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El mexicano estaba terminando de arreglarse y realmente se estaba sintiendo muy satisfecho con su apariencia

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El mexicano estaba terminando de arreglarse y realmente se estaba sintiendo muy satisfecho con su apariencia.

Quackity! ¡Llevas una hora en el baño! ¿Creés que pueda ocuparme de mis necesidades antes de que lleguen los invitados? –preguntó el de ojos violetas del otro lado de la puerta.

¡Creo que tus flores necesitan más abono! –respondió divertido.

¡Eso no es gracioso! –respondió un poco molesto– ¡No te tardes mucho o te sacaré de ahí de cualquier manera!

El menor soltó una pequeña risita al escuchar los enfurecidos pasos de su hermano, tomó sus cosas, acomodó otras y poco después salió del baño sin hacer mucho ruido, quería molestar al de ojos amatista.
En su habitación, se probó tres diferentes outfits pero ninguno terminaba por convencerlo hasta que el timbre de la casa se hizo escuchar, sonrió un tanto emocionado y no tardó en perfumarse para luego salir corriendo de su habitación.

Casi se tropieza en las escaleras pero se agarró del barandal y se mantuvo estable, cuando abrió la puerta de la casa se encontró con algunos de sus amigos, sus primos y el novio de su hermano.

¡Feliz cumpleaños! –dijeron todos pero en diferentes tiempos.

–¡Les dije que a la cuenta de tres! –se quejó el noruego.

¿Antes o después del tres? –preguntó el que vestía de rojo.

En lugar del tres –respondió el mexicano de ojos oscuros.

Después del tres –respondió el que vestía de amarillo.

Ya no importa, boludo –puso los ojos en blanco– ¿Nos dejarás pasar o que? –preguntó el pelinegro con una expresión seria en el rostro.

Si dejaran de pelear cada cinco putos segundos, ya estarían adentro –se hizo a un lado, accediendole la entrada a sus amigos.

¿Quién está peleando? –preguntó el de rojo.

Así interactuamos nosotros, Quackity –dijo el noruego con una divertida sonrisa en el rostro.

El de rasgos asiáticos se dirigió a la habitación de su novio, dejando a los demás en la sala de la casa, quienes fueron atendidos rápidamente por Laura, la madre del cumpleañero.

¿Vege? –dió unos pequeños golpecitos a la puerta de la habitación.

No recibió respuesta, en su lugar, tuvo que esperar unos segundos para que la puerta se abriera y un atractivo azabache apareciera.

¿Qué tal me veo? –Preguntó con una pequeña sonrisa.

Las mejillas del peliblanco comenzaron a arder al mismo tiempo que su corazón dió un brinco de emoción, se acercó al amatista y poco después atrapó los labios de su novio con los propios, iniciando un beso tranquilo y suave.

¿𝑃𝑜𝑟 𝑄𝑢𝑒́ 𝑌𝑜 𝑁𝑜? ༒︎ℒ𝓊𝒸𝓀𝒾𝓉𝓎ت︎༒︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora