Mi pulso se acelera junto a los latidos de mi corazón, los cuales siento que puedo escuchar. Intercalo la mirada entre mamá y Jazmín como si en cualquier momento esta última fuera a hacer un movimiento traidor. Mi boca se entreabre para hablar pero me percato de que todas las frases que planea mi mente no son coherentes.
Mi mamá está confundida, lo noto a pesar de su sonrisa. No es para menos considerando que su hija está en un hotel de lujo con un vestido y accesorios gloriosos que para nada puede pagar con sus ahorros de domingo.
—Sí Katy. Michel y yo nos conocemos de la Universidad —terminó diciendo Jazmín después de mi rotundo silencio.
Mi mamá amplió más su anterior gesto. Intenté imitarla para no verme como un cuadro pero sé que solo quedó una mueca enmarcada en mi rostro.
—¿De qué se conocen ustedes dos? —pregunté como si la idea de verlas juntas me pareciera fantástica.
—Jazmín es la hija de mi jefe. Aquí es donde trabajo. Gracias a ella tengo el empleo —sus ojos brillan hacia ella en tanto da su explicación. Eso me causó dolor. —¿Recuerdas que te lo comenté?
—¿Eh? S-sí —cerré los ojos una milésima de segundo para lograr enfocarlas.
La silueta borrosa de la chica comenzó a verse clara ante mis ojos. Los mismos que se transforman en ira y odio al ver su desenfadada sonrisa en mi dirección.
En este momento me duele plantearme si de verdad valió la pena intentar encontrar a Brandon junto a Milly. Ver a mi madre en riesgo me está matando. Lo único que deseo es regresar el tiempo atrás y evitar meterme en todo este lío.
—¿Y qué haces tú aquí? —preguntó mi madre con un sutil reproche de trasfondo —. Además, de dónde sacaste ese vestido —jaló gentilmente la tela adherida a mi abdomen.
—Emmm... —la miré fijamente mientras mi cabeza imagina la escena de ella sacándome de aquí por las orejas como no diga algo.
Miles de excusas navegan por mi mente pero ninguna lo suficientemente buena para lograr engañar a la señora Mitchel.
—¡Justamente venía a verme a mí! Ya hemos salido un par de veces juntas —tomó la palabra Jazmín. Distingo la malicia en sus ojos, sé que no está intentando ayudarme —Tu hija es muy agradable Katy —sus frases son en un tono sombrío correctamente cubierto para los oídos de mi madre.
¿Será que La Trinidad toma clases de actuación?
Tendría sentido.
Mi mamá volvió a verse calmada a la vez que feliz por apreciar mi "buena relación" con la hija de su jefe. Por suerte pareció olvidar lo del vestido.
—Me alegra tanto que se conozcan y que sean compañeras de la Universidad —observó a la rubia excesivamente emocionada. Mi pecho se apretó —Debo ir a trabajar Michel, ya comenzó mi turno —dijo tras ver el reloj en su muñeca —Disfruten chicas —dejó un beso sutil en mi frente. Comenzó a alejarse no sin antes despedirse de Jazmín con un gesto de mano.
Giré mi cuello hacia el mostrador para asegurarme de que estuviera intacta. La tuve en frente hace unos segundos pero mi instinto sobreprotector no puede evitar salir a la luz en estas situaciones extremas.
Respiré hondo calmando mis nervios punzantes y comencé a andar en dirección opuesta a la salida que tomó Benja sin saber mi próximo paradero. Al pasar por al lado de Jazmín le lancé una mirada que entendió perfectamente.
El camino que tomé me llevó al estacionamiento, que por suerte está vacío si nos referimos a personas. El eco de los pasos de la rubia se detuvieron a mis espaldas.
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Démian Gray
RomanceY sí. Sabía que era una pésima idea... Démian Gray es todo lo malo que representa la sociedad. Su personalidad es ese callejón oscuro al que nadie querría acercarse al anochecer. Su físico es una luz que encandila hasta lo más profundo de tus pupila...