Quackity está muy interesado en el mejor amigo de su hermanastro, incluso, le ha llegado a coquetear.
Pero aquel chico siempre ignora sus coqueteos o se ríe de ellos tomándolo como broma.
¿Por qué parece que todos están en su contra? ¿Por qué no pue...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Era sábado por la mañana, Quackity cada vez estaba más feliz, su relación con Luzu estaba saliendo como tanto había soñado, las vacaciones se aproximaban y su cumpleaños sería pronto.
Dentro de una semana cumpliría dieciséis años.
Hoy era un día especial, había planeado tener una pijamada con su novio, pero antes, tenía que ir a trabajar a la cafetería qué le pertenecía a su figura paternal.
Se colocó un poco de maquillaje para ocultar sus ojeras, aún seguía obsesionado con verse bonito para su novio, se aseguró de haber metido en su pequeña maleta, las cosas que se llevaría para esa noche.
-¡Alex! ¡Luzu llegó! -gritó su progenitora desde la puerta principal.
El azabache no respondió, se limitó a ampliar su sonrisa, arreglar su ropa por última vez y luego cargó la pequeña maleta, bajó con cuidado las escaleras de su casa, visualizó a su chico en la puerta de su casa, éste lo miraba con una linda sonrisa en el rostro. Las mariposas en su estómago se aparecieron, su corazón comenzó a latir fuertemente y un suave rubor se concentró en sus mejillas.
Estaba tan enamorado de ese castaño.
Después su vista se dirigió al ojivioleta, quien se encontraba cargando al pequeño gatito y alimentandolo con ayuda de un biberon, el cual contenía leche.
-Nos vemos mañana, Samuel... -comentó el mexicano con una pequeña sonrisa.
El mencionado miró unos segundos a su hermanito, después se levantó de su asiento y con cuidado entregó el gatito a su dueño.
-Diviértete... -sonrió levemente.
El de ojos marrones asintió emocionado y se dirigió a la puerta de la casa.
-Hola Vege -saludó el de mirada carmín pero su mejor amigo lo ignoró y continuó subiendo las escaleras hasta perderse del campo visual de la pareja.
A Luzu le dolía que Vegetta lo estuviera rechazando siempre que podía y Quackity no podía evitar sentirse mal por eso.
-¿Nos vamos? -preguntó el castaño con una suave sonrisa en el rostro.
El menor asintió lentamente y después se dirigieron al vehículo del hijo del director.
-¿Emocionado? -preguntó el de ojos rubíes al mismo tiempo que le abría la puerta del copiloto al menor.
El mexicano soltó una pequeña risita y asintió al mismo tiempo que se adentraba al auto- No pude dormir de la emoción.
Luzu cerró la puerta, rodeó la parte delantera del auto y poco después se adentró a su carro- Yo tampoco pude dormir mucho, seguro nos divertiremos.