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Un pequeño azabache se encontraba acostado en su cama llorando, la almohada estaba húmeda en toda esa zona que cubría el rostro, estaba desconsolado por la pérdida de su madre, aquella mujer que siempre lo cuidó, lo amó, se preocupó por él, aquell...

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Un pequeño azabache se encontraba acostado en su cama llorando, la almohada estaba húmeda en toda esa zona que cubría el rostro, estaba desconsolado por la pérdida de su madre, aquella mujer que siempre lo cuidó, lo amó, se preocupó por él, aquella mujer con la que compartió tantas tardes llenas de diversión.

Ahora ya no estaba.

Su madre había enfermado y lamentablemente, el tratamiento no funcionó, los medicamentos apaciguaron el dolor que cada día sentía pero sus últimos momentos los pasó en un hospital.

Y ahora se encontraba el pequeño de ojos violetas, su padre quería estar con él pero tenía demasiado trabajo y también estaba en su proceso de duelo, la mujer de la que estuvo enamorado por muchos años, había muerto.

La niñera del pequeño azabache ya no sabía que hacer, había intentando muchas cosas para sacarlo de su habitación y que dejara de llorar pero nada había resultado, el pequeño continuaba llorando.

Había perdido a su madre para siempre y al parecer nadie lograba comprender su dolor.

Un pequeño de diez años se sentía sólo.

Y lo estaba.

El castaño cerró la puerta detrás de él mientras visualizaba a su mejor amigo sentado a los pies de la cama, con sus piernas dobladas y ocultando su rostro con sus palmas

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El castaño cerró la puerta detrás de él mientras visualizaba a su mejor amigo sentado a los pies de la cama, con sus piernas dobladas y ocultando su rostro con sus palmas. Soltó un suspiro y se acercó a él hasta sentarse a su lado.

Tienes que decirme que fue lo que pasó, Vegetta... –habló suavemente– No sé cómo ayudarte si no me dices cuál fue el verdadero problema.

–El problema es que no soy suficiente para nadie –sorbió la nariz.

No digas eso.. –lo interrumpieron.

No fui lo suficiente para ti, ni para Lolito, y ahora, no soy lo suficiente para Willy –dijo con la voz quebrada– En cualquier momento me hará lo mismo que tú me hiciste, lo mismo que me hizo Lolito... Y lo peor es que a él también lo perdonaré, si eso sucede –abrazó sus piernas y ocultó su rostro en sus rodillas.

¿𝑃𝑜𝑟 𝑄𝑢𝑒́ 𝑌𝑜 𝑁𝑜? ༒︎ℒ𝓊𝒸𝓀𝒾𝓉𝓎ت︎༒︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora