en más de cuatro meses. Extrañaba su perfume, su sonrisa, sus ojos, extrañaba abrazarlo, besarlo, escuchar su voz, sus caricias, incluso.
Lo extrañaba a él... Pero ambos habían decidido estudiar en diferentes universidades, decidieron intentar una relación a distancia, que para su mala suerte, había resultado muy bien, siempre que tenían tiempo, por más pequeño que fuera, hablaban por teléfono o hacían videollamadas.
Luzu era muy atento con el mexicano, a veces le escribía cartas y aunque estas tardaban en llegar un poco más que los mensajes o que un correo electrónico, a ambos les parecía una linda forma de demostrarse que aún se aman, la carrera de Derecho era un poco más pesada que la carrera de Psicología, ambas carreras tenían sus complicaciones y no tenían porque compararlas.
