Capítulo 11

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A la mañana siguiente, Plan se arrastró fuera de la cama y caminó dando traspiés hacia la ducha. Para cuando terminó de ducharse y se dirigió a la cocina, el café ya estaba hecho gracias al temporizador de la cafetera. Se preguntó si lograría despejarse lo suficiente para llegar a tiempo al lugar donde había quedado con sus amigos, Sienna Gaidwad, la esposa del sheriff, y Gun Jumpol.

Off Jumpol había sido el mejor amigo de Tin. Su boda con el famoso Guna Atthapan, hacía ya algunos años, había sido toda una sorpresa en la pequeña comunidad. Y todavía era más sorprendente el que regresaran cada verano a la casa de Alpine en la que Off había vivido con su madre.

Eran amigos desde hacía mucho tiempo; sin embargo, sólo durante el último año se habían reunido para desayunar. A Sienna no le gustaba madrugar. Esa mañana Plan, la comprendía bien.

Se sentía destrozado por los sueños que lo habían atormentado durante la noche. Las acusaciones de Atid, los feroces ojos de Tin clavados en los suyos con amor y dolor, y Mean, que había alargado la mano hacia él y que extrañamente tenía los mismos ojos de Tin, la misma voz. Esos sueños habían sido más vívidos, más aterradores, que cualquier otro sueño que hubiera tenido antes. O quizá sólo se lo había parecido porque llevaba algún tiempo sin tenerlos.

Aparcó el coche delante de la casa de los Jumpol y vislumbró el Jeep de color marrón de Off aparcado en el camino de entrada. Los Jumpol vivían en un rancho de una sola planta al lado del parque nacional. Rodeado de acantilados y pinos, poseía la belleza inhóspita y desolada característica de esa zona que siempre lograba robarle el aliento.

Sienna aparcó detrás de Plan.

- Debería ser ilegal levantarse tan temprano, Plan.- comentó su amiga cuando se bajaron de los coches-. Tendría que decirle a Sun que te arrestara.

Plan miró a su amiga detenidamente. A pesar de su perfecto maquillaje, Sienna tenía oscuras ojeras bajo sus ojos y arrugas de preocupación en la frente.

- Tengo que trabajar esta tarde- le recordó Plan-. Sólo puedo escaparme por las mañanas.- Frunció el ceño mientras le daba un rápido abrazo a su amiga, percatándose de que había perdido peso en las últimas semanas-. ¿Te encuentras bien?

- ¿Yo?- Sienna esbozó una sonrisa cansada-. Estoy bien. Sun ha estado muy ocupado y ya sabes cómo se pone cuando no logra resolver un caso. Todas esas muertes en un periodo de tiempo tan corto le están volviendo loco.

- La milicia Black Collar- gruñó Plan-. Son unos bastardos. Conocía a una de las chicas que mataron.

- Era agente del FBI.- Sienna suspiró mientras se dirigían a la casa-. No me lo podía creer cuando lo leí en el periódico. Por supuesto, Sun conocía todos los detalles pero no me dijo nada.

Plan sabía que Sienna llevaba años discutiendo con Sun porque él se negaba a contarle nada sobre los casos en los que trabajaba, aunque estuviera cerca de solucionarlos, y que aquello provocaba tensiones en su relación.

- No puede contártelo, Sienna- le recordó Plan con suavidad-. Igual que Tin no podía contarme nada de sus misiones.

- Sí, pero tú no tenías que vivir con Tin cuando estaba en una de sus misiones- refunfuñó Sienna-. Algunas noches ni siquiera regresa a casa- añadió con tristeza-. Odio que haga eso.

Plan no sabía que más podía decirle. Entendía el comportamiento de Sun. Aunque Plan había comprendido que Tin era un SEAL, Sienna jamás había aceptado la dedicación de Sun a su trabajo como sheriff.

- Sun ni siquiera me contó el problema que tuvo con tu nuevo mecánico. He tenido que enterarme por los rumores que corren en el pueblo.

Intentado controlar el rubor, Plan llamó a la puerta y entornó los ojos.

La cara oculta del deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora