El menor soltó un suspiro, había sido un largo día y aún no terminaba, quería irse pronto a casa para poder descansar o hablarle a su mejor amigo para poder jugar videojuegos y burlarse uno del otro.
–Quackity, mesa cuatro –el hombre le entregó una charola con unos vasos de café y algunos bocadillos.
El menor asintió y con cuidado tomó la charola con sus manos, recientemente había comenzado a trabajar en ese establecimiento, quería ganar su propio dinero, para así, no pedirle dinero a su progenitora cada vez que se le antoje comprarse algo.
El pequeño azabache estaba tan concentrado en no tirar nada de la charola o lo descontarían de su sueldo, sus músculos estaban tensos, sus manos apretaban con fuerza los bordes de la charola para mantenerla firme, pero su error fue no mirar hacia enfrente. Todos desviaron su atención hacia donde se había escuchado el escándalo, así encontrándose con un castaño de pie, mientras el otro, se encontraba en el suelo junto con el café esparciendose por el suelo y manchando la ropa del mexicano.
Quackity se sintió tan avergonzado, ni siquiera quería levantar la cara, seguro otro cliente le reclamaría por haberle ensuciado la ropa o por tirar el pedido que llevaba esperando hace algunos minutos, pero definitivamente, otra vez le descontarían lo que acababa de tirar y todo por no fijarse en su camino.
De pronto, alcanzo a visualizar una pálida mano frente a él, recorrió con la mirada aquel brazo que le ofrecía ayuda hasta toparse con aquellos ojos carmín tan brillantes como el rubí.
Era Luzu, el mejor amigo de su hermanastro.
–¿Estas bien, Quackity? –preguntó con una pequeña sonrisa.
El menor miró fijamente los ojos del más alto por unos segundos más, mientras que involuntariamente, su mano se dirigía a la mano ajena hasta apretarla con suavidad.
Las manos de Luzu eran tan suaves.
–Gra... –carraspeo la garganta– gracias, Luzu.
–No hay de qué –soltó una pequeña risita.
El azabache sonrió levemente y luego bajó la mirada hacia el suelo, alarmandose al ver todo el desastre que había hecho y sintiendose tan avergonzado.
De un momento a otro, Luzu se agachó y comenzó a recoger los vasos de cartón, juntandolos y acomodando los bocadillos esparcidos en el suelo sobre la charola. El de ojos marrones se sintió tan apenado qué corrió por el trapeador.
Ese mismo día pero ya en la noche, ambos adolescentes se encontraban en el establecimiento, esta vez sin clientes curiosos, cada uno limpiaba una mesa, en otras ocasiones uno limpiaba la barra y otro trapeaba el suelo, uno limpiaba la cocina y otro el baño.
Eran un excelente equipo.
–Gracias... Otra vez, Lusu –se intentó colocar un mechón de cabello detrás de su oreja pero este volvió a colocarse en su anterior posición– Arruiné tu domingo.
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¿𝑃𝑜𝑟 𝑄𝑢𝑒́ 𝑌𝑜 𝑁𝑜? ༒︎ℒ𝓊𝒸𝓀𝒾𝓉𝓎ت︎༒︎
FanficQuackity está muy interesado en el mejor amigo de su hermanastro, incluso, le ha llegado a coquetear. Pero aquel chico siempre ignora sus coqueteos o se ríe de ellos tomándolo como broma. ¿Por qué parece que todos están en su contra? ¿Por qué no pue...